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Diagnóstico de Comprensión Lectora


Enviado por   •  5 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  800 Palabras (4 Páginas)  •  283 Visitas

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Diagnóstico de Comprensión Lectora

(Fragmento de Cien años de Soledad)

Lea atentamente el siguiente fragmento y luego responda con propiedad.

La suposición de que Remedios, la bella, poseía poderes de muerte estaba entonces sustentada por cuatro hechos irrebatibles. Aunque algunos hombres ligeros de palabras se complacían en decir que bien valía la pena en sacrificar la vida por una noche de amor por tan conturbadora mujer, la verdad es que ninguno hizo esfuerzos por conseguirlo. Tal vez, no sólo para rendirla sino también para conjurar sus peligros, habría bastado con un sentimiento tan primitivo y simple como el amor pero eso fue lo único que no se le ocurrió a nadie. Úrsula no volvió a ocuparse de ella. En otra época, cuando todavía no renunciaba al propósito de salvarla para el mundo, procuró que se preocupara de los asuntos elementales de la casa. “Los hombres más de lo que tú crees. Le decía enigmáticamente. “Hay mucho que cocinar, mucho que barrer, mucho que sufrir por pequeñeces, además de lo que tú crees”. En el fondo se engañaba a sí misma tratando de adiestrarla para la felicidad doméstica, porque está convencida de que después de satisfecha la pasión, no había un hombre sobre la faz de la tierra capaz de soportarla, así fuera por un día, una negligencia que estaba más allá de toda comprensión. El nacimiento del último José Arcadio, y su inquebrantable voluntad de educarlo para Papa, terminaron por hacerla desistir de sus preocupaciones por la bisnieta. La abandonó a su suerte, confiando que tarde o temprano ocurriera un milagro, y que en este mundo donde había de todo, hubiera también un hombre con la suficiente cachaza para cargar ella. Ya desde mucho antes, Amaranta había renunciado a toda tentativa de convertirla en una mujer útil. Desde las tardes olvidadas del costurero, cuando la sobrina apenas se interesaba por darle vuelta a la manivela de la máquina de coser, llegó a la conclusión simple de que era boba. “Vamos a tener que rifarte”, le decía perpleja ante su impermeabilidad a la palabra de los hombres. Más tarde, cuando Ursula se empeñó en que Remedios, la bella, asistiera a misa con la cara cubierta con una mantilla, Amaranta pensó que aquel recurso misterioso resultaría tan provocador, que muy prono habría un hombre lo bastante intrigado como para buscar con paciencia el punto débil de su corazón.

Pero vio la forma insensata en que despreció a su pretendiente, que por muchos motivos era más apetecible que un príncipe, renunció a toda esperanza. (…) A pesar de que el Coronel Aureliano Buendía seguía creyendo y repitiendo que Remedios, la bella, era en realidad el ser más lúcido que había conocido jamás, y que lo demostraba

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