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Psicologia Evolutiva


Enviado por   •  4 de Febrero de 2014  •  7.054 Palabras (29 Páginas)  •  175 Visitas

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Crecimiento físico:

Por lo general, un recién nacido pesa 3,4 kilos, mide 53 centímetros y presenta un tamaño de cabeza desproporcionadamente mayor que el resto del cuerpo. En los tres primeros años el aumento de peso es muy rápido, después se mantiene relativamente constante hasta la adolescencia, momento en el que se da el `estirón' final, menor, no obstante, que el de la infancia. Los estudios realizados muestran que la altura y el peso del niño dependen de su salud, disminuyendo durante las enfermedades para acelerarse de nuevo al restablecerse la salud, hasta alcanzar la altura y el peso apropiados.

Motricidad:

Es la capacidad del hombre de generar movimientos por sí mismo, para esto tiene que existir una adecuada coordinación y sincronización entre todas las estructuras que intervienen en el movimiento (sistema nervioso, órganos de los sentidos, sistema musculo esquelético.)

La Motricidad puede clasificarse en Motricidad Gruesa y Motricidad Fina.

• El desarrollo motor grueso se determina como la habilidad que el niño va adquiriendo, para mover armoniosamente los músculos de su cuerpo y poco a poco mantener el equilibrio de la cabeza, del tronco, extremidades, gatear, ponerse de pie, y desplazarse con facilidad para caminar y correr; además de adquirir agilidad, fuerza y velocidad en sus movimientos.

Dicho factor es el primero en hacer su aparición en el desarrollo del menor, desde el momento en el que empieza a sostener su cabeza, sentarse sin apoyo, saltar, subir escaleras, etc; son otros logros de motricidad gruesa que, con el paso de los años, irá adquiriendo y aprendiendo.

• El desarrollo motor fino se hace patente un poco más tarde, este se refiere a los movimientos voluntarios mucho más precisos, que implican pequeños grupos de músculos y que requieren una mayor coordinación. Se observa cuando el pequeño se descubre las manos, las mueve, comienza a intentar coger los objetos y manipular su entorno. La motricidad fina incluye habilidades como; dar palmadas, la habilidad de pinza, realizar torres de piezas, tapar o destapar objetos, cortar con tijeras, hasta alcanzar niveles muy altos de complejidad.

Es importante destacar que influyen movimientos controlados y deliberados que requieren el desarrollo muscular y la madurez del sistema nervioso central. Aunque los recién nacidos pueden mover sus manos y brazos, estos movimientos son el reflejo que su cuerpo no controla conscientemente sus movimientos.

El desarrollo de la motricidad fina es decisivo para la habilidad de experimentación y aprendizaje sobre su entorno, pues posteriormene juega un papel central en el aumento de la inteligencia. Las habilidades de motricidad fina se desarrollan en un orden progresivo

La coordinación fina (músculo de la mano) es fundamental antes del aprendizaje de la lecto- escritura, si analizamos que la escritura requiere de una coordinación y entrenamiento motriz de las manos en complejidad, para lograr el dominio y destreza de los músculos finos de dedos y manos.

Un buen desarrollo de esa destreza se reflejará cuando el niño comience a manejar los signos gráficos con movimientos armónicos y uniformes de su mano en la hoja de cuaderno.

Desplazamiento

“Los desplazamientos se pueden considerar como toda progresión de un punto a otro del espacio, utilizando como medio el movimiento corporal total o parcial” (Sánchez Bañuelos, 1984); siendo una de las habilidades básicas más importantes, porque en ellos se fundamentan gran parte del resto de las habilidades. Dentro del trabajo de los desplazamientos, a la vez que estos se mejoran y perfeccionan creándose patrones de movimientos; el niño toma contacto con el espacio que le rodea, mejorando así su estructuración espacio-temporal. Por la variedad de desplazamientos que existen, estos se pueden trabajar de muy diversas formas, consiguiendo así que el niño no se aburra y esté motivado; pero para conseguir una buena base de desplazamientos, hay que procurar que el individuo tenga la oportunidad de variar de velocidad, realizar cambios de dirección y de reaccionar con soltura.

Además de estos desplazamientos naturales, existen los Desplazamientos Construidos o no Habituales, que son los que realizamos con un objetivo prefijado y que derivan de los naturales, cobrando gran importancia en Educación Infantil, ya que por su variedad, van a potenciar la motricidad del niño y en definitiva, su Coordinación.

Los Desplazamientos Habituales:

1. La Marcha: “Apoyo sucesivo y alternativo de los pies sobre una superficie de desplazamiento en ausencia de fase aérea. Evoluciona a partir del patrón motriz elemental de andar”.Cepero (2000).

Es una habilidad muy compleja, de hecho, su patrón maduro no se alcanza hasta la adolescencia (en ocasiones especiales). Según Rigal (1987) (citado por Fernández y cols., 2007), la marcha constituye la última etapa importante del desarrollo motor, porque confiere al niño autonomía en sus desplazamientos y la capacidad de conocer su entorno.

La evolución del patrón de andar, según Rigal (1987) (citado por Fernández y cols., 2007), lleva los siguientes patrones:

La longitud del paso se va incrementando poco a poco anualmente. Normalmente, el contacto del pie con el suelo es plano cuando comienzan a andar, aunque algunos pueden iniciar el patrón andando de puntillas. Poco a poco se producen algunos cambios, hasta alcanzar una menor flexión de la planta del pie, que provoca el contacto por medio del talón.

