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Problema Educativo Venezolano

mcgregox1 de Febrero de 2015

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Tradicionalmente, en Latinoamérica, los sectores deprimidos de la sociedad han sido los que más han sufrido la discriminación sistemática debido a que la situación personal de los individuos se pierde entre las grietas de las responsabilidades de las distintas administraciones públicas, quienes han operado históricamente con costosos e inefectivos programas de bienestar social, donde la separación funcional, la burocracia institucional y la incompatibilidad de los sistemas informativos se constituyen en elementos perniciosos para la gestión social de los gobiernos.

Con el precio de la liberalización económica de la década de los ochenta y de la globalización de la década de los noventa, se acentuó el problema de privación social en muchos países, resultando, cada vez más, personas con ingresos insuficientes y desempleados, junto con un pobre acceso a la educación, a los servicios de salud, a los alimentos y a la vivienda. Esta situación se convirtió en una pesada carga para los gobiernos, pues carecían de estrategias coherentes para enfrentar la problemática de manera adecuada.

Del mismo modo, esto ocurre en Venezuela, y es importante destacar que para lograr un servicio de beneficencia efectivo es desarrollar la cultura de administración de casos y estar respaldado por una tecnología (arquitectura basa en el Web) que soporte la integración de datos (programas relacionados) para apoyar las decisiones. Es tiempo de desmitificar a Internet y permitir el acceso a los más excluidos, es necesario garantizar espacios públicos para atender de manera automatizada los servicios sociales y reducir el tiempo invertido en estas tareas. Este debe ser el reto más importante del gobierno. El problema que ha generado la nueva economía digital no es la exterminación de las fuentes de empleo, sino que las personas no poseen las capacidades adecuadas para ocupar los nuevos puestos de trabajo que se están generando con la sistematización de las operaciones. Actualmente existe una gran demanda de diseñadores software, programadores, programadores, integradores de sistemas, administradores para el web, especialistas en redes y escritores técnicos, pero la baja inversión en capacitación tecnológica limita la ocupación de las personas desempleadas.

Es necesario advertir el peligro de la educación técnica, la cual no debe sustituir a la escuela ni a la universidad, pues cuando los estudiantes se capacitan para el uso de las TICS en un momento determinado, estas continúan avanzando haciendo obsoleto los conocimientos adquiridos, por lo que es recomendable que estos sigan el consejo de obtener una educación general y desarrollar sus capacidades de aprendizaje en lugar de obtener trabajos de TI específicos. Aunque a los empleadores de la actualidad desean trabajadores que comprendan la tecnología, también requieren que entiendan la naturaleza del servicio que prestan, así serán mas creativos y efectivos en sus labores.

Esencialmente el problema radica en que prevalece la cultura en los gobiernos y en la mayoría de los negocios de resistirse a invertir en la capacitación del personal que presta servicio al estado y a las compañías, pues existe la errada concepción de considerar la capacitación como un gasto y no como una inversión que le retribuirá beneficios a las organizaciones, pero en la medida que éstas comiencen a sentirse limitadas por falta de experiencia técnica acudirán a la inversión en educación como única alternativa para lograr la eficiencia en sus operaciones y servicios, de lo contrario corren el riesgo de ser arrollados por los avances tecnológicos de la era digital del conocimiento, generando caos administrativos y provocando una carga social insostenible.

Redefinir la educación debe ser el punto más álgido de la era del conocimiento. Se trata de que los gobiernos y los educadores diseñen políticas para desarrollar una sociedad en la que todos puedan aprender y actualizar sus habilidades a lo largo de su vida, evitando que las personas caigan en el error de pensar que aprender un oficio o una profesión significa estar listos para la vida. La nueva agenda educativa deberá responder al aprendizaje continuo y flexible que en la actualidad existe en Internet. Una de las herramientas que presta la web es el foro en el cual, una gran cantidad de materiales de educación y de recursos de aprendizaje se puedan actualizar en forma continua y es posible acceder a ellos con rapidez, en cualquier momento y desde cualquier lugar, nacional o internacionalmente. Así el concepto de aprendizaje continuo combinado con las posibilidades que ofrece Internet inyecta nueva vida a la idea del aprendizaje en línea donde los estudiantes realizan sus investigaciones en la red, redes de correo electrónicos y salas de pláticas y, lo más importante, los estudiantes pueden interactuar entre sí. Señalados por muchos como la universidad del futuro la “Webducación” ofrece programas de aprendizaje acreditados en línea con l fin de que los estudiantes puedan obtener un título sin que requiera asistir físicamente a una clase.

