Terapia de infusión

INTRODUCCIÓN

La terapia de infusión se proporciona de conformidad con las leyes, reglas y regulaciones promulgadas por los organismos reguladores y de acreditación federales y estatales que rigen todos los ámbitos de atención del paciente, este procedimiento invasivo el cual se realiza constantemente en los hospitales y usualmente los profesionales encargados de realizar dicho procedimiento son las enfermeras y enfermeros, por lo que es de suma importancia que se lleve a cabo conforme a la así como tener en cuenta los aspectos éticos debido a que estos hacen mención sobre lo correcto e incorrecto durante este procedimiento invasivo, poniendo en práctica los principios de la bioética con relación a la enfermería, como lo son; principio de autonomía, principio de beneficencia, principio de no maleficencia y principio de justicia, ya que al ser un procedimiento invasivo el profesional de enfermería que lo realice debe de estar altamente capacitado con base en las Normas Oficiales Mexicanas, Guías de Práctica Clínica, Manuales, etc, y se proporciona poniendo atención a la calidad y la seguridad del paciente. La atención debe de ser personalizada, cooperativa, culturalmente sensible y adecuada a la edad.

Desde el aspecto psicológico se debe de llevar a cabo una evaluación en cuanto a la edad, habilidades cognitivas, la agilidad, la capacidad para comunicarse/aprender las consideraciones psicosociales y socioeconómicas que puedan afectar al plan de la terapia de infusión, es recomendable que de igual forma el profesional de enfermería interactúe con familiares, cuidadores o representantes legalmente autorizados como integrantes del equipo de atención del paciente, con el consentimiento del paciente o según sea necesario debido al estado mental^[1].

El presente ensayo tiene la finalidad de dar una reflexión acerca de los aspectos éticos y psicológicos en el proceso de atención al paciente con terapia de infusión intravenosa que realiza el profesional de enfermería.

DESARROLLO

La venopunción es un procedimiento invasivo el cual se realiza constantemente en los hospitales y usualmente es una actividad ampliamente desempeñada por el equipo de enfermería en las instituciones hospitalarias y posee alta complejidad teórico-práctica. Es un procedimiento invasivo que puede ocasionar complicaciones sistémicas y locales. Sin embargo, se hace necesaria la adopción de medidas y  aspectos éticos y psicológicos que posibiliten el control de asistencia en terapia intravenosa y evalúen la calidad de esa práctica, por lo que la terapia de infusión se debe de proporcionar de conformidad con las leyes, reglas y regulaciones promulgadas por los organismos reguladores y de acreditación federales y estatales que rigen todos los ámbitos de atención del paciente.

La ética de la enfermería se basa en la percepción de la moralidad, la práctica de la honestidad, la justicia, la solidaridad, las buenas prácticas y competencias. La ciencia de la enfermería regula los deberes de la profesión en el ámbito de sus tareas diarias^[2]. Por lo que es de suma importancia que se pongan en práctica los principios bioéticos, ya que son parte de la formación integral de las personas, que deben ser incorporados a la práctica diaria, con el fin de respetar los derechos de los pacientes a quienes se debe tratar con humanización y respeto, por lo cual se requiere una estimación de la eficiencia y eficacia de la práctica profesional de enfermería en el cuidado y aplicación de los conocimientos científicos y técnicos y, esencialmente, en la calidez, la calidad y la empatía con la que se trata al paciente y su familia. Aplicando los principios bioéticos como lo son; principio de beneficencia que tiene como base el no dañar, significa buscar el bien del paciente en términos terapéuticos, principio de la no maleficencia el cual significa evitar hacer daño, evitar la impericia, la imprudencia, la negligencia, principio de justicia que se refiere a tratar a todas las personas por igual, sin discriminación de raza, etnia, edad, nivel económico o escolaridad, jerarquizar adecuadamente las acciones a realizar y hacer uso racional de los recursos materiales y finalmente el principio de autonomía que refleja que la prioridad en la toma de decisiones del paciente, el cual decide lo que es conveniente para él durante el proceso, por lo que la toma de decisiones es un derecho que requiere de información adecuada para obtener un buen resultado durante la aplicación de este proceso invasivo.

Todo esto debido a que las prácticas seguras en salud se destacan, mundialmente, como tema prioritario en estrategias para mejorar la calidad de la atención a los pacientes. El Programa de Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), creado en 2004, evidencia el deseo de reducir al mínimo aceptable los riesgos y la prevención de las infecciones relacionadas con la asistencia en salud y los errores en la administración de medicamentos son acciones imperativas presentes en el Programa Nacional de Seguridad del Paciente. Esos eventos pueden ocurrir durante el uso de la terapia intravenosa debido a que no llevan a cabo los aspectos éticos y psicológicos, pudiendo causar daños al paciente, contribuyendo para empeorar el estado de salud y prolongar el tiempo de su estancia hospitalaria^[3].

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