Sobreprotección ¿enfermedad O Salud?

SOBREPROTECCIÓN ¿SALUD O ENFERMEDAD?

A medida que la sociedad avanza en el tiempo, de igual forma lo van haciendo los conocimientos que tenemos acerca de los microorganismos que nos rodean. Partiendo del hecho que estos, en muchas ocasionas podrían causarnos diversas enfermedades; sería lógico pensar que el no exponernos a ellos puede ser un equivalente o aproximación a lo que entendemos como salud y bienestar o un mejor estilo de vida.

La teoría de la higiene, la cual en absoluto es nueva, ha llevado a más de un científico, inmunólogo a lanzar la idea de que posiblemente, detrás de los crecientes casos de alergia se esconde el fruto de un sistema inmune deprimido, con poco que hacer en una sociedad cada vez más aséptica y el hecho de que mayor casos de alergia aparezcan en los países llamados industrializados.

Esta, es una teoría que se ha venido extendiendo ampliamente en el mundo. Cada vez es más común, ver como las madres sobreprotegen a sus hijos de cualquier factor medio ambiental que le pueda generar problemas, por ende no les permiten jugar en la tierra, tocar las plantas, ni mucho menos tener mascotas cerca, ya que tienen la idea de que todo esto los está exponiendo a microorganismos, los cuales los van a perjudicar, pero ¿Qué tan cierta es esta teoría?

Al nacer, inicia una nueva experiencia para nuestro cuerpo y todas sus partículas, cada parte de este se va a ir adaptando progresivamente al nuevo entorno que lo rodea, lo mismo sucede con nuestro gran sistema inmune, quien es el encargado de protegernos contra factores y microrganismos patógenos, células cancerígena, entre otras. Para esta labor necesita ser preparado, con el fin de saber que moléculas son las que exactamente nos producirán algún daño y con cuales podemos convivir en un estado simbiótico.

El sistema inmune virgen, a lo largo de la vida, va guardando en su memoria cada información sobre el entorno con el cual el individuo se empieza a relacionar, para así, cuando llegue el momento exacto actuar, se tengan todas las herramientas necesarias para realizar esta función. Aunque ¿Qué sucede si no se permite que el sistema inmune entre contacto con partículas foráneas? ¿De dónde obtendrá la información necesaria para diferenciar entre lo dañino y lo bueno? de aquí parte la hipótesis de la higiene.

Como en cualquier entrenamiento, el sistema inmune también necesita que le exhiban a su enemigo o que por lo menos le presenten “algo” con lo que él pueda fortalecerse, es ahí cuando se vuelve de suma importancia, que en la infancia un niño pueda relacionarse con su exterior, ya que un niño quien vive en la sobreprotección, no le permitirá a su sistema inmune convivir con su entorno, factor importante para aprender a conocer lo que le rodea, si el no aprende a diferenciar los factores externo, no podrá relacionar entre lo perjudicial o lo benéfico. Es allí cuando nos encontramos con un aumento creciente en el número de niños que desarrollan enfermedades alérgicas, ya que su sistema inmune no puede reaccionar frente a un agente que no le generaría daño alguno en un estado natural.

En 1989, David P. Strachan, reconocido epidemiólogo, habla sobre la hipótesis de la higiene, como propuesta para explicar el hecho de que la fiebre del heno y eczema, enfermedades alérgicas, eran menos comunes en niños de familias más grandes, quienes eran “supuestamente” expuestos a agentes infecciosos más a través de sus hermanos, que en aquellos de familias con sólo un niño 1, esto fue solo el comienzo a través de la historia.

En múltiples ensayos epidemiológicos y estadísticos, se ha lograr demostrar que exposiciones a múltiples tipos de microorganismos y parásitos, con los cuales los humanos convivieron durante gran parte de su historia evolutiva, es necesaria para el desarrollo de un sistema inmunológico equilibrado y regulado. En los últimos tiempos, el desarrollo de prácticas de higiene, eliminación de las enfermedades de la infancia, el uso generalizado de antibióticos y la disponibilidad relativa de atención médica eficaz, han disminuido o eliminado la exposición a estos microorganismos durante el desarrollo, llevando a un aumento significativo en la tasa de enfermedades alérgicas.

Para describir el mecanismo mediante el cual esta teoría propone el desarrollo de las alergias, cabe recordar que cuando un agente foráneo estimula el sistema inmune y este dispara una reacción por células T, se pueden desencadenar dos tipos de respuesta:

Th1: migran a los tejidos infectados y colaboran en la activación de los macrófagos, ya que los Th1 segregan fundamentalmente interferón γ; son importantes en la defensa frente a los microorganismos intracelulares y la inflamación.

Th2: permanecen sobre todo en los tejidos linfoides y colaboran en la activación de los linfocitos B; segregan principalmente IL-4 (que estimula la secreción de Ig-E, que a su vez activa los mastocitos) e IL-5(que activa los eosinófilos). Los Th2 son importantes en las reacciones alérgicas y en la defensa frente a parásitos.2

Imagen 1. Esquema comparativo respuesta TH1 y TH23

Teniendo en cuenta ello, podemos expresar que las enfermedades alérgicas son causadas por respuestas inmunológicas inadecuadas a antígenos inocuos, impulsados por una respuesta inmune mediada por Th2. Muchas bacterias y virus provocan una respuesta inmunitaria mediada por TH1, que regula a la baja las respuestas Th2. El primer mecanismo de acción propuesto de la hipótesis de la higiene declaró que la estimulación insuficiente del brazo de TH1, la estimulación de la defensa celular del sistema inmune, conduce a un brazo TH2 hiperactiva, la estimulación de la inmunidad mediada por anticuerpos de los sistemas inmune, que a su vez llevó a la enfermedad alérgica.4

Como todo en la vida, el sistema inmune también necesita un equilibrio, que es logrado a medida que se estimulan ambas partes de la respuesta inmunológica. Cuando no se le permite al niño jugar con tierra o relacionarse con animales como ejemplos grandes, se le impide que

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