Tipos De Soportes
xiochely22 de Marzo de 2014
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Los soportes inscritos
1. Arcilla, cerámica. En sentido estricto la escritura más antigua conocida es la cuneiforme sumeria del 3200 a.C. aproximadamente, conservada en tablillas de arcilla. No obstante, algunos autores consideran que, aunque la escritura entendida como “un sistema de comunicación humana por medio de marcas visibles convencionales” remonta a estas tablillas, no pueden, sin embargo, dejar de considerarse precedentes de la misma -en tanto que sistemas “escritos” de comunicación del hombre-, otro tipo de dibujos, anotaciones o marcas realizadas sobre soportes diversos: los petrogramas (pinturas rupestres), como las pinturas de la India, por ejemplo, o los petroglifos (tallas rupestres), o las diferentes formas de anotar cantidades y cuentas, generalmente en los inicios de cada civilización: marcas realizadas en hueso de águila de Le Placard (Charente) del período Magdaleniense medio, que muestran anotaciones de tipo de calendarios del hombre de cromañón europeo.
La arcilla es, pues, el material sobre el que se conserva la escritura más antigua; incluso las llamadas “cuentas simples” y “cuentas complejas” -fichas que representaban productos, de la zona de la Media Luna Fértil en el Oriente Medio, y que se suelen considerar como una protoescritura precedente de la escritura sumeria- son de arcilla, así como los envases en que se guardaban y las placas sobre las que se anotaban las cantidades y tipos de productos que esas cuentas representaban. La aparición de la alfarería facilitó el uso de la arcilla como soporte escriturario en el cuarto milenio a.C. Formadas placas muy finas, generalmente de tamaños similares, cuadradas y con las esquinas algo redondeadas, y cuando aún estaban húmedas y blandas, se incidían con una cuña de metal, marfil o madera. Su forma, generalmente lisa por la parte en que se escribía y algo convexa por la cara opuesta, facilitaba su almacenaje en nichos, huecos de la pared, nidales, que constituían así los primeros archivos. Los cantos de las tablillas llevaban consignados datos indicativos del contenido que podían leerse estando colocadas; así pues, junto a la escritura, surgía la primera aparición de formas de clasificación y archivo. De esta forma, la función de las tablillas, básicamente registros de contabilidad y actividades burocráticas, administrativas y comerciales, de los palacios sumerios, se ajustaba plenamente a las necesidades para las que habían sido creadas. Sin embargo, este material era pesado, de difícil transporte y muy frágil, y no facilitaba el desarrollo de la escritura como instrumento de expresión literaria, ni la aparición de bibliotecas como fondos de almacén y conservación de “libros”.
Junto a la arcilla, la cerámica, los ostraka, terracotas, vidrio, que se graban antes de su cocción definitiva. No obstante, la mayoría de estos elementos pueden servir como soporte de escritura pintada y no incisa.
2. Madera, tablillas de cera, corteza de árboles. Huesos. La madera fue otro de los materiales usados con profusión desde tiempos remotos. Ya utilizada, al parecer, en época sumeria, tuvo un empleo considerable en Egipto, junto al papiro. Tenía la ventaja de ser más abundante, barata y fácil de preparar. Podía usarse para grabar mensajes sin estar protegida o preparada, como hoy puede hacerse, pero su uso no deja de ser pasajero en esos casos. Normalmente se trataba recubriéndola de cera o blanqueándola con barniz; también se les aplicaba en ocasiones una capa de estuco en lugar de la cera. Cortada en formas regulares constituía tablillas que podían igualmente almacenarse. Se formaban dípticos con ellas, e incluso se les añadía una especie de asas para sujetarlas.
En Grecia y Roma las tablillas enceradas fueron el principal soporte de escritura, tanto para uso público como privado. Se conservan algunas de ellas que contienen textos literarios, como los griegos de las fábulas de Babrio y poemas de Calímaco en Leyden y Viena, o de diverso tipo como las tablillas latinas de Pompeya, y son múltiples las referencias que pueden encontrarse, tanto en autores griegos, como latinos, sobre el uso y la difusión de las tablillas. Denominadas en griego: pinakis, deltion, pyktion o grammateion y en latín: tabulae, tabellae, pugillares, cerae, podían contener cualquier tipo de escrito, desde declaraciones de guerra, poemas, cartas, documentos de negocios privados a ejercicios de escuela. Algunas tablillas se preparaban especialmente blanqueándolas con barniz o cal, las llamadas en griego leykoma y en latín tabulae dealbatae o album, y se utilizaban para documentos importantes, leyes, edictos, etc. En las tablillas de cera se esgrafiaba el texto con facilidad, con un estilo metálico u otro objeto punzante; y se borraban de manera también sencilla: normalmente los estilos tenían en el extremo opuesto a la punta, un acabado romo en forma de espátula con el que se raspaba la cera, se aplastaba y alisaba, reutilizándose nuevamente; esto era especialmente cómodo en la escuela. Con las tablillas, como muestra el mundo romano, se podían formar dípticos, trípticos y hasta polípticos, denominadoscaudices, de donde se pasaría después a la designación de los libros, en el sentido que universalmente tienen, cuando surgieron en los primeros siglos de la era cristiana, es decir, los códices. Estos polípticos, provistos de asas, se colgaban por medio de alambres tensados y se guardaban en los tablinia o tabularia, esto es, los archivos romanos.
