Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

(TDAH)

Presentado por:

Tatiana González 20131140130

Paula Andrea Pérez 20131140131

Vanessa Bustos 20131140138

Daniel Granja 20131140211

Presentado a:

Carlota Santana

LICENCIATURA EN BIOLOGÍA

PRIMER SEMESTRE

BOGOTÁ D.C.,

28 DE MAYO DE 2013

En los últimos 28 años un nuevo modo de conceptuar a los niños con problemas de atención y de conducta ha ido ganando aceptación en todos los sectores de la sociedad. Estos problemas de conducta y de atención han sido referenciados dentro de un síndrome conocido como Trastorno De Déficit De Atención E Hiperactividad (TDAH).

Este trastorno tiene ciertos síntomas primarios con los cuales podemos dar indicio de que algún sujeto padece el TDAH, los cuales son: hiperactividad, impulsividad y falta de atención; dado el caso de que estos comportamientos son muy comunes en escolares es muy importante no confundirlos con este trastorno, ya que por lo general en esta etapa los niños presentan tales conductas frecuentemente.

Entre los estudios realizados en torno a este trastornó, se ha evidenciado que este afecta del 3 al 7 por ciento de los niños de la edad escolar, prevaleciendo mas en niños que en niñas, mostrándose en una relación de 9:1 respectivamente. Además de los comportamientos anteriormente mencionados, un niño que presenta el TDAH puede mostrar una reincidencia en los siguientes comportamientos, tanto en el aula de clase como en el ámbito familiar y social: Inquietud, en la medida en que no puede mantener una misma posición por mucho tiempo, se levanta constantemente cuando se debe estar sentado, corre y salta en situaciones inapropiadas, es imprudente, presenta dificultad para jugar tranquilamente, habla sin que se le solicite o cuando no es su turno de hacerlo, responde antes de que finalice la pregunta, interrumpe a sus compañeros o a quien esté hablando.

Respecto a su atención vemos que estos tienen dificultad para organizarse, se le imposibilita terminar tareas prolongadas o rutinarias, olvidan y pierden cosas necesarias para alguna actividad, se distraen con mucha facilidad por estímulos externos que captan con mayor facilidad su atención, especialmente si son de actividad física o no son prologadas, son olvidadizos en las actividades diarias y simulan sordera con el fin de no atender a las instrucciones dadas.

En la mayoría de los casos, los niños que presentan este trastornó muestran un mayor desarrollo de su cerebro, ya que tienen una fuerte actividad neuronal, que genera que el niño este mas alerta a estímulos externos, son muy inteligentes y cuentan con una alta capacidad de comprensión, lo que en algunos casos es desfavorable, ya que terminan más rápido las actividades asignadas y por consiguiente necesitan más trabajos para realizar, de lo contrario buscan una manera de gastar su energía distrayendo a sus compañeros, generando la interrupción de las diferentes actividades.

Al ocurrir esto se empieza a generar un rechazo por parte de sus compañeros, y en algunos casos del mismo docente, y en el ámbito familiar especialmente con las personas con las que más frecuenta, causando en el niño problemas en su desarrollo interpersonal, generando baja autoestima, agresividad y lapsus de depresiones.

Al ser este trastornó de cierta manera un problema tanto para el niño y las personas de su entorno, se han venido implementado una serie de técnicas que incluyen exámenes médicos como resonancias magnéticas, en los que se ha logrado identificar la diferencia entre el cerebro de un niño normal y otro que posee el TDAH (figura 1), también se implementan ejercicios de atención que están fuera de su cotidianidad como por ejemplo: las tareas de ejecución continua, dentro de las que se encuentra un instrumento que consiste en una caja de plástico con un botón grande en el frente y un dispositivo electrónico encima que va mostrando una serie de dígitos al azar, el niño tiene que oprimir el botón cada vez que vea un 1 seguido de un 9, por otro lado se ve un tratamiento farmacológico que consiste en la administración de psicoestimulantes como la ritalina, que disminuye la inquietud motora y el aumento de atención.

Figura 1. Actividad metabólica cerebral en personas sin TDAH (izquierda) y con TDAH (derecha): este síndrome conductual se asocia con patrones neurofisiológicos distintivos.

Al no haber una especificación en los factores causantes de este trastornó, tampoco se ha logrado establecer un método que pueda controlarlo, y se ha optado por la implementación de medicamentos (ritalina) que inhiben la conducta por periodos de tiempo, y además causan un aumento en la susceptibilidad emocional respecto al trato que reciben, sintiéndose así diferentes de los demás.

Al ser utilizado con mucha frecuencia se va generar una represión de la hiperactividad. Dado que esta condición no es natural en el niño, no se va generar en él motivación por ningún estimulo, lo que perjudica su sistema de aprendizaje, las relaciones con su entorno cuando no se encuentre bajo los efectos del mismo (tomando como excusa el no estar bajo el efecto del estimulante), y hasta una dependencia como respuesta impulsiva generadora de comportamiento positivo que proporcione aceptación en su entorno social.

Para que el niño con hiperactividad tenga una buena funcionalidad social, es necesario primeramente que se informe sobre el trastornó, pues la falta de conocimiento tanto de los síntomas como las consecuencias podrían generar una mayor irregularidad no solo en el pequeño mundo del niño sino de su entorno convivencial.

IMPACTO SOCIAL

Si bien sabemos, se relaciona el TDAH con el hecho de que un niño tenga comportamientos negativos, pero muchas veces a causa de la no información, se tildan a muchos como poseedores de este trastorno, lo que da paso a la generación de la verdadera problemática social; por otro lado se vería también la

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