La colocación de los pies, normalmente suele ser separada, pero la angulación de los pies hacia afuera va disminuyendo durante el primer año.

En cuanto a la cadera, la excesiva flexión de ésta al final del balanceo de la pierna hacia delante, a veces da la impresión de que el niño “está subiendo”, aunque la distancia entre los pies sea mínima. Poco a poco dicha flexión irá disminuyendo.

El apoyo elemental a la hora de andar, se inicia con un contacto de todo el pie con la rodilla flexionada, que se mantiene en el primer año, pero a partir del año y medio, es seguido por una extensión de ésta, después de apoyar el talón.

Finalmente, con respecto a la acción de los brazos, al comienzo se mantienen abiertos y flexionados por los codos. La apertura y flexión de los codos irá descendiendo progresivamente. Antes de los dos años, la gran mayoría de los niños mueven los brazos de forma opuesta a las piernas.

2. La Carrera: “Apoyo sucesivo y alternativo de los pies sobre la superficie de desplazamiento, con existencia de fase aérea debido al incremento de la velocidad. Evoluciona a partir del patrón motriz elemental de correr”. Cepero (2000).

La diferencia entre la marcha y la carrera es la velocidad de desplazamiento, y el factor de vuelo o de ausencia de apoyo.

Con respecto a la evolución, las tendencias evolutivas descubiertas sobre el patrón de carrera, recogidas por Wickstrom (1990), sobre estudios de Clouse (1959), Dittmer (1962), Fortney (1964,1980), Glassow; Rarick & Halverson (1965), Beck (1966) y otros (citado por Fernández, Emilia y cols., 2007), se pueden resumir en las siguientes:

• Aumento de la longitud de zancada.

• Disminución de la cantidad relativa de movimiento vertical en cada zancada.

• Aumento de la extensión de la cadera, la rodilla y el tobillo en el impulso.

• Aumento de la proporción de tiempo de la fase de suspensión de la zancada.

• Aumento de la aproximación del talón a los glúteos en el balanceo de la pierna hacia delante.

• Aumento de la altura de la rodilla adelantada.

• Disminución de la distancia relativa del pie de apoyo adelantado con respecto al centro de gravedad del cuerpo.

Según Mc Clenagham & Gallahue (1985) (citado por Fernández, Emilia y cols., 2007), el patrón de carrera pasa a través de tres estadios de desarrollo:

Estadio Inicial: pasos rígidos y desparejos, con mayor base de sustentación para conseguir mayor equilibrio.

Estadio Elemental: aumento de la longitud de apoyos a medida que la carrera se hace más veloz.

Estadio Maduro: el recorrido de la pierna es circular.

Los Desplazamientos no Habituales: Cepero (2000).

a) Las Cuadrupedias.

“Desplazamientos sobre una superficie en la que intervienen más de dos apoyos, generalmente actúan en el desplazamiento los miembros del tren superior. Evolucionan a partir del patrón elemental del gateo”.

b) Las Reptaciones.

“Desplazamientos en los cuales el tronco contacta con la superficie de desplazamiento. Patrón motriz previo a la cuadrupedia”.

c) Las Trepas.

“Desplazamientos sobre un punto de apoyo, del que varia la distancia de su centro de gravedad, mediante empujes y tracciones sin contacto con una superficie de desplazamiento”.

d) Los Transportes.

Estos desplazamientos se encuentran referidos a un objeto que se desplaza, estando el sujeto unido al mismo. En este caso existen dos tipos de elementos: el transportador, elemento activo del desplazamiento y el transportado, que se considera el elemento pasivo, que puede estar en suspensión o en apoyo. En este tipo de desplazamientos es muy importante el concepto y localización del centro de gravedad.

e) Los Deslizamientos:

El sujeto emplea otros elementos referidos a medios materiales, para producir desplazamientos sobre una superficie de apoyo.

f) Los Arrastres.

“Desplazamientos pasivos, y como Arráez y cols. (1995), Los consideramos una combinación o variante de los transportes y deslizamientos”.

Autonomía:

Piaget estudió el desarrollo cognitivo de los niños analizándolos durante sus juegos y mediante entrevistas, estableciendo (entre otros principios) que el proceso de maduración moral de los niños se produce en dos fases, la primera de heteronomía y la segunda de autonomía:

• Razonamiento heterónomo: Las reglas son objetivas e invariables. Deben cumplirse literalmente, porque la autoridad lo ordena, y no caben excepciones ni discusiones. La base de la norma es la autoridad superior (padres, adultos, el Estado), que no ha de dar razón de las normas impuestas ni ha de cumplirlas en todo caso. Existe una tendencia demostrada a las sanciones expiatorias y a identificar el error como una falta, así como a la búsqueda indiscriminada de un culpable (pues una falta no puede quedar sin castigo), de manera que es admisible el castigo del grupo si el culpable no aparece. Además, las circunstancias pueden llegar a castigar al culpable.

