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Positivismo De Comte


Enviado por   •  9 de Febrero de 2014  •  2.139 Palabras (9 Páginas)  •  269 Visitas

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LA CONCEPCIÓN COMTEANA DE LA CIENCIA

La concepción positivista de la ciencia acuñada por A. Comte está fuertemente cimentada en el modelo metodológico de un tipo de ciencias en particular: las Ciencias Naturales.

El criterio de cientificidad para el autor vendrá justamente determinado por estas ciencias que representan el punto máximo del progreso del conocimiento humano por su capacidad de predicción de los fenómenos, y a raíz de ello, por el dominio de la naturaleza que posibilitan.

Con Comte, nos encontraremos ante un modelo de ciencia que aspirará a constituirse más allá del ámbito del estricto conocimiento, en un modelo de sociedad.

El postulado fundamental del positivismo es que no hay más conocimiento científico que aquel que puede basarse en hechos observados.

La observación provee el material al que dan forma las teorías científicas a través de la enunciación de leyes generales hipotéticas bajo las cuales se subsumen los hechos individuales.

Dichas leyes se contrastan y verifican constantemente en el terreno fáctico que provee la base de su firmeza y estabilidad.

Para Comte, nuestro contacto con los fenómenos por medio de la observación es directo, ella nos permite una apreciación exacta de lo que es en términos de sus relaciones reales y no de sus causas íntimas o su destino final.

El método positivista tiene entre sus objetivos depurar la ciencia de las ficciones metafísicas que intentan explicar lo real basándose en especulaciones que no tienen su fundamento en datos empíricos y que por lo tanto, no nos proporcionan un verdadero conocimiento de la naturaleza.

Este último consiste por el contrario, en presentar a todos los fenómenos sujetos a leyes naturales invariables que muestran sus relaciones de sucesión y similitud.

Para lograr progresos en el campo del conocimiento, es tan necesario proceder de los hechos a los principios como de estos últimos a los primeros. De ese modo, se estructura el saber de lo empírico a través de postulados generales que sistematizan el conocimiento científico. Las leyes fundamentales deben intentar reducirse al menor número posible, que subsuma la pluralidad en un ordenamiento simple, aunque el ideal de formular algún día una sola ley que pueda explicar el acontecimiento de todos los fenómenos y a la cual puedan ser reducidas todas las demás, sea irrealizable.

Por tal razón, uno de los puntos fundamentales de la teoría comtiana es el monismo metodológico: el método es uno y el mismo para todas las ciencias, de modo que cada una puede considerarse en relación con el sistema positivo entero, como un todo orgánico, tomado desde el punto de vista de sus métodos esenciales y sus principales resultados.

La búsqueda de leyes generales que permitan abarcar la totalidad de los fenómenos propicia el “manejo” de dicha totalidad: si nos es posible anticiparnos al comportamiento de la naturaleza, nos es posible realizar acciones que pongan ese curso natural a nuestro beneficio, extendiendo así nuestro poder sobre los hechos. La ciencia adquiere así un carácter instrumental sujeto a los intereses humanos que van más allá del mero conocimiento.

Los beneficios del nuevo método se extenderán también al orden social: la estructuración y unificación del saber permitirá para Comte poner fin a la dispersión y el extravío de la especulación humana que son causa de la crisis social y política; es su profunda convicción que el orden en el ámbito del saber traerá el orden en el terreno práctico.

La metodología positiva, no se circunscribe únicamente a las ciencias de la naturaleza sino que, según Comte, puede aplicarse a todas las ciencias que el hombre lleve a cabo, tal como lo demuestra su proyecto de constitución de una “física social” que complete el sistema positivo con la introducción al mismo de las ciencias sociales.

2) La ley de los tres estadios.

Justificación de la ley

Comte sostiene que tanto el hombre en el transcurso de su vida individual como la humanidad en su conjunto a lo largo de la historia, pasan sucesivamente por tres estadios, los cuales se caracterizan por poseer tres maneras diferentes de reflexión, tres métodos sucesivamente excluyentes de abordar la realidad.

El primero es el estadio teológico, donde todo se resuelve en lo absoluto, donde la imaginación apela a las voluntades arbitrarias de seres sobrenaturales para explicar todo lo que ocurre.

El segundo es el estadio metafísico, en el cual los principios explicativos residen en fuerzas abstractas, en ‘entidades’ puramente verbales que se creen reales.

El último estadio es el positivo o científico, momento en el que se deja de lado la búsqueda de lo absoluto tanto como de las causas primeras y finales, y se procede a la consideración de los hechos y a las relaciones objetivas entre ellos, desapareciendo así las entidades sobrenaturales para volverse a las físicas.

Para Comte esta ley no tiene el carácter de una mera hipótesis explicativa que pueda ser falseada, por el contrario, es la descripción rigurosa del desarrollo de la inteligencia humana y del progreso de la humanidad. Tal como la verdadera ciencia, esta ley es formulada a partir de la observación, que en este caso será de tipo histórica y puede verificarse justamente considerando los distintos períodos del devenir del conocimiento hasta nuestros días. Para el autor, la ley puede establecerse tanto por dichas verificaciones históricas como por pruebas racionales, tal como resultaría si uno considera la evolución de su propio pensamiento desde la niñez, pasando por la juventud hasta la madurez (cada estadio tendría su parangón en esas tres edades del hombre). El ámbito de los hechos y el de la razón confluyen según Comte en la comprobación de la ley, es una explicación tanto histórica como lógica.

El espíritu humano, por su naturaleza, emplea sucesivamente distintos métodos de filosofar y la ley no hace sino manifestar una “necesidad histórica”: el carácter del conocimiento humano es progresivo y necesaria e ineludiblemente debe haber pasado por las distintas etapas que no sólo anteceden cronológicamente sino que preparan el momento positivo. Es preciso haber experimentado las fallas y la impotencia de las explicaciones teológicas y metafísicas de lo real para llegar al estadio positivo, el ímpetu del hombre por conocer y conocer con exactitud la naturaleza, es para Comte lo que lo ha hecho evolucionar desde las ficciones y abstracciones

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