El Ensayo. Mucho más Que Una Herramienta Pedagógica
10 de Octubre de 2012
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1. EL ENSAYO
Es un texto escrito, generalmente breve, que expone, analiza o comenta una interpretación personal, sobre un determinado tema, este puede ser Histórico, filosófico, científico, literario, etc. En él predomina lo personal y subjetivo: el punto de vista del autor.
Un ensayo, NO es un comentario. Es una reflexión pura que se hace a partir de la reflexión de otros. En el ensayo las ideas deben estar debidamente soportadas o sustentadas, ya que la calidad del ensayo se mide por la calidad de las ideas, por la manera como se exponen, como se confrontan o se ponen en consideración, de lo contrario el escrito queda convertido en un mero parecer.
Se puede decir que El Ensayo es un híbrido, porque combina la literatura, que es la parte bonita y artística de la redacción con el conocimiento científico.
El ensayo nos permite expresar un punto de vista de una manera formal y estructurada.
Como todo escrito, nace de acuerdo con el ambiente cultural en que se concibe, pero busca trascenderlo al hacer del ser humano punto de partida y destino a la vez.
2. ORIGEN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL ENSAYO
Como género literario es de aparición reciente, si bien su nombre se remonta a la antigüedad, como ya dijimos. En efecto, en “La Poética” de Aristóteles, los “Tratados Morales” de Séneca, el “Antiguo Testamento”, el “Eclesiastés”, los “Diálogos” de Platón encontramos sus rasgos característicos de ensayar, probar, examinar (meditaciones).
Pero es imposible ubicar el origen del ensayo sin remitirse a Montaigne. Quien no sólo fue el primero en utilizar la palabra, sino que tuvo conciencia del carácter singular del texto.
Dentro del mismo siglo XVI, en 1597, comienzan a publicarse los primeros ensayos de Francis Bacon. Ambos escritores establecen los pilares del nuevo género.
Desde sus inicios, el ensayo suele caracterizarse por su tono agresivo o polémico, su raíz es la duda, eso explica su aparición generalmente en épocas en las que conviven tendencias opuestas.
A fines del siglo XVI, afanes experimentales se enfrentan al principio de autoridad, allí surgen los Essais de Montaigne. En el siglo XVIII, vuelve a estar de moda cuando el afán del hombre por analizar y experimentar hace surgir el Liberalismo.
Siempre que se busca el origen del ensayo existe una especie de frustración porque las fechas no son claras y los límites son vastos. Es frecuente (y recurrente) que los pensadores sitúen sus antecedentes en el "Libro de Proverbios" de la Biblia, en los Diálogos de Platón o en la Poética de Aristóteles. En contraste con la cultura griega el ensayo latino nace con Horacio, Jenofonte y Plutarco en los libros Arte Poética, Memoralia y Vidas paralelas, respectivamente. Sin embargo consideran a Séneca como el precursor del ensayo moderno porque sus escritos (Epístolas morales a Lucilo) manifiestan la reflexión y la polémica.
Fue Montaigne quien empleó por primera vez la palabra ensayo para nombrar aquellas breves composiciones publicadas en 1580, se trata, dice el escritor francés, de "… el ensayo de mis facultades". Si bien el término essais no representa género literario en sus inicios, muestra "una noción de método" y "de desarrollo de un proceso intelectual", ya que el concepto ensayo como género literario en la actualidad corresponde a la forma literaria de la reflexión, la polémica y la argumentación donde se busca un proceder didáctico, un probar y comprobar un asunto, una puesta en escena de nuevas formas de meditación sobre el conocimiento y la cultura del hombre.
La palabra essais para algunos críticos de la época de Montaigne era tan modesta que no reflejaba el prodigio del libro recién publicado, por lo que requería de un título más ostentoso y elegante que abarcara el alcance estilístico, la libertad de pensamiento, el tono coloquial y la diversidad de temas. Desde entonces la palabra ensayo irrumpe en la literatura y es bien aceptada debido a los cambios sociales e intelectuales acaecidos en Europa que obligaron a los escritores y pensadores a reflexionar sobre temas como la muerte, las relaciones sociales, la amistad, los asuntos políticos y económicos.
En el año de 1603 se traducen al inglés los dos primeros textos (ensayos) de los Essais e inmediatamente el término se vuelve popular entre los escritores ingleses. Maline y Mallon (1949) mencionan que Francis Bacon es un admirador de la nueva forma en prosa surgida en Francia y se convierte en el principal representante del nuevo género literario, por tal razón diremos que el otro camino fundacional del ensayo tiene su origen en la literatura inglesa; aunque seis años antes (1597) de la traducción de los textos de Montaigne, Bacon publicó sus Essays. Religious Meditations. Places of Persuasion and Disuasion. Seene and allowed (El ensayo: Meditaciones religiosas. El lugar para la disuasión y la persuasión, de forma lineal), donde propone la primera clasificación para este tipo de textos. Sean el ensayo formal y el ensayo informal (o forma familiar).
