Ecologia.

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En la actualidad, la importancia de la ecología es la conservación del planeta tal como se ha conocido, ya que parece ser que el común de la gente que vive en las sociedades industriales ha perdido de vista la posibilidad de disfrutar de la naturaleza. Por ello, en cuenta que Ecología es la ciencia que estudia las relaciones entre los seres vivos entre sí y con su ambiente, este concepto pasa inmediatamente al desuso cuando el docente transforma al alumno en un elemento pasivo dentro del ambiente escolar.

A nivel mundial, la metodología de la enseñanza de las Ciencias Naturales, en especial Ecología, merece especial atención, fundamentalmente por el conocimiento que la mayoría de los docentes restringen sus clases a los libros de textos, con el objetivo de proporcionar a sus alumnos una serie de conceptos e informaciones, muchas veces de gran valor científico pero sin una relación directa e inmediata con los seres vivos y ecosistemas que los rodean. Este tipo de clases es cansadora y monótona, haciendo que el educando crea que la Ecología es una ciencia que se hace en los libros

De acuerdo con Fernández, Morawicki y Tricio (2010, p.1) el abordaje de la Educación Ambiental permite el trabajo interdisciplinario espontáneo, como consecuencia de la metodología empleada. Por ello, la responsabilidad no debe ser asumida por este o aquel grupo, ella debe ser dividida y asumida por todos. En tanto todos agredimos y utilizamos recursos naturales para nuestra supervivencia, además la integración de todos los campos del conocimiento es indispensable para que la Educación Ambiental alcance sus objetivos. Sin dejar de lado que los conceptos construidos deben ser practicados y revalidados para dinamizar la adaptación del conocimiento y por ende de la enseñanza – aprendizaje.

En este orden de ideas, a nivel latinoamericano, Arango (2009) indica que la enseñanza de la ecología es una propuesta pedagógica que consiste en aprender haciendo y reflexionando. En el marco de la pedagogía constructivista, promueve que los docentes y estudiantes construyan preguntas sobre su entorno natural, social y cultural; y que las respondan a través de la acción propia utilizando una metodología conocida como Ciclo de Indagación. Esta metodología fue, inicialmente, promovida en Latinoamérica por el Dr. Peter Feinsinger, un biólogo dedicado a la ecología de comunidades y a la conservación de la naturaleza desde la investigación y la educación

La enseñanza de la ecología está enfocada principalmente hacia la educación en ciencias naturales, en particular en ecología, pero su alcance puede incluir las ciencias sociales y otras áreas temáticas del Currículo Escolar. Busca promover entre docentes, profesionales de la conservación, investigadores y personas vinculadas a la educación no formal, la construcción de una propuesta novedosa para enfrentar los retos de dar a los estudiantes una formación integral de conocimientos y habilidades.

A largo plazo, el desuso de esta herramienta impedirá a los estudiantes a ser miembros activos de su comunidad, debilitando su capacidad para pensar críticamente y tomar decisiones relacionadas con la conservación de la biodiversidad.

En el caso de Venezuela, de acuerdo con González (2012, p. 1) la historia de la educación ambiental se ha venido dando de una manera lenta tratando de enfocar cada vez más la importancia de preservar y mantener una ambiente sano, seguro y ecológicamente equilibrado como parte de un derecho humano; en este sentido legalmente tiene sus inicios en 1976, donde la Ley Orgánica del Ambiente vigente para la fecha refiere en su artículo 3 numeral 6 que para lograr la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente debe existir una orientación en los procesos educativos y culturales a fin de fomentar una conciencia ambiental, posteriormente en el año 1977 se crea la Fundación de Educación Ambiental adscrita al Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (MARNR)

Actualmente, el llamado Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, concretándose aún más en el año 1980 con la incorporación del tema en los programas escolares y en 1999 adquiere rango constitucional mediante el artículo 107 de nuestra carta magna que ha implicado su obligatoriedad en todo el sistema educativo nacional, al igual que lo expresa el numeral 1 del artículo 35 de la Ley Orgánica del Ambiente vigente.

Sin embargo, cabe destacar que durante muchos años, ha prevalecido una disposición del ser humano a desligarse de la naturaleza ignorando por completo las leyes de ésta, coexistiendo en su entorno con el grave error de suponer que los avances científicos y tecnológicos demuestran el vínculo existente entre hombre-naturaleza, lo que ha repercutido en la vulneración de derechos humanos que agravan y disminuyen la calidad de vida comprometiendo así el futuro de la humanidad.

A tal fin, la educación ambiental en sus dimensiones formal, no formal e informal debe contribuir a una toma de conciencia más realista de nuestra condición en el planeta, es necesario que desde todos los ámbitos se aborden opciones para generar diferentes soluciones a la problemática ambiental; planteando un nuevo concepto de las relaciones del ser humano con el ambiente y donde se visualice a la naturaleza no como fuente inagotable de recursos a nuestro servicio, sino como un ecosistema frágil que tiene sus propias exigencias y del cual somos parte, creando modelos de desarrollo

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