• Razonamiento autónomo: Las reglas son producto de un acuerdo y, por tanto, son modificables. Se pueden someter a interpretación y caben excepciones y objeciones. La base de la norma es la propia aceptación, y su sentido ha de ser explicado. Las sanciones han de ser proporcionales a la falta, asumiéndose que en ocasiones las ofensas pueden quedar impunes, de manera que el castigo colectivo es inadmisible si no se encuentra al culpable. Las circunstancias no pueden castigar a un culpable.

El tránsito de un razonamiento a otro se produce durante la pubertad.

Período Sensoriomotor:

Durante aproximadamente los dos primeros años de vida los niños atraviesan el estadio senso-motor del desarrollo cognitivo. Su aprendizaje depende casi por entero de experiencias sensoriales inmediatas y de actividades motoras o movimientos corporales. Durante sus primeros días los niños experimentan y exploran el medio ambiente mediante sus reflejos innatos. La inteligencia sensomotriz se construye activamente por el sujeto a lo largo de los diferentes subestadios, hasta lograr esa capacidad de adaptación al medio que se muestra en el niño al final del segundo año de vida y que va unida a la adquisición de las primeras formas de representación mental.

Apego:

El apego es un vínculo afectivo de la naturaleza social que se establece entre personas.

Los niños y niñas establecen establecen el apego con quienes les ofrecen cuidados, normalmente la madre, el padre u otros familiares. Este vínculo suele durar toda la vida y mantiene su influencia después de la muerte de los padres.

Este vínculo puede darse también con hermanos, abuelos, entre otros, dentro del sistema familiar. No es un vínculo celoso competitivo, de forma que puede ser excelente con varias personas.

Emociones:

Teoría de Schachter y Singer

Mantiene que las emociones son debidas a la evaluación cognitiva de un acontecimiento, pero también a las respuestas corporales: la persona nota los cambios fisiológicos, advierte lo que ocurre a su alrededor y denomina sus emociones de acuerdo con ambos tipos de observaciones. El niño al nacer no posee emociones diferenciadas, estas se van definiendo a lo largo del proceso de maduración. Las emociones pueden considerarse como pautas de conductas innatas relacionadas con los instintos, pero se distinguen de ello en que no son tan rígidas y que varían de un individuo a otro, de acuerdo a las experiencias propias.

Según Bridges y Wallon hay 3 fases en el desarrollo emocional:

1. Predominio del plano visceral de la sensibilidad de 1 a 6 meses: Donde el niño experimenta el esquema displacer – excitación – placer. A los 6 meses comienzan a aparecer el miedo, la cólera y el amor.

2. Predominio del plano propioceptivo de la sensibilidad: 6 meses a 1 año. Donde el niño se va desligando de su madre, comenzando a interesarse por el mundo que lo rodea, dando origen a nuevas emociones.

3. Predominio del plano exteroceptivo de la sensibilidad: A partir del año comienza a socializarse, interactuando con el resto del mundo.

Aparecen emociones como: celos, alegría, tristeza:

A medida que el niño va creciendo, aprende a manifestar sus emociones. El papel que juega la familia y los padres, en dichos aprendizajes es muy importante en el desarrollo de una conducta emotiva adecuada. De este modo, los principales factores que influyen en el individuo y su manera de manifestar las emociones son:

• La experiencia del dolor y del placer, ayudan a una mejor adaptación y protección del individuo cuando se superan positivamente. Crean la memoria emocional. Por ejemplo: cuando una persona es atacada por un animal, le teme a ese animal.

• El factor colectivo, ayuda a internalizar las emociones que afectan a una colectividad por ejemplo: el niño imita las actuaciones de su familia, club, amigos, entre otras, ante una situación de riesgo como un temblor, un incendio, entre otros.

• La transferencia, es cuando se reproducen las mismas emociones frente a situaciones y objetos similares, ejemplo: cuando el alumno manifiesta su rechazo a todos sus profesores, a causa de un problema con uno de ellos.

• La proyección, cuando se desplazan los estados emotivos adquiridos, hacia objetos nuevos. Por ejemplo: el miedo hacia un objeto en concreto, que luego se convierte en miedo a la oscuridad, a la soledad, a las alturas, entre otros.

• El pensamiento, es el que hace evocar hechos a personas que han desencadenado las emociones y por transferencia o proyección los convierte en nuevas emociones. Por ejemplo: al recordar un hecho trágico puede provocar la emoción del dolor y la tristeza.

Período Preoperacional:

El desarrollo cognitivo es una construcción continúa y en esta construcción se distingue un segundo período denominado: Período Preoperacional.

La característica principal de este período es que ya existe representación mental y se desarrolla la función simbólica. Además, el lenguaje tiene un gran desarrollo en este período. Cuando nos referimos a la representación mental, nos referimos al cambio del mecanismo del pensamiento, mediante el cual el niño intenta explicar cómo funciona el mundo real. La función simbólica, proviene de la acción imitativa, donde se hacen posibles comportamientos como el juego de ficción, la imitación diferida, el dibujo. Todas ellas marcan un modo distinto de entender y relacionarse con la realidad. Ahora el niño puede utilizar un objeto real con propiedades de otro objeto que exista en su mente, por ejemplo jugar a que un plátano es un teléfono (juego de ficción).

Pensamiento Simbólico:

El símbolo individual es producto del desarrollo de la imitación del niño orientado por lo que ve, la orientación sensoriomotríz surge en presencia del objeto.

