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El proyecto Clement


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2015  •  Trabajos  •  1.871 Palabras (8 Páginas)  •  121 Visitas

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UNIVERSIDAD DEL VALLE

MAYRA ALEJANDRA GARCÍA ARCOS

COD: 1326511

25 MINUTOS

Hace unos meses mi vida transcurría con total normalidad y monotonía, con 19 años tenía todo lo que una joven universitaria podía anhelar.  Estudiaba lo que siempre me había gustado desde que tenía 12 años, biología, había pasado de ser un simple hobby y manera de entretenimiento a ser mi proyecto de vida y lo que quería hacer para ganarme la vida. Mi novio era un hombre de ensueño, el hombre que cualquier mujer desearía, apuesto, divertido, arriesgado e inteligente y como si fuera poco había conseguido un  trabajo con muy buena remuneración en una empresa al sur de la ciudad. No podía ser más afortunada en aquella época.

Siendo tan joven, tenía las puertas de un nuevo mundo laboral abiertas frente a mis ojos y miles de oportunidades esperando por mí. Mi primer día de trabajo fue lleno de sorpresas, conocí muchas personas  de mi departamento con las cuales trabajaría directamente por los siguientes 14 meses. Todos me saludaban, como si me conocieran de años  y obviamente les respondía con una gran sonrisa, no querría que en mi primer día me tomaran como maleducada o creída. Conocí mi puesto de trabajo y recibí mi horario. Mi horario consistía en asistir a varios de los investigadores  durante 3 horas, los días martes y jueves, mi tarea era  ayudarlos con sus proyectos. Trabajaría con 2  jóvenes investigadores, Clement y Jiménez,  a Jiménez  lo conocí el primer día que fui a la empresa, él fue el gordito que me ayudó cuando le pregunté donde quedaba la recepción el día de mi entrevista, todo un caballero.

Miércoles de mi primera semana, todos seguían saludando con una gran sonrisa a la novata, hasta ese momento en que cruzando el pasillo hacia el otro bloque del edificio, me topé con hombre no tan alto, de cabello oscuro corto, ojos medio

chinitos color verde y barba de tres días sin afeitar, no me pareció tan apuesto  cuando lo vi, lo que me sorprendió fue el hecho de que pasara justo por mi lado y no dijera ni buenos días. Por supuesto pensé que era un hombre muy creído y aunque en el preciso momento que lo vi, no lo creí tan atractivo, en un fragmento de segundo algo me motivo a mirar hacia atrás y ahí me encontré con el verde de sus ojos de nuevo, rápidamente volví mi mirada al edificio, solo reí de la pena.

La siguiente semana empezaría a trabajar con Clement, mi supervisor me llevo a conocerlo en su oficina y como si fuera la más afortunada de las mujeres, clement resulto siendo el hombre del pasillo. Nos presentaron oficialmente y mi supervisor salió de la oficina. Nuestra primera conversación fue sobre mí, mis estudios, expectativas, mi área de desempeño, mis gustos y finalmente hablamos de su proyecto y de las cosas que necesitaría de mi como su asistente.

Ese día se ofreció a llevarme a casa en su carro, la conversación se prolongó durante el camino a mi casa, todos los temas se limitaron a la ciencia.

Era el cumpleaños de mi novio ese fin de semana, Martin cumplía 21 años y fuimos a celebrar a uno de sus restaurantes favoritos, después de la cena bailamos hasta el amanecer, ese es nuestro plan predilecto, bailar salsa hasta cansarnos. Esta es una de las veintiúnicas cosas que  tenemos en común, la verdad somos bastantes diferentes, polos opuestos que se atraen diría la gente más optimista. La  relación funcionaba para nosotros, 3 noches en la semana me visitaba en casa después de las clases en la u y el fin de semana yo iba a su casa y pasaba la noche del sábado. A pesar de que mi familia no lo aceptaba 100%, entendían que lo amaba y que hubiera hecho cualquier cosa por la relación que tanto  nos había costado consolidar.

Empecé a sumergirme en el proyecto de Clement, sabia sus objetivos, a donde quería llegar y todo lo lo relevante sobre su investigación. Podíamos hablar por horas sobre los temas científicos de los cuales ambos éramos  apasionados pero

también podíamos hablar de otras cosas que se salían bastante del ámbito laboral.

Me pregunto sobre mis planes de fin de semana y que había hecho el sábado pasado, entonces le conté todo respecto al cumpleaños, los lugares a los que habíamos ido y algo le conté sobre Martin. Me dijo que  le sorprendía ver una mujer que trabajara tiempo completo, estudiara y además tuviera tiempo para amores. Yo reí. Le dije que cuando se quiere se puede y que verlo no  requiere esfuerzo como estudiar y trabajar, estar con él es un gusto y me ayuda a relajarme.  Notó rápidamente que más encarretada no podía estar, tal vez eso lo motivo a hablarme más de él.

Me contó que hace unos meses salía con una  joven que trabajaba en la universidad donde yo estudiaba, su nombre era Diana y tenían planes de viajar a Cartagena en el verano que se acercaba. Me pareció súper tener a alguien con quien hablar este tipo cosas, sobretodo porque al ser hombre me diaria las cosas desde su perspectiva masculina, una perspectiva que a mi parecer es mucho más relajada  que la femenina.

Cada vez los temas  de conversación con clement  se iban alejando de la ciencia, hablábamos como un par de amigos que se conocían hace tiempo e incluso nos dábamos consejos. Intercambiamos nuestros números cuando quedamos de salir al cumpleaños de oliveros, ninguno de los dos fuimos pero conservamos los números.

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