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DIMITRI EL JUEGO DE LA MANO IZQUIERDA


Enviado por   •  1 de Julio de 2014  •  7.222 Palabras (29 Páginas)  •  399 Visitas

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EL JUEGO DE LA MANO IZQUIERDA

MILLER ESTEBAN GARCIA

LAS PISTAS NO OCULTAS

.Huellas. …………………………………………………

.Uñas.

.Dedos.

.Mano.

.Puño.

“Para demostrar quién soy y para que sirvo”

Huellas

En una fría tarde de Moscú por la avenida Karl Marx muy conocida por la congestión de transito y apartamentos con arquitectura antigua, Dimitri Dayev se tomaba un café mientras miraba por la ventana de un viejo bar a los automóviles que pasaban lentamente por la avenida pero mira si reloj y eran las tres de la tarde y de repente se para de su silla y se dispone a pagar la cuenta. Sale del bar con mucha prisa y ya en el andén de la calle estira su brazo y para un taxi y se sube apresuradamente:

-A donde lo llevo- pregunto el conductor del taxi.

-A la comisaria principal de Moscú le agradezco que me lleve lo más rápido que pueda voy retrasado para una cita- respondió Dimitri.

Dayev era un joven detective alto de piel blanca con su cabello negro peinado hacia la derecha y unas per turbantes y grandes manos que parecían de boxeador que iba hacia la comisaria distrital para encontrarse con el fiscal Nikolai Rezev y un hombre de los Estados Unidos que lo habían citado para un caso criminal y necesitarían de sus servicios.

Ya en la comisaria entra a una de las más grandes oficinas del lugar y encuentra al fiscal Nikolai Rezev que era un hombre de estatura muy corta sin un pelo en la cabeza pero con un bigote espeso parecido al de Stalin quien era el jefe máximo de la Unión Soviética y el americano Jimi Odell quien era un tipo de avanzada edad alto y de cabello rubio con los ojos rojos (no dormía mucho) pero al ver a Dimitri los ojos del americano cambiaron de color.

-Le presento al joven detective Dimitri Dayev señor Odell- dijo el fiscal Rezev

-Es muy joven para ser detective ¿seguro que me servirá? El caso pues es muy complicado por las pocas pruebas que hay-dijo el americano Odell.

-Señor Odell es un placer conocerlo pero no dude de mi yo fui uno de los cincuenta detectives que envió Stalin a Scotland Yard a aprender los métodos policiacos de los ingleses- dijo presumidamente Dimitri a el americano.

-Pues tendrá que demostrarlo y aliste su equipaje para Nueva York porque un curioso caso lo espera en el nuevo continente, chico es una prueba que Estados Unidos hace de los soviéticos a nivel policiaco y si no haces bien tu trabajo harás quedar mal a nuestro país- dijo Rezev a Dimitri quien se veía extrañado con el fiscal moscovita.

-Que no hay buenos detectives en América- crítico Dimitri al americano.

-Sí pero ninguno quiere tomar el caso como Ellery Queen quien resuelve el caso Khalkis y la Unión Soviética nos debe un favor a los policías americanos- Explico Odell a Dimitri quien lo seguía mirando con extrañeza.

-Como sea acepto el caso y les cerrare la boca a los americanos que creen ser mejores que nosotros, cuando me voy para Nueva York- dijo Dimitri

-Esta noche sale un vuelo especial para usted que lo dejara en la base aérea de Nueva York y ahí lo recogerá el detective John Rickters- Explicaba Rezev – y le asignaremos un acompañante para que lo ayude en lo que usted necesite-.

-No necesito una niñera que me cuide y me dé biberón, ya tengo veintiocho años - respondió Dimitri algo irritado porque veía que lo estaban subestimando.

-Es usted un cretino- respondió Rezev con una burlona risa – no comprende que usted solo no puede, usted domina el inglés claro esta pero ¿quién lo guiara por la ciudad? Comprende y es un requisito que debe cumplir si quiere viajar a los Estados Unidos.

-Bien y quien será mi ayudante- dijo Dimitri.

En ese instante entro a la oficina un tipo no muy alto, piel blanca, cabello negro ordenado hacia atrás con unas extravagantes y espesas cejas que parecía tener una uni-ceja, tenía cara amistosa y de una persona pasible pero lo extraño era su vocecita burlona comparada con la voz de Dimitri que era gruesa la voz del ayudante era voz de mujer, algo muy extraño para Dimitri.

-Hola es usted Dimitri – pregunto el tipo.

-Si soy yo- respondió.

-Soy Iván Karatov y voy a hacer su acompañante en Nueva York señor Dayev- dijo el tipo.

-Sera un placer y por favor solo dime Dimitri –respondió y dio una media vuelta hacia Rezev – y ¿a qué hora sale el dichoso avión?

-A las 19 y es mejor que se apure jovencito y empaque todo lo que usted considere necesario para su estadía allí, le deseo buena suerte en Estados Unidos, lamentablemente lo tengo que dejar porque tengo que atender un cliente de San Petersburgo- se despidió Rezev dándole la mano a Dimitri.

Cuando Dimitri salió de la oficina Rezev llamo a Karatov.

-Iván toma las llaves de un apartamento que tengo en la Avenida 55 es una casa de dos niveles con la fachada gris ahí se podrán hospedar el tiempo que necesite y vaya hacia la oficina de al frente y reclame unos dólares para los gastos allí buena suerte y si tiene problemas con Dayev llámeme buena suerte-despidió Rezev al joven Karatov.

En el apartamento Dimitri ya tenía todo listo para un viaje, solo se tuvo que bañar y afeitar el diminuto bigote que apenas se podía ver, se cambio de traje y se puso una collar de plata con la imagen de una oz y un martillo comunistas y se dispuso a salir de su apartamento.

Tomo un taxi que lo llevo lentamente por las calles moscovitas y vio al kremlin y la plaza roja por última vez mientras se iba de su natal y bello país

Llego al aeropuerto

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