A los dos años hay acomodación adaptativa. Traslada lo aprendido de un aspecto de la realidad

a otro distinto. La separación del esquema de realidad.

El juego pasa a ser juego simbólico, Usa esquemas diferidos puede separarse de estímulos reales y utilizarlos en otro contexto, implica una representación.

Al tercer año de vida los juegos son mucho más complejos ya no traslada acción de un contexto a otro en el juego empieza a sustituir objetos, “juego del como si”.

La imitación diferida proporciona los significantes que la inteligencia aplica a significados diversos. La capacidad de imitación diferida es fundamental en: el proceso simbólico, el proceso de herramentación.

Con el pensamiento simbólico aparece la capacidad de adaptar esquemas aprendidos a situaciones nuevas. El conocimiento empieza por captar estímulos por los sentidos, base sobre la que se configura la percepción del objeto. Después se conceptualizan imágenes mentales percibidas mediante la abstracción.

En la medida que la formación de conceptos es una imagen abstracta se generaliza el concepto, clasificamos. Todo concepto es un sistema de clasificación de la realidad.

El juego:

Se asocia a la infancia; cuando los adultos observan a los niños mientras juegan o construyen castillos de arena, acostumbran a pensar que son meros pasatiempos, que con el paso de los años, serán sustituidos por actividades más “útiles”. Los adultos describen sus actividades “improductivas” en diferentes términos, ya sea como entretenimiento, recreo, vacaciones o vida social. Con todo, las actividades no productivas de los niños y de los adultos son sorprendentemente afines, tanto en su finalidad como en sus resultados.

Los psicólogos modernos reconocen la importancia del juego en el desarrollo infantil. ¿Qué conductas morales, sociales y cognitivas podrían investigarse o practicarse en esta situación? ¿De qué modo podría suscitar dichas conductas un profesor o supervisor? (George Roos y Peter Arnold)

Naturaleza del juego: Fiedrich Froebel fue uno de los primeros psicólogos en estudiar el juego. Lo concibió como “la más alta expresión del desarrollo humano en la infancia…la libre expresión de lo que es el alma infantil” Según Lowenfeld, psicólogo posterior, señaló que “la genialidad de Froebel consistió en identificar el juego como instrumento y auxiliar oportuno de la educación”

Generalidades: El juego está lejos de ser una pérdida de tiempo. Es algo que los educadores deberían respetar y tener en cuenta en sus programas. El juego no s propio exclusivamente del niño en edad preescolar, sino de todos los estudiantes. Puede servir para descubrir desviaciones sociales, así como para corregir tales desviaciones; se revela como un gratificante medio para adquirir habilidades cognitivas y sociales.

A fin de sacar el máximo partido del juego, los profesores deben proporcionar contextos favorables, modelos y demás tipos de estímulos, sobre todo a los estudiantes que no juegan demasiado. Las investigaciones contemporáneas indican que el juego es mucho más funcional de lo que soñarían jamás los primeros psicólogos.

Se concibe el juego como una actividad de construcción del lenguaje, en la que los niños aprenden sin esfuerzo las reglas gramaticales y léxicas que son el fundamento de su lengua. Se considera asimismo como un ejercicio que desarrolla: la fuerza física, la coordinación y la agilidad la capacidad infantil de concentración y la tendencia a explorar y crear. Los juegos proporcionan a los niños sus primeras experiencias de las ideas de justicia, ley, equidad y falsedad . En estos y en otros muchos aspectos importantes del aprendizaje y del desarrollo social, los investigadores han podido demostrar que: EL PAPEL QUE DESEMPEÑA EL JUEGO ES CRUCIAL.

Imitación:

Aprendizaje por imitación Los modelos ejecutan los actos físicos de las tareas, pero al mismo tiempo los verbalizan. Ello permite al que los ve no solamente observar la conducta deseada, sino oír los pensamientos (monologo interior) que puede o debe guiar su conducta. (Manuel Hernández, Puerto Rico) los modelos ejecutan los actos físicos de las tareas, pero al mismo tiempo los verbalizan. Ello permito al que los ve no solamente observar la conducta deseada, sino oír los pensamientos que puede o debe guiar su conducta. (albert bandura)

El niño en edad preescolar es por naturaleza un ser en movimiento, necesita estar activo. La educación Waldorf está dirigida a fortalecer y desarrollar la inteligencia del niño a través del hacer. Esto implica un aprendizaje participativo a través de la experiencia personal, ó en otras palabras un aprendizaje que se descubre a través de la actividad misma. Además esta inteligencia a través del hacer propicia el desarrollo de un auto control del movimiento, que es una capacidad básica que necesita adquirirse antes de que el niño inicie la educación escolar, es por esto que en los Jardines de Infancia Waldorf prevalece una cultura del ;estar activo; que sustituye a la del sentarte quieto;. Sin embargo, el dejar al niño en libertad, respetando su naturaleza activa, constituye un reto que requiere de maestros capaces de acompañarlo en este camino y de guiar de toda esta actividad este contenida dentro de límites sanos y aceptables para el desarrollo del niño, en este sentido el maestro Waldorf cuenta con dos herramientas educacionales que pueden ayudarlo a responder a este reto: el uso de la imitación y el ejemplo, y el ritmo y la repetición. De esta manera el niño es acompañado en su descubrimiento de si mismo y de su entorno, creando un balance entre la autoconfianza y la autoafirmación, y las necesidades de los otros. El principio pedagógico fundamental es el de aprender a través de la imitación y el ejemplo., imitando todo lo que observan a su alrededor, son como una esponja y absorben todo lo que perciben de su entorno para luego plasmarlo en su acción. Existe un balance muy sutil pero maravilloso relacionado con el acto de imitar, por un lado esta es una actividad de la individualidad (el niño escoge libremente hacer algo de acuerdo a sus necesidades internas, sin recibir ningún tipo de directriz por parte del adulto). Por otro lado está también el deseo de unirse a otro individuo (una experiencia de tu y yo, un intercambio saludable entre el yo y el nosotros). Esto contribuye al desarrollo de una conducta social positiva y al mismo tiempo fortalece la identidad personal y la autoestima.

