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Problemas odontológicos

alesiscastro25 de Febrero de 2013

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Objetivos

• Conocer las generalidades del síndrome de Down para mejor comprensión en su contenido aplicado en problemas odontológicos.

• Saber cuáles son las enfermedades o problemas odontológicos más frecuentes en niños con síndrome de Down.

• Saber en qué cantidad en porcentajes se presentan estas enfermedades.

• Saber las capacidades que tienen las personas con esta problemática para ayudar a cuidar su salud bucal.

• Dar a conocer las medidas más frecuentes para prevención de las enfermedades bucales que puedan ser realizadas por estas mismas personas sin ayuda alguna.

• Dar a conocer casos reales con este tipo de problemáticas para su mejor entendimiento.

Introducción

Un paciente especial es cualquier niño que presente alguna limitación física, mental, sensorial o de conducta; que requiera una atención sanitaria diferenciada, o que sufra una enfermedad con implicaciones negativas en su salud bucal. Son pacientes especiales los niños con problemas de desarrollo (autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down o retraso mental), los niños con trastornos de hiperactividad y los niños asmáticos.

Tal como mencionamos, los niños con necesidades especiales tienen una alta incidencia de caries y enfermedad de encía bucales debido a una serie de factores tanto físicos como ambientales (dieta, medicación, etc). Esto los convierte en un grupo de riesgo con grandes necesidades de cuidados bucales preventivos. A pesar de ello, la salud oral de estos niños suele dejar mucho que desear ya que generalmente se encuentra relegada a un segundo plano, debido a que la propia enfermedad acapara toda la atención o porque existe un acceso limitado a los servicios odontológicos especializados.

La salud oral es un componente importante de la salud en general. Contribuye al bienestar del niño, evita el dolor y las molestias, y promueve una buena calidad de vida. Además, una buena salud oral maximiza las probabilidades de una nutrición, un lenguaje y una apariencia adecuados, tan importantes en un niño que se está desarrollando y más importante aún en un niño cuyas capacidades físicas o mentales se encuentran limitadas.

En este caso nos enfocaremos en los problemas dentales que se presentan en niños con Síndrome de Down.

Historia de la enfermedad y sus primeros encuentros con la medicina y la odontología

Existe la gran interrogante de cuando apareció el Síndrome de Down (S.D), desde que el inicio de la civilización, la humanidad es portadora del síndrome o bien si surgió en épocas más recientes.1

La primera descripción de esta enfermedad o padecimiento fue en 1846, que se le designó como “idiocia furfuráceo”. El término de “idiocia de tipo mongólico” fue dado a esta condición por Langdon Down, en 1866, a partir de esta fecha la palabra más usada para definir esta entidad fue la de “mongolismo”, y al niño afectado se le denomina “mongol o mongoloide”.2

La mayor contribución que aporto Down fue el reconocimiento de las características físicas y la descripción del S.D como una entidad diferente e independiente, sin embargo Down nunca estableció científicamente las causas o factores que provocan estas entidades.1

La primera comunicación medica sobre el S.D se presentó en un congreso efectuado en Edimburgo en 1876, en ella hicieron mención sobre la vida corta de los portadores del S.D, la marcada tendencia a presentar braquicefalia y la influencia el orden del nacimiento, ya que los niños con S.D, eran los últimos en nacer.1

En 1961, un grupo de científicos entre los cuales se encontraba un familiar de Langdon Down, decidió cambiar los términos de mongol, Mongolia, mongolismo por el de Síndrome de Down, ya que los vocablos utilizados en tal forma eran molestos, ofensivos y peyorativos debido a la implicación racial. Otra designación para este síndrome fue propuesta por Lejeune quien recomendó el de “Trisonomía 21”.1

Oshansky (1962) da por supuesto que casi todos los padres que tienen un hijo con S.D padecen de una pena crónica durante toda su vida. El grado de este dolor suele variar de unos padres a otros, pero la mayoría de ellos dan muestras de ello en un grado a otro, esta reacción es perfectamente natural y normal, aunque muchos padres tratan de ocultar en público su depresión y dolor.3

La sociedad española de Odontoestomatologia para el minusválido y pacientes especiales (SEOM), se creó en 1986 para concienciar a la profesión odontológica de la necesidad de tratar los problemas de los discapacitados sensoriales o físicos.4

