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Proyecto De Investigacion


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  1.122 Palabras (5 Páginas)  •  164 Visitas

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EL ENSAYO: UN GÉNERO DE LA TENSIÓN*

Por Fernando Vásquez Rodríguez elescriba@etb.netco

De las variadas definiciones propuestas para el ensayo, me llama la atención el hecho de que en la mayoría de ellas se eche mano de dos conceptos o dos términos para dar razón de su ser. O bien son la didáctica y la poesía, o la literatura y la filosofía, o la imagen y el concepto. En todo caso, cuando se busca definir al ensayo, se llega a la conclusión que es un género híbrido, una mezcla de fuerzas. Un centauro, según el pensar de Alfonso Reyes.

Por supuesto, definir el ensayo como un género híbrido puede permitirnos explorar en una idea derivada: la escritura en tensión. Tensión porque al poner en relación dos fuerzas, con igualdad de intensidad, la vida misma del ensayo es compleja. No es una entidad fácilmente definible y, en esa misma proporción, no fácilmente gobernable. Su resistencia es doble: a ser definido y a ser elaborado. La tensión propia del ensayo es su vitalidad, su dificultad, su fascinación y su potencia para el pensamiento. Ahondemos, entonces, en cómo se muestra ese cimbreante ser de escritura que es el ensayo.

Una consideración inicial: si bien es cierto que el fin mismo de este género está en probar, en "ensayar", es igualmente verdadero que en un ensayo debe haber una propuesta. No sólo tanteos y escarceos con las ideas, sino también formulaciones argumentadas y sustentadas. He ahí la presencia de la tensión: sea porque prevalece una marca exploratoria, típica del ensayo; sea porque prima el anhelo de colonizar, de detener la búsqueda para construir un mundo propio. En esa tensión entre el nomadismo y el sedentarismo de las ideas halla el ensayista su ambiente más idóneo: un impulso centrífugo, lo lanza a la divagación y a la aventura; otro impulso centrípeto, lo insta a recogerse sobre sí y concentrarse en una tesis.

Y ni qué decir de la tensión entre la libertad expresiva y el rigor en la expresión. Una tensión que es, por lo demás, tanto más fuerte cuanto que el ensayo permite una "flexibilidad efusiva", al decir de José Luis Martínez. Al ser un género en donde pueden intercambiarse diversos tipos de disciplinas con la misma literatura, el ensayo lleva la tensión del pensamiento hasta puntos supremos. Tan grande es la fuerza de la lógica en el desarrollo de las ideas, en el hilo argumental, como la fuerza particular de un ritmo, de una palabra precisa, de una imagen convocadora y persuasiva. La tensión se mueve entre la búsqueda estética y el cuidado lógico.

Penetremos un poco más en nuestro asunto. Aunque Ortega y Gasset afirmó que "el ensayo es la ciencia, menos la prueba explícita", pienso que una mejor idea para esto de entender el ensayo desde el punto de vista de la tensión, es aquella según la cual, el arte y la ciencia en el ensayo son como "hermanos enemigos". Son dos fuerzas que se necesitan; dos hermandades en continua lucha pero, a la vez, sabedoras de su amor mutuo. La tensión consiste en mantener ese equilibrio, o en no dejar ladear (a balanza hacia ninguno de los dos extremos. Tan importante es el peso de lo artístico en un ensayo como los otros quilates de ¡o científico; no es lo uno por lo otro, sino lo uno con lo otro. Soportándose,

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