La imitación es una de las facultades propias del niño pequeño que le permite comprender y conocer el mundo a través del hacer. Esta necesidad que tiene el niño por imitar lo lleva a seguir la dirección del adulto sin necesidad de ser obligado para dicho fin, es por esto que los maestros que tienen a su cargo la educación de niños pequeños tienen una gran responsabilidad, ya que deben ser seres humanos dignos de ser imitados, el niño no solo imita lo que el maestro hace frente a él sino que a su vez imita su disposición, su actitud hacia la vida, es por esto que dentro de los seminarios que capacitan a los educadores Waldorf se enfatiza la importancia de la auto educación y auto desarrollo del maestro, ya que solo así el rol que cumplirán podrá ser asumido con responsabilidad, haciéndolos ejemplos valiosos y merecedores del respeto y la confianza de los niños.

Dibujo:

A partir del año y medio, los niños ya empiezan a coger lápices y hacer garabatos. Obviamente, no tienen ninguna intención de dibujar nada, simplemente experimentan con los colores. Algunos expertos opinan que analizando estos garabatos podríamos sacar algunas conclusiones de la personalidad del niño.

A partir de los 2 años, el niño empieza a dar forma a esos garabatos iniciales. Intentan representar el mundo que les rodea, añadiendo los contornos y eligiendo los colores que más le gustan.

A partir de los 3 años, el niño ya puede dibujar una forma humana. Aunque solo se trate de un humanoide, un círculo con dos líneas que representan las piernas, los brazos todavía no los suelen dibujar.

Entre los tres y los cuatro años, el niño afina sus dibujos: ya las personas no solo tienen piernas, también tienen cuerpo y brazos, en algunos casos también incorporan el pelo, esto quiere decir que se trata de un niño detallista y observador.

Ya estamos en los cinco años, donde ya podemos ir analizando los dibujos. El niño ya ha aprendido a dibujar mucho mejor y las personas ya tienen cabeza, cuerpo, brazos, piernas. Se diferencian los ojos y la boca. Esta etapa es importante porque empieza la diferenciación. Cuando el niño pinta varias personas no los hace iguales: uno es más alto, otro más bajo, un hombre, una mujer…. Es un síntoma de creatividad y observación del entorno.

En los seis años, el niño ya tiene su propio estilo pero aparece algo nuevo: la situación. Es capaz de dibujar el paisaje o el entorno en el que se encuentran sus personajes.

Escritura:

Las Leyes oníricas de Freud, llamadas por Marchesan leyes del escritura. De esta manera las cuatro Leyes fundamentales, han sido formuladas sobre la base del encuentro entre el consciente y el inconsciente. Además Marchesan sustituye el concepto de trabajo onírico por el de inercia psíquica. El inconsciente trabaja y comprime imágenes simbólicas que se liberan a través del sueño cuyo significado es manifiesto y latente. De igual forma otra manifestación del inconsciente es el signo gráfico, que siendo una imagen simbólica, es un gesto automatizado que se plasma con la escritura y por lo tanto inconsciente.

La escritura es la proyección simbólica del:

- Consciente: el signo gráfico es un signo convencional que se aprende, el niño dibuja la letra, por eso es consciente. No se escribe igual en árabe, cirílico o en las variadas formas occidentales.

- Subconsciente: Cuando ya se ha aprendido a escribir, se ha automatizado la escritura, pasa a la memoria remota, (subconsciente) a la que recurrimos cuando queremos escribir.

- Inconsciente: El signo gráfico adquiere una mímica particular, como manifestación de ser una representación simbólica, regida por unas leyes mímicas. Por eso cada sujeto escribe de una forma única.

La letra aprendida en la escuela y filtrada por el cerebro y los músculos personaliza la letra y la automatiza. La escritura es la representación gráfica y simbólica, condensada, desfigurada y visible del inconsciente. Es el test más natural que existe, la fotografía de nuestro inconsciente.

1. Ley de flujo y reflujo entre consciente e inconsciente.

En la actividad psíquica, cuando y donde la actividad consciente disminuye, en la misma medida aumenta la actividad inconsciente y viceversa. Se produce una lucha por el equilibrio de fuerzas.

Durante la fase de relajamiento aflora la parte inconsciente, tenemos un fluir de energía que lleva a un alargamiento del inconsciente (en esta fase el consciente reposa). No se trata de un trabajo porque no es la parte racional y por este motivo se habla de inercia, de energía pasiva, de desentorpecimiento.