La madera también se usó en China para fabricar sellos, junto con la cerámica o el bronce, sobre la que se grababan signos. Si bien, en muchos casos la madera, así como otros materiales, tales como el bambú, las cortezas de árboles como el abedul o el áloe, los huesos de tortuga u otros animales, aunque pueden ser incisos, se suelen usar como material sobre el que se dibuja o pinta la escritura. La escritura antigua de pueblos germánicos, las llamadas runas, también aparecen incisas en objetos de madera: varas, cofres o cajas.
Al igual que la madera, los huesos de ballena, tortuga y otros animales diversos también aparecen en diferentes civilizaciones como soportes de escritura, aunque mayoritariamente se pinta en ellos, también los hay incisos, con muescas y signos en épocas prehistóricas en Europa, en las runas, o en civilizaciones como la maya y la azteca, en América. También entre los árabes en la Edad Media se usaron los huesos incisos para esgrafiar textos mágicos e, incluso, versos del Corán.
3. Piedra y metales. La piedra es el material más consistente, no necesita preparación y es casi indestructible, salvo por la acción del propio hombre o de desastres naturales. Es el soporte por excelencia de la epigrafía griega y, especialmente, de la romana. En piedra se grababan las inscripciones triunfales, votivas, sepulcrales, decretos, etc. Dentro de los diferentes soportes, el más apreciado y noble era el mármol, bien pulimentado, de múltiples variedades locales. En Roma, aunque escaso hasta finales de época republicana, su uso se incrementó en época imperial. Además del mármol, el granito, basalto y cualquier tipo piedra en general. Entre los metales, el bronce es, sin duda, el más importante; resultaba muy costoso y difícil de grabar, pero era muy apreciado para escribir documentos jurídicos como decretos, leyes, diplomas militares, leyes de de patrocinio y hospitalidad, etc.; además tenía la ventaja sobre el mármol de su mayor movilidad.
Para grabar una escritura sobre la piedra se realizaban una serie de actividades bien definidas: primero se cortaba la piedra, daba forma, y se hacían molduras, o decoraciones. Los encargados de estas tareas eran el lapidarius o el marmorarius A continuación, partiendo de un texto dado, posiblemente anotado en tablillas de cera, papiro u otro material, se diseñaba el espacio epigráfico que iba a ocupar en la piedra y se dibujaban las líneas, por donde debían trazarse las letras, así como las formas de éstas, con yeso, carbón o materia similar; esta labor la llevaba a cabo el ordinator, después se pasaba a esculpir la piedra, realizando una profunda incisión de corte triangular, cuadrada o semicircular, según la sección del instrumento, un cincel. Esta labor la realizaba el lapicida o sculptor. No obstante, no todas las piedras o metales necesitan de estas fases en su elaboración. Generalmente esto se daba en inscripciones monumentales públicas, o sepulcrales privadas, pero de letras capitales y realizadas con intención de perdurabilidad y de exposición pública. Piedras, bronce, metales diversos aparecen en inscripciones antiguas también en China, como las escrituras del gran sello del período Zhou occidental (1028-771 a.C.); se conocen inscripciones de los primitivos períodos de la India en láminas de cobre.
Junto a ellas merecen un capítulo aparte las inscripciones de carácter privado realizadas sobre plomo generalmente, de ejecución espontánea y rápida, habitualmente escritas en caracteres minúsculos y cursivos: las tablillas imprecatorias o defixorias, tabellae defixionum. Son textos de maldiciones y conjuros contra personas, donde se invocaban a las divinidades infernales, se “echaba mal de ojo”, o, por el contrario, se pedía protección; estos textos se esgrafiaban con un objeto metálico punzante, stilus, u otro similar y a veces se escribían del revés, boca abajo, de derecha a izquierda y se solían enterrar para no ser descifrados ni descubiertos. Se dieron a lo largo de la historia de Roma, en época republicana e imperial, e, incluso, más tardíamente. El plomo, así como otros materiales servían también para otras anotaciones rápidas
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