En otro orden de ideas, es preciso señalar que el ejercicio de la docencia universitaria en ciencias sociales y educativas nos ha colocado en un lugar privilegiado de observación del desempeño del estudiante como futuro profesional e investigador. Durante las últimas décadas el resultado de la relación escolaridad-rendimiento académico ha dejado un saldo negativo que amerita un estudio profundo e interdisciplinario, si partimos de la idea de que se trata de un fenómeno complejo asociado a diferentes condicionantes sociohistóricos y culturales.

Lo antes expuesto se concreta en una situación que alarma y preocupa a docentes sensibilizados con los procesos educativos: no se culminan los programas de pre y postgrados y, aun cuando se finalice la escolaridad con alto índice académico, no es proporcional al conocimiento alcanzado para su nueva profesión. El quehacer estudiantil en el contexto de la universidad venezolana, ha experimentado en las últimas décadas un notable desarrollo desde el punto de vista académico. El incremento de la creación de programas de cuarto nivel, -especializaciones, diplomados, maestrías y doctorados, es un indicador visiblemente revelador de tal avance, y en no pocos casos, reconocidos como excelentes en Latinoamérica por sus contenidos programáticos y diseños curriculares.

[http://mirwilhsm.over-blog.es/article-33716043.html, 25/07/2014]

Desde finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI las Universidades en Venezuela han presentado unas series de problemáticas que va desde los tickets del pasaje estudiantil hasta la globalización económica, unos más complejos que otros pero importantes todos y que afectan tanto a los estudiantes, como a todos los trabajadores de las universidades ya sean profesores y/o facilitadotes, administrativos, obreros y al resto del colectivo

Actualmente en las universidades públicas de Venezuela se está presentado una problemática sobre el recorte del presupuesto de un 6,7% por causa de la crisis financiera mundial que obliga, de acuerdo a la Ley de Presupuesto, a un ajuste nacional que afecta a todas las instituciones públicas del país, y por supuesto a las universidades. Este ajuste, producto de la crisis, no afectarán al sector estudiantil: transporte, comedor, becas, ni al personal; en varias universidades el presupuesto es una caja negra, que muchos desconocen y no saben lo que realmente se gasta, por lo que se requiere hacer una auditoria y que los rectores indiquen en qué gastan el dinero, cuáles son sus inversiones, sus asesores, etc.

Las autoridades ahora estarán obligadas a revisar los gastos superfluos como son: los gastos de representación invertidos en el pago de "hoteles cinco estrellas" y lujosos restaurantes, donde frecuentemente acuden las autoridades universitarias, los constantes viajes al exterior de los miembros del consejo rectoral, los abultados viáticos que universidades como la UCV, la Simón Bolívar, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), entre otras. El presupuesto que asigna el Estado venezolano a la universidad recibe por concepto de "Ingresos Propios", sumas millonarias de dinero, la cual administran las autoridades universitarias, sin ningún tipo de control. La oculta administración por las autoridades universitarias ha originado la conformación de mafias que controlan las partidas de las “providencias estudiantiles” como: Los tickets del pasaje estudiantil, los cupos del comedor estudiantil, el tráfico de cupos estudiantiles para ingresar como estudiantes a estas universidades manejados por algunos Centros de Estudiantes (y que hasta muertes de estudiantes han causado) con el beneplácito y complacencia de las autoridades universitarias.

Dentro del presupuesto entra el problema de infraestructura física de las universidades públicas ya que el presupuesto que se les da anualmente a estas casas de estudio los rectores no la usan para mejorar la deteriorada estructura de las instalaciones de las universidades públicas viéndose afectados los estudiantes ya que no pueden recibir clases en aulas con condiciones precarias, también las bibliotecas, los baños y el comedor se ven afectados. La mayoría de nuestras universidades siguen laborando en las mismas estructuras desde su fundación; las generaciones posteriores se han limitado a “pintar y arreglar friso”, muy poco se ha invertido en la ampliación y reacondicionamientos. Esto genera la incomodidad ambiental, factor necesario para el estudio óptimo. Lo que se le debe exigir a las universidades desde sus propias comunidades es entonces que hagan un uso racional del presupuesto asignado, que gerencien adecuadamente en función

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