2Ley de inercia psíquica.

Cuando el consciente se relaja el inconsciente trabaja a pleno rendimiento, porque es el consciente el que no le permite hacer lo que quiere, es decir, por inercia el inconsciente se manifiesta, a no ser que se ponga a trabajar el consciente y lo reprima. A mayor trabajo del consciente mayor represión del inconsciente. Por ejemplo, si se tiene que entregar un trabajo para obtener una buena calificación haremos la letra clara, esmerada, lenta, si por el contrario, estamos escribiendo a un amigo nuestra letra será más espontánea, natural, más como somos inconscientemente.

Todo hecho psicológico está relacionado con otros hechos y jamás está aislado.

3. Ley de representación psíquica-inconsciente.

El inconsciente tiende a manifestarse en cuanto el consciente se descuida, para obtener satisfacciones de los deseos que tiene reprimidos por el consciente. Como su movimiento es de inercia, no tiene empuje (carente de energía cibernética) para superar los obstáculos que le pone el consciente a sus deseos, necesita economizar transformando (dislocación onírica) y condensando (condensación onírica) en una imagen que representa a todos los deseos de ese grupo o tipo.

Las tres leyes oníricas de Freud - dislocación, condensación y representación visiva - constituyen la tercera Ley fundamental de la psicología de la escritura. El producto del inconsciente bajo forma de sueño.

4. Ley de representación gráfica.

La escritura espontánea es producto de la zona subcortical y por lo tanto de la zona neurovegetativa y por tanto, del inconsciente. En ella confluye el yo en toda su integralidad: la inteligencia, el sentimiento y la voluntad que se transforma en una imagen visible desfigurada y condensada de la actividad vital del yo, es decir, en símbolos.

En función de nuestras experiencias vividas, de nuestra inteligencia y de nuestra forma de actuar tendremos una forma personal del símbolo. a) En la escritura el inconsciente ve la imagen visible, desfigurada, y condensada del pensamiento personal y una concreción del yo. b) Por medio del automatismo psiconervioso de la escritura, el inconsciente imprime en ella todas las características del yo de un modo mímico-simbólico, lo que no significa, sin embargo, que el movimiento y expresión gráficos sean un símbolo representativo de la tendencia. e) Existe una correlación entre las leyes fundamentales y los rasgos de la escritura (signos gráficos) y los de la psique (tendencias y aptitudes).

Identidad:

Identidad es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Si este concepto lo aplicamos a la persona, llegamos a la definición de queIDENTIDAD PERSONAL es la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás. Implica una conciencia de la permanencia del yo. La identidad personal evalúa, coordina e integra las percepciones, que son análisis interpretativos de un conjunto de datos, a partir de los cuales obtenemos información.

En la medida en que el niño se va diferenciando del mundo exterior va construyendo su propia identidad. La etapa de 3 a 6 años denominada por WALLON como del personalismo es la más significativa en la construcción de la identidad de la persona. El niño se diferencia de los demás mediante la oposición hacia gran parte de las propuestas que las personas le ofrecen.

El crear un clima de seguridad de relaciones de calidad entre el adulto y los niños, la valoración y confianza ajustada de aquél en las capacidades de progreso de éste, y la interacción de los niños con las personas que conforman su entorno, con las que establecen relaciones de distintas índole, desempeñan un papel fundamental en la construcción de la identidad y de una imagen positiva y ajustada.

Veamos CÓMO SE CONSTRUYE UNA ADECUADA IDENTIDAD PERSONAL dentro del desarrollo afectivo y social de la persona. La vida del recién nacido, se reduce casi exclusivamente a reacciones emotivas. Estas emociones se hallan ligadas, en los cuatro primeros meses, fundamentalmente a sensaciones orgánicas: hambre, sed, satisfacción del apetito... Poco a poco comienzan también las emociones ligadas al sentir sensorial íntimamente relacionadas con el cuerpo y debidas a estímulos exteriores: experiencias del tacto, visuales, olfativas.

A medida que el sujeto distingue los objetos que le rodean será capaz de establecer con ellos relaciones. Tres son los estadios que completan el camino hasta establecer relaciones:

1. Estadio narcisista (0-2 meses): en un principio el niño sólo siente los estados de tensión y malestar, y únicamente en esta situación se establecen conexiones con el medio.

2. Estadio preobjetal (3-8 meses): a partir del tercer mes el niño responde con una sonrisa; al quinto mes sonríe a la vista de un juguete o biberón; a los 6-8 meses entra ya en una etapa de transición a la otra etapa sonriendo sólo a personas conocidas.

3. Estadio objetal (8-10 meses): crisis de angustia, el bebé reacciona con temor ante la vista de una persona, aún conocida, en ausencia de su madre.

Aplicado esto a los tres primeros años de vida, evoluciona desde un conocimiento de las personas (en el segundo trimestre de vida), a un reconocimiento de sí (18-24 meses los niños reconocen su imagen y comienzan a usar los pronombres personales), para llegar a la adquisición del rol sexual (a los tres años usan el conocimiento de la identidad sexual y de género).