El ensayo formal refleja indirectamente la personalidad del escritor, quien explica y educa, en consecuencia es crítico y didáctico. Lo didáctico porque ofrece datos históricos, científicos, políticos y filosóficos, desde el punto de vista, a veces biográfico, del ensayista (Maline y Mallon, 1949). Crítico porque se refuta el conocimiento imperante. En tal corriente se ubican a Francis Bacon, Samuel Jonson y John Dryden. Por otra parte, el ensayo informal o familiar expresa directamente la personalidad del autor como en los poemas líricos. Las impresiones del ensayista, es decir, lo subjetivo y el deseo de entretenimiento son la marca distintiva. En esta tendencia se halla Alexander Pope.
La palabra Essais nombra al ensayo francés, sin embargo para los ingleses será essays, palabra que Bacon emplea para Essays or Counseles Civil and Moral (Ensayos o consejos civiles y morales), obra de 1597. El libro se imprime mucho después en la ciudad de Londres (1912) y en él la célebre frase "The word is late, but the thing is ancient", esa palabra reciente pero de significado antiguo. En "Letter and Live" se menciona que las "Epístolas de Séneca a Lucilo son ensayos, vale decir, meditaciones dispersas, aunque en forma de epístolas" (citado por Bioy Casares, 2000: XI), razón por la cual diremos que Bacon es el fundador del ensayo en lengua inglesa.
2.1. El origen del ensayo en la lengua y literatura española
En la literatura de lengua española el ensayo sigue dos rutas inaugurales, la española y la hispanoamericana. En la literatura española el ensayo se desarrolla lentamente, más lenta que en la literatura francesa e inglesa. Nace en España durante el periodo de esplendor político, literario y científico llamado Siglo de Oro, aunque el término ensayo se emplea en España hasta el siglo XIX los investigadores indican que el origen del ensayo español data del nacimiento de la prosa castellana, es decir, en El código de las siete Partidas escrito en el siglo XII por don Alfonso X, El sabio. La actitud investigativa-académica y lo estético-literario son singularidades no sólo del libro en mención, sino también de Tablas astronómicas alfonsíes y Grande e general estoria escrito de 1272; sin embargo el término ensayo aparece en el medioevo español, siglo XI, en los manuscritos del Cantar del mío Cid o Poema de mío Cid. El vocablo también está presente en aquel libro que narra y ensaya las aventuras de Alejandro Magno, el Libro de Alexandre, cuya fecha de escritura es confusa y de autoría anónima. Otra obra de la literatura española que registra la expresión ensayo es el Libro de buen amor del poeta Juan Ruiz o Arcipreste de Hita.
También se consideran como precursores del ensayo español a don Juan Manuel con el Libro de los enxiemplos de Conde Lucanor et de Patronio dado a la luz pública en 1335, y al Arcipreste de Talavera con El Corbacho o reprobación del amor mundano publicado en 1438, aunque la palabra ensayo, con el significado de probar o usar una cosa, se incluye hasta 1583 en el libro De los nombres de Cristo donde Fray Luis de León realiza una profunda reflexión e investigación de las sagradas escrituras.
Si a Montaigne en Francia y a Bacon en Inglaterra se les considera los "padres" del ensayo, en España el honor corresponde a Antonio de Guevara con el libro El menosprecio de la corte y alabanza de la aldea publicado en 1539. Guevara reflexiona los problemas nacionales y especula acerca de la esencia e identidad de la cultura. La práctica ensayística de Guevara lleva incluido la polémica de lo que debe ser el estado y como apartarse de la religión. San Juan asegura que la meditación sobre la religión y el estado son dos de las vertientes del ensayo español, por lo menos en los inicios del género en la península.
En la tradición ensayística española encontramos prólogos memorables como el ensayo introductorio a la Gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija publicada en 1492, donde señala que la lengua es compañera del imperio, con ella se domina y controla al pueblo, por tanto la gramática de Nebrija es una obra que debe acompañar al nuevo imperio y a sus colonias en el Nuevo Mundo.
Durante el siglo XVI encontramos a Francisco de Quevedo quien habría de reflexionar sobre Europa y el atraso de España, lo que lo conduce a escribir textos ensayísticos morales y políticos donde asume posiciones intelectuales radicales.
Si a Antonio de Guevara se le distingue como el fundador del ensayo español, es Benito Jerónimo Feijó el iniciador del ensayo
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