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CRÍTICA LITERÁRIA / ENSAÍSTA / ENTREVISTAS / ERNESTO R. DEL VALLE / ESCRITOR / MANUEL MATOS MOQUETE / NOVELISTA / POETAS DOMINICANOS / PROFESSOR Manuel Matos Moquete [Poeta, Novelista, Ensayista, Crítico Literario Y Educador Dominicano] El Dr. Manuel


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2014  •  6.779 Palabras (28 Páginas)  •  318 Visitas

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CRÍTICA LITERÁRIA / ENSAÍSTA / ENTREVISTAS / ERNESTO R. DEL VALLE / ESCRITOR / MANUEL MATOS MOQUETE / NOVELISTA / POETAS DOMINICANOS / PROFESSOR

Manuel Matos Moquete [Poeta, Novelista, Ensayista, Crítico Literario y Educador Dominicano]

El Dr. Manuel Matos Moquete narra y razona sus andanzas por la Literatura El escritor del sur dominicano habla de sus inicios literarios, Sus libros y miedos permanentes.

Por: Ernesto R. del Valle

Poeta del Mundo

Editor de Revista Guatiní

Tengo delante de mí, luego de varias invitaciones a esta conversación, al narrador e investigador dominicano, Dr. Manuel Matos Moquete, una persona singular en la cotidianidad Universitaria y Literaria de República Dominicana. Una voz plena de conceptos y análisis al que acuden muchos en busca de referencias sobre el tema. Nació en Tamayo el 6 de abril de 1944. Poeta, novelista, ensayista, crítico literario y educador. Recibió la primera instrucción en su pueblo natal. Tiene un doctorado en Literatura General de la Universidad de París VIII (1981) Fue profesor de literatura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Dirige la Facultad de Humanidades del Instituto Tecnológico de Santo Domingo y el programa de maestría en Lingüística de la misma Institución. Es, además, Consultor de Currículum del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En 1983 obtuvo en Premio Nacional de Novela con su obra En el Atascadero y en 1991 el Premio de Ensayo de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña con El discurso teórico en la Literatura en América Hispana.

Entrevista:

El autor junto al Dr Manuel Matos Moquete

en el Aeropuerto Las Américas

en Santo Domingo Rep. Dominicana

Ernesto R. del Valle.- Quisiera escuchar las experiencias y vivencias de su infancia y adolescencia en su tierra natal, Tamayo. ¿Qué recuerda de esa época?

Manuel Matos Moquete.- Bueno, Tamayo es un Municipio de la provincia de Bahoruco, queda en la parte suroeste de Rep. Dominicana; yo nací en 1944 y, en los finales de los 50, ya había terminado mis estudios primarios en una época en que realmente, en esos sitios, en el país en general (a pesar de que se dice que Trujillo llenó el país de escuela), todavía la escolarización era muy escasa. Lo que quiere decir que yo, hacia los años 58-59, era prácticamente un intelectual en mi pueblo, porque con el 8vo grado ya concluido era, de los adolescentes, vamos a decir, letrados y ¿como yo lo sé? puesto que, en el sesenta se realizó el último censo de población y como buscaban ‘empadronadores’ reclutaron a estos jóvenes que tenían un nivel de escolarización, por lo menos de 8vo. grado terminado. Yo participé en ese censo y ese censo es la base de mi novela, además de otros elementos, Larga vida.

Ernesto R. del Valle.- Veo que su infancia y adolescencia se definieron en lo rural, es decir, su mundo. Su Universo fue ese ambiente, ese paisaje, esa costumbre, hasta esa habla muy suigéneris de la zona, realidad que lo modeló de manera diferente a los jóvenes de su edad residentes en la Capital.

Manuel Matos Moquete.- Efectivamente, ahí transcurrió, toda mi infancia, en un ambiente rural, mi padre era un campesino acomodado, había mucha ganadería, campos cultivados, era semianalfabeto pero muy preocupado por la escolarización de los hijos, particularmente era una familia muy numerosa y dentro de esa familia numerosa el único que salió con vocación hacia los estudios, fui yo. Aunque todos mis hermanos son profesionales, pero el único que le gustó la lectura, las letras,, desde muy temprano, fui yo.

Ernesto R. del Valle.- Los padres dedicados al campo, por lo regular, como ley generacional, desean que sus hijos lo sigan en sus labores. ¿No fuiste rechazado por tu padre cuando se enteró que eras un muchacho diferente a los demás, que lo tuyo eran las letras, no el trabajo manual, etc.?

Manuel Matos Moquete.- No, mis padres ni se enteraban porque lo que yo sentía como vocación lo tenía muy oculto, de manera muy sigilosa.

Ernesto R. del Valle.- Entonces ¿como era Manuel Matos Moquete desde su infancia?

Manuel Matos Moquete.- Lo que yo sé es que yo era un joven muy distinto a los jóvenes y niños del pueblo. Mientras los muchachos jugaban pelota, o correteaban, yo estaba en un rincón leyendo o pensando o distraído a tal punto que mucha gente me consideraban anormal. Siempre se me consideró como un tipo muy tímido, muy solitario, muy callado, y en efecto soy así, una persona extraña. y bueno, esa fue la parte que traje en el paquete social y sicológico, de mi infancia. Era un muchacho diferente que le gustaba la lectura que le gustaba apartarse, pensar, meditar, que no participaba mucho en actividades físicas, que no jugaba prácticamente sino que miraba los juegos, que no tenía muchas habilidades manuales, un muchacho que de manera inexplicable tuvo el gusto por la lectura, en un mundo de aquella época, en un pueblito y en una familia donde prácticamente no había libro. Había una pequeña biblioteca municipal, en la época de Trujillo, con una decena de libros, recuerdo que yo era muy asiduo a esa bibliotequita, abría desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche, cuando había luz, claro está.

Ernesto R. del Valle. ¿Tenías algún escritor favorito en esas andanzas por los libros, es decir, ya buscabas las obras de un autor definido por ti como importante para tus lecturas? ¿Cuáles autores eran de tu preferencia?

Manuel Matos Moquete. En esa época, los autores que aquí se conocían, es decir, los que los jóvenes leíamos eran autores que después se conocieron como grandes autores, por ejemplo Vargas Vila[1] muy conocido en aquel tiempo, recuerdo que José Ingenieros[2], era un autor prácticamente de cabecera entre la juventud y no sé cómo llegó a mis manos, la novela de Máximo Gorki[3] titulada La madre. La leí muy joven, de hecho cando llegué a la capital a los 17 años ya yo había leído prácticamente lo que había leído la juventud de la capital. ¿Y cómo yo leí? Bueno, yo siempre fui un lector un poco compulsivo, hasta el punto de robar libros, es decir, como no había, siempre buscaba la manera de tener libros.

Ernesto

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