En cambio, entre los tres y seis años de vida, el niño llega a conocer las características de los otros aunque se base en lo externo y en las apariencias. Conoce también las relaciones interpersonales (autoridad, sumisión, amistad.) y los sistemas e instituciones sociales (es un conocimiento basado en rasgos o aspectos externos, perceptibles).

Entre los cuatro y seis años la vida emocional del niño sufre profundos cambios. Los más importantes son:

El comportamiento emocional tiende a normalizarse (cambio de humor menos bruscos)

El comportamiento tiende a ser menos explosivo y causal.

Lo que las emociones pierden en violencia, lo ganan en variedad y riqueza. Las emociones tienden a socializarse.

Socialización:

Recordando que la socialización es un proceso mediante el cual el individuo adopta los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad. Dicho en otros términos, socializar es el proceso por el cual el niño, aprende a diferenciar lo aceptable de lo inaceptable en su comportamiento. Socializar es un proceso muy importante que debe fomentarse en los niños y niñas desde muy corta edad.

La primera infancia es el periodo en el que tiene lugar el proceso de socialización más intenso, cuando el ser humano es más apto para aprender. Desde que se nace se está aprendiendo y se continúa haciéndolo hasta la muerte. Así como no todos los niños gatean, caminan o hablan a la misma edad, tampoco para aprender hay una edad fija. Los niños difieren unos de otros en cuanto a su ritmo de aprendizaje, de ahí la importancia de ofrecer estímulos, experiencias o materiales que contribuyan en el aprendizaje, ya que el proceso mismo lo realizan los propios niños.

Este proceso mediante el cual los niños aprenden a diferenciar lo aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo) en su comportamiento se llama socialización. Se espera que los niños aprendan, por ejemplo, que las agresiones físicas, el robo y el engaño son negativos, y que la cooperación, la honestidad y el compartir son positivos. Algunas teorías sugieren que la socialización sólo se aprende a través de la imitación o a través de un proceso de premios y castigos. Sin embargo, las teorías más recientes destacan el papel de las variables cognitivas y perceptivas, del pensamiento y el conocimiento, y sostienen que la madurez social exige la comprensión explícita o implícita de las reglas del comportamiento social aplicadas en las diferentes situaciones.

Sin embargo, la socialización del niño durante la infancia no constituye en sí una preparación suficiente y perfecta, sino que a medida que crece y se desarrolla su medio ambiente podrá variar exigiéndole nuevos tipos de comportamiento. Por lo tanto es fundamental ir enfrentando a nuestros niños y niñas a diversos ambientes: familiar, escolar, comunal y otros...

Operaciones Concretas:

Aproximadamente entre los siete y los once años el niño se hace cada vez más lógico, a medida que adquiere y perfila la capacidad de efectuar lo que Piaget llamo operaciones: actividades mentales basadas en las reglas de la lógica. Sin embargo en este período los niños utilizan la lógica y realizan operaciones con la ayuda de apoyos concretos. Los problemas abstractos están todavía fuera del alcance de su capacidad. Así pues, designamos a este estadio con el nombre de estadio de las operaciones concretas.

El niño que atraviesa el estadio de las operaciones concretas procesa la información de una manera más ordenada que el niño del estadio preoperatorio. El niño analiza percepciones, advierte pequeñas, pero a menudo importantes, diferencias entre los elementos de un objeto o acontecimiento, estudia componentes específicos de una situación y puede establecer una diferencia entre la información relevante y la irrelevante en la solución de problemas (Gibson, 1969).

Desarrollo del YO:

En el proceso de fascinación (Bernfeld) el yo reproduce las primeras percepciones y luego lo hace con todo estímulo que le llega. La imitación de lo percibido y la introyección oral forman el fundamento de lo que constituye la identificación primaria, primera forma de amor hacia un objeto y primera reacción motora ante estímulos exteriores.

El yo primario de los períodos evolutivos iniciales es netamente placentero, porque introyecta lo que es agradable y proyecta fuera de él lo que es desagradable, rigiéndose por el principio del placer. En las primeras etapas de la vida, el yo es estructuralmente débil pero se cree omnipotente por tener en sí mismo una parte del mundo exterior, que ha introyectado por vía oral (no tiene criterio de realidad y no conoce sus debilidades); de esta manera, tiene impulsos de actuación mágica y de omnipotencia, que nacen en el ello y aparecen como tales en el yo.

De acuerdo con un trabajo de Ferenczi, se considera que el yo pasa, en el curso de su evolución, por cuatro fases de magia y omnipotencia, que son las siguientes:

1. Fase de omnipotencia incondicional: que correspondería a la del estado fetal.

2. Fase de las alucinaciones mágicas: donde todo impulso es inmediatamente satisfecho por medio de alucinaciones.

3. Fase de omnipotencia con auxilio de gestos mágicos: la reacción del niño frente a una necesidad corporal se acompaña generalmente por movimientos de brazos y piernas. Gran parte de los síntomas histéricos pueden ser considerados como recompensados por medio de tales artificios.

4. Fase de superioridad del pensamiento: parece iniciarse conjuntamente con el lenguaje, fase inaccesible a los niños pequeños y los psicóticos. Estas fases mágicas del yo desaparecen casi por completo cuando son sustituidas por el sentido de la realidad. Percibir, adaptarse a la realidad y actuar son las funciones más elevadas del yo, pero todo hombre en algún momento puede tener un pensamiento mágico. El yo no sólo es capaz de actuar sobre el mundo exterior, modificándolo (aloplastía), sino que puede también actuar sobre el organismo (autoplastía), condicionando las reacciones de éste hasta tal punto que llega a simular la realización de un deseo.

