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El mito del artista


Enviado por   •  5 de Mayo de 2019  •  Ensayos  •  1.251 Palabras (6 Páginas)  •  86 Visitas

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                                                                          El mito del artista

¡Oh mira esa obra, de seguro estaba drogado cuando la hizo!, es uno de los comentarios más frecuentes que se suelen escuchar cuando una obra es realmente emocionante, es decir, cuando la obra provoca algo mágico en el espectador. En el fondo, se encasilla al artista con personalidad de loco, y además de que “su vida discurre entre el hambre y la fama” (Jiménez, 2002: 121). Sin embargo, no son más que estereotipos que dicho de otro modo es el mito del artista. ¿Qué es el mito del artista?, en sí, es de lo que se hablara más adelante en profundidad, con el propósito de llegar a una conclusión que permita entender por qué se sigue utilizando.

Entonces, se debe conocer la obra y el artista, elementos que forman parte de los “componentes” institucionales que configuran el universo de las artes (Jiménez 2002). En la época de la ilustración estos se conocían como un cuadro estable que, “ubicaba en su centro la obra de arte, y en sus extremos el artista, y el público al que iba destinada, con la mediación jerarquizadora y orientada de la crítica de arte” (Jiménez, 2002: 105). No obstante, “hoy día, el cuadro de componentes del arte está lejos de presentar esa simplicidad (…)  y esa estabilidad que se pretendió en su momento (Jiménez,2002:106). En la actualidad   hay modificaciones, así como también otros factores que    complican la estabilidad ideal del cuadro (Jiménez 2002). Por tanto, la obra de arte de la que no se tenía un fácil acceso, ahora se muestra por canales como la publicidad y por medios de comunicación de masas que en efecto provoca cercanía a un público que no necesariamente   es un crítico de arte o experto en la disciplina. Por lo que, el artista también se tuvo que someter a    transformaciones, y estas se centraron en la concepción   de este.

En general, el artista es conocido como un sujeto distinto de la gente sencilla, gracias a la admiración por su talento y destreza, en cualquiera de sus manifestaciones. Sin embargo, la teoría es que desde que el artista aparece en documentos de la historia algunos estereotipos fueron relacionadas con su obra y persona, estos prejuicios nunca han perdido por completo su significado y esto se puede ver en anécdotas exageradas que marcan las biografías de los artistas (Jiménez 2002), en definitiva, es a esta etiqueta a lo que se le otorga el nombre “mito del artista”. se piensa que este surge con la comparación del artista creativo con un Dios, por consiguiente, más adelante, dado que este era elegido por la divinidad   se decía que estaba poseído por los dioses   y así una serie de exageraciones que llegaron a rasgos fundamentales que caracterizaban la figura del artista (Jiménez 2002).

Uno de los rasgos se resume en que, desde una edad temprana, exactamente desde la niñez, se solían destacar sus dotes, por lo que se llegaba a la conclusión de que este personaje era un héroe y un mago, por haber nacido con un talento especial. Que, en definitiva, acabara por otorgarle un mejor estatus social, que a partir de este le hacen ser merecedor de respeto, fama y riquezas (Jiménez 2002). De esta manera este estereotipo   ha recorrido a lo largo de los años para hoy convertirse en el modelo recurrente de la vida de los artistas junto con el que se mencionará luego.  

En segundo lugar, está el arquetipo del artista depresivo. Que, si bien es algo que se señala a la ligera, hay un trasfondo de aquello.  Esto comienza con la creencia de la influencia de los astros en el comportamiento de las personas, en particular, con la influencia de Saturno, el planeta más alejado del sol, según el sistema astronómico de la época. Se señalaba que este astro, producía un efecto negativo: el desequilibrio y otro positivo: la generación de conocimiento (Jiménez 2002). “El desequilibrio del <> tiene que ver con el predominio en el organismo de un <> especial, con lo que se llamaba en la época << bilis negra>>, o melancolía” (Jiménez, 2002: 120). Es precisamente esta melancolía la que hace posible la exaltación creativa hará posible que el artista realice una buena obra.

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