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SINDROME DE HIGADO GRASO EN BOVINOS


Enviado por   •  7 de Abril de 2020  •  Informes  •  1.863 Palabras (8 Páginas)  •  476 Visitas

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SINDROME DE HIGADO GRASO EN BOVINOS

Introducción

El desarrollo rural es muy importante dentro del crecimiento de toda región, porque en los países en desarrollo, son la base de gran parte de su economía por ello se generan Políticas y Proyectos que impulsen su tecnificación para el crecimiento y una mayor ocupación como sector productivo en la economía, porque se tiene que tener en cuenta, que de ahí no solo se obtienen los productos agrícolas que en ella se producen, sino también actividades ligadas al turismo y a la sostenibilidad del Medio Ambiente.

Desafortunadamente esta no es una tarea fácil, por el contrario, tiene una gran complejidad, existiendo varios factores que dificultan su desarrollo, como es el caso de la ganadería bovina, que se ve afectada por enfermedades, generando pérdidas millonarias, pues disminuye la producción lechera y la eficiencia de conversión alimenticia.

Un ejemplo de ello, es la enfermedad de síndrome de hígado graso, que afecta principalmente al ganado lechero, por está razón, en el desarrollo de este escrito de revisión, se identificará la patología, sintomatología, tratamiento clínico y métodos de prevención de la enfermedad.

¿Qué es el síndrome hígado graso?

Se debe tener en cuenta que el hígado es el principal órgano encargado de mantener la homeostasis metabólica en los animales, en otras palabras se encarga de regular y conservar estable el metabolismo, adaptándose a los cambios externos, por ello cualquier alteración funcional, puede desencadenar en alguna falla o enfermedad hepática.

Por ello, teniendo en cuenta lo anteriormente escrito, se puede definir el hígado graso o síndrome de la vaca gorda, como una enfermedad producida por una alteración en el metabolismo, debido a un déficit de energía, que el organismo trata de compensar mediante movilización excesiva de los ácidos grasos corporales al hígado, que sucede principalmente al inicio del ciclo de lactancia de las vacas.

Patología

Durante las últimas semanas de gestación debido a la formación del feto y a la síntesis de calostro, se aumenta las necesidades energéticas, al mismo tiempo se presenta una disminución en la alimentación de forma natural por parte de la vaca lechera, generando que el consumo de alimento sea mas lento al incremento de la producción de leche, resultando en un balance energético negativo, es ahí donde se produce la movilización de grasa corporal, para compensar los requerimientos de energía.

En un artículo sobre Síndrome de Movilización Grasa (hígado graso subclínico) en Ganado Lechero y sus Repercusiones en la Salud, el Área de Investigación y Desarrollo de Agrovet Market Animal Health determinó las siguientes causas más frecuentes de este trastorno.

  • Ingesta insuficiente de alimentos
  • Trastornos digestivos que alteren la absorción
  • Disminución del apetito o alimentos de mala calidad, con escasa digestibilidad o mal balanceados
  • La combinación del estrés del parto y los desbalances hormonales pueden provocar un déficit de energía

Cuando la vaca, en el periodo periparturiento sufre de inapetencia por cualquier causa como las anteriormente descritas, hay una leve hipoglicemia y el organismo recurre a los depósitos de glicógeno hepático y muscular para tratar de mantener los niveles normales; este glicógeno es rápidamente metabolizado y agotado de tal suerte que el organismo tiene que hacer uso de sus reservas grasas, produciendo una rápida movilización de ácidos grasos libres hacia diferentes órganos, principalmente al hígado (Olimpo, 1985), los cuales son oxidados y pueden ser transformados en triglicéridos, que son almacenados para ser transformados en energía, que termina ocasionando una alteración de la función hepática cuando sus niveles son excesivos, pues se taponan las vías de la metabolización y exportación de lípidos.

Una causa indirecta para la aparición de esta patología, se debe a las necesidades de los establos lecheros, que han aumentado de forma considerable la producción de leche en las últimas décadas, debido al crecimiento poblacional que ha demandado un mayor consumo de leche, por ello han tenido que maximizar los índices productivos, que ha obligado a una constante selección de genética para obtener mejores beneficios económicos, utilizándose diversos procedimientos, traducidos en nuevos planes de alimentación, uso de biotecnologías mediante la inseminación artificial, la transferencia de embriones y la sincronización de celos; todas estas nuevas prácticas productivas han incrementado el riesgo potencial de sufrir enfermedades, que son provocadas por sobrecarga de la actividad metabólica, para la alta demanda de producción, alterando el mismo, debido a que mantener la glicemia y la producción de leche requiere de la glucosa formada en el hígado. (agovet market)

Sintomas y Signos

Existen diversos aspectos que pueden evidencia la aparición de la patología, inicialmente se puede observar una pérdida de peso, disminución de la producción de leche y signos de debilidad por parte del bovino, los cuales es la sintomatología más obvia, de igual manera se puede observar que se genera una depresión del animal, cetosis moderada acompañada de cetonuria marcada, bajo esta sintomatología el animal puede llegar a negarse a comer todo tipo de alimento, aceptando únicamente pasto o heno en su dieta. (Olimpo, 1985)

Sin embargo hay que tener en cuenta que los signos clínicos y la gravedad de la enfermedad depende del grado de infiltración hepática, cuando es muy excesiva (sobre 40%), las vacas manifiestan signos neurológicos inespecíficos, tales como dificultad para caminar, mirada fija, temblores musculares, tienden a mantenerse paradas, para caer en decúbito en estado terminal; concomitancia con cuadros de hipocalcemia complican el diagnóstico y aceleran el decúbito. Las vacas no consumen alimentos y, si el daño hepático es marcado, pueden cursar con ictericia o desencadenar en la muerte del animal. (Universidad de Chile, 2000)

Para obtener un diagnóstico, que permita establecer el grado de severidad de la patología, se debe realizar una prueba que determine el porcentaje del TAG o lípidos almacenados y su repercusión negativa sobre la salud, producción, índices reproductivos, etc., si bien es cierto que estos efectos difieren de unas vacas a otras, se tiene referencia de severidad los siguientes parámetros: hígado graso leve (1-5% TAG), moderado (5-10% TAG) o severo (> 10% TAG). (Jimenez, Lipidosis hepática); sin embargo, no son exactos, especialmente para establecer el grado del compromiso hepático. Los más útiles son la determina­ción de la enzima hepática AST, AGNE y secundariamente el cuerpo cetónico B­Hidroxibutirato.

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