Lenguaje (Primera y Segunda Infancia)

La adquisición del lenguaje es uno de los procesos más complejos, que solo los seres humanos poseemos, pues para que este se desarrolle de forma satisfactoria son necesarios factores neurofisiológicos y sociales, los primeros referentes a la relación que existe entre la conexión del cerebro y la corteza cerebral con el aparato fono articulador, de nada serviría la conexión de estos, si no existe una relación con otros individuos, pues al momento de que un niño nace solo se comunica a través de llantos o gritos, pero conforme va creciendo el lenguaje se va desarrollando y perfeccionando cada vez más, dependiendo de lugar y personas con las cuales interactué pasando por diferentes etapas como la pre lingüística y lingüística, las cuales nos dirán si a una determinada edad el niño va acorde a los parámetros normarles de desarrollo del lenguaje o en caso contrario investigar qué es lo que está influyendo para que este se haya retrasado.

La edad de aparición de las primeras palabras puede variar de unos niños a otros, aunque en general se producen en torno al primer año de vida. También es importante tener en cuenta que el desarrollo del lenguaje suele ser más rápido en las niñas que en los niños.

En general, si observamos que nuestro hijo tiene un lenguaje como de un niño seis meses más pequeño, esto puede ser un indicio de que algo no va bien. Es entonces cuando debemos consultar a un profesional que valore si es necesario realizar un tratamiento de estimulación del lenguaje, con el fin de prevenir posteriores alteraciones en el desarrollo del mismo.

•Los recién nacidos se comunican exclusivamente a través del llanto. Poco a poco, éste irá modulándose para manifestar diferentes estados de ánimo que los padres podrán identificar según el tono.

•A partir de los 3 meses aparece un incipiente balbuceo que son sus primeros intentos de una posterior articulación de la palabra. Sus sonidos son guturales y labiales; y va escuchando su propia voz e incluso repite algunos sonidos.

•A partir de los 6 meses el niño sustituye los lloros por gorgojos y gritos. Se distrae mucho escuchando los sonidos que él mismo produce. Algunos empiezan a articular alguna sílaba como “pa”, “ma” o algún diptongo.

A estas edades el lenguaje es un juego fonético funcional, semejante al juego manipulativo y con él va dominando el aparato de fonación como condición primera e indispensable para la aparición del lenguaje.

•Al finalizar el primer año, utiliza los sonidos para conseguir una respuesta de su entorno; pero, son más bien una conducta imitativa de los adultos que la representación de palabras concretas.

Poco a poco van comprendiendo cada vez más palabras. El adulto al dirigirse a un niño de esta edad va cambiando el tono de voz: de enfado, de broma, con afecto… El pequeño les imita y así va adquiriendo un valor representativo de lo que escucha.

•Hacia el año y medio ya es capaz de tener 10 ó 12 palabras. Es la etapa de un lenguaje particular del niño, una jerga difícil de entender para los adultos y que le acompaña en casi toda su actividad.

Es en esta época cuando utilizan la “palabra-frase”: una palabra quiere decir muchas cosas o expresar múltiples deseos o necesidades.

•A partir de los 2 años con un pensamiento simbólico incipiente, va ampliando rápidamente su vocabulario y empieza a comprender el significado de muchas palabras; además comienza a hacer frases de 2 o 3 palabras y con los verbos siempre en presente. Todavía no tienen clara la idea de su identidad frente a los que le rodea y utiliza su nombre para designarse, hablando de sí mismo en tercera persona.

•Al llegar a los 3 años, el avance ha sido vertiginoso. Nos encontramos con el típico charlatán que no para de hablar, presentando en su lenguaje un matiz egocéntrico. Todo lo pregunta, le cuesta respetar el turno de palabra con los demás, no le importa lo que los demás le cuentan e intenta ser el centro de atención mientras habla. Es curioso que a esta edad el niño acompaña la acción, el juego, siempre con la palabra; tiene que expresar el pensamiento.

A los 3 o 4 años, el número de palabras ha aumentado hasta llegar aproximadamente a las 1000. Utiliza el “yo” para nombrarse, los pronombres personales, los adjetivos, los verbos, el plural y el singular. Su capacidad retentiva va en aumento, es capaz de adquirir nuevo vocabulario y de memorizar canciones, poesías, adivinanzas…

•Entre los 4 y los 5 años, el niño habla sin cesar, queriendo ser el centro de atención. Su lenguaje es un “monólogo colectivo”. Le gusta jugar con el lenguaje que cree dominar; de inventa canciones, poesías, adivinanzas, va dándose cuenta de las palabras que “suenan” parecidas, hacen pareados, les gusta cambiar el tono de voz para interpretar personajes de cuento, usa expresiones de adultos del tipo “¡Qué le vamos a hacer!”, etc.

•Entre los 5 y los 6 años se da por finalizado el proceso de adquisición de los pilares de la lengua y a partir de aquí comienza el perfeccionamiento y ampliación de vocabulario. Es el momento en el que se puede comenzar con el aprendizaje de la escritura.

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