En los últimos 10 a 20 años el término Síndrome de Down se utiliza cada vez de manera más extensiva y ya casi lo ha sustituido completamente. La palabra síndrome es el conjunto de signos y síntomas que constituyen una enfermedad independiente de la causa que lo origina y el segundo de término de Down, es en honor a quien por primera vez hizo una descripción clínica amplia del padecimiento.2

Durante mucho tiempo se consideró el origen del S.D como una regresión en la evolución del hombre hacia un tipo filogenético “más primitivo”. A pesar de su prolongada historia, es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se ha logrado una gran variedad de avances científicos que han influido en la atención médica de estos individuos y han proporcionado gran apoyo en la asesoría a sus familiares.1

Síndrome de Down es el resultado de la aberración cromosomita más común que existe, originado en la mayor parte de los casos por una Trisonomía 21, y en un porcentaje menor a una translocación parcial de cromosoma 14 y 21.los pacientes presentan una serie de signos y síntomas que se manifiestan en la 6ª y 8ª semana de vida intrauterina, entre los que destacan en mayor o menor grado: braquicefalia, nariz pequeña y puente nasal subdesarrollado (tercio medio reducido horizontal y vertical) que genera un perfil facial plano, pliegues de picañito en el ángulo interno del ojo, ojos hacia arriba y ligeramente saltones, anormalidades del oído externo, desarrollo mental deficiente desde moderado hasta grave, pliegue palmar de simio, cardiopatías congénitas, hernia umbilical, piel cervical abundante, estenosis intestinal, hipotonía, espacio vacío entre los dedos 1 y 2 del pie, reacciones inmunitarias anormales que los predisponen a infecciones y un riesgo de 10 a 20 veces mayor al resto de la población de sufrir leucemia.2

Desde el enfoque actual la propuesta para continuar desarrollando estudios dentro de esta misma línea de investigación, Pueschel cita a Kurnit quien opina debido a los grandes avances en biología molecular que han respaldado la hipótesis del efecto principal del cromosoma 21 extra en las pegonas con S.D y su relación con el aumento de RNA transcripcional codificado por los genes que residen en este cromosoma, el reto para el futuro consiste en aislar, mapear y caracterizar correctamente las secuencias de genes de cromosoma 21, y con el propósito de contrastar las acciones específicas no deseables de esos genes y/o sus productos.1

Así mismo, aunque todavía en etapa de experimentación, se ha reportado que la Delfino terapia mejora la respuesta del sistema inmunológico en niños con S.D. Por otra parte, actualmente con la propuesta de integración educativa en México, los niños discapacitados, entre ellos quienes presentan el S.D, deben integrarse a la escuela regular con el propósito de que se les reconozca como parte activa de la comunidad escolar.5

El tratamiento depende del grado de retraso y de los problemas relacionados. Los efectos cardiacos por ejemplo, requieren una corrección quirúrgica. Más allá de los problemas físicos, el niño requiere ser criado den forma especial. Muchos padres encuentran que es fácil proveer esto, ya que los niños con S.D y otros con retrasos tienden a ser calmados y tratables cuando son jóvenes. Por lo general estos niños son placidos, agradables y rara vez lloran o se quejan. El mayor triunfo para los padres de un niño con S.D en épocas recientes, ha sido poder darles una “educación especial” correspondiente a su grado de inteligencia .5

Es importante reconocer que a medida que un niño con S.D siga creciendo continuará necesitando cuidados y ayuda, más allá de lo que un niño normal necesita. Un niño con retraso mental no crecerá ni adquirirá el grado de inteligencia de un niño normal. Aun así, muchos pueden aprender a hablar, vestirse solos, a cuidar sus funciones corporales y a interactuar con los miembros de la familia y otros niños.5

Ante tal situación, diversos profesionales de las áreas educativas y de la salud, entre estos últimos odontólogos deberán formar parte del equipo interdisciplinario de atención a estas personas.1

Los pacientes discapacitados presentan una serie de peculiaridades odontológicas que exigen un manejo especifico.4

Las manifestaciones bucales de pacientes con S.D, suelen acompañarse de una serie de alteraciones de los tejidos duros y blandos en el cráneo entre los que destacan:

Maxilar superior pequeño y mesial a base del cráneo

La lengua puede parecer estar protegida (macroglosia), haciendo que la boca se mantenga abierta.

Pobre control de la neuromusculatura orofacial

Desarmonías oclusales clase II

Microdoncia

Problemas periodontales.

Retraso de la erupción de los dientes

Alta incidencia de gingivitis 2

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