GESTIÓN DE VENTAS
PsyFaperTesis8 de Julio de 2013
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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE NEZAHUALCÓYOTL
GESTIÓN DE VENTAS
VICTOR J. ARIAS DELGADILLO
DNM23
INDICE
1. HISTORIA
2. ECONOMÍA
3. SALUD
4. IMPACTO SOCIAL
5. PLAN ECOLÓGICO
6. ORGANIGRAMA
7. RECURSOS HUMANOS
(SOLCITUDES DE EMPLEO)
8. MANUAL
9. PRONOSTICO DE VENTAS
La historia del Lápiz?
En 1564 se descubrió el grafito, en Cumberland, (Inglaterra, cercana a la frontera con Escocia). Esto permitió la invención de los lápices de grafito, que se introdujeron en Francia, en la corte de Luis XIII.
A partir de la mitad del Siglo XVII, las minas inglesas de grafito eran explotadas por la corona, y servían también para la fundición de cañones y su producción estaba muy reglamentada, por lo que se penaba con pena de muerte al obrero que llegara a extraer un fragmento de dicho material.
En 1792 se cortaron las relaciones entre Francia e Inglaterra. Esto hizo que el ingeniero francés Jacques-Nicolás Conté, ideara unos lápices de grafito y arcilla, rodeados de madera de cedro. Pronto se impusieron en todo el mundo. Aunque otras documentaciones indican que el verdadero inventor fue el hijo de un carpintero, el austríaco Josef Hardtmuth, del cual se habla en detalle en la nota periodística incluida al pie de la página.
La dureza de los lápices depende de la proporción entre grafito (una variedad del carbono) y arcilla: cuanto más grafito se utilice, más blando u oscuro es el trazo del lápiz. Se mezclaba polvo de grafito con arcilla, cortando en pequeñas barras que luego se cocían.
En 1812 el estadounidense William Monroe perfeccionó este proceso.
John Eberhard (nacido en 1822) construyó la primera fábrica de lápices en gran escala, en Estados Unidos de América.
En las últimas décadas del Siglo XX, Brasil era uno de los principales productores de lápices, con 4.500 millones de unidades por año.
Historia del Lápiz (Otra Fuente)
Una tarde del año 1564 una tempestad extraordinariamente fuerte derribó un enorme árbol cerca del poblado de Borrowdale, en Cumberland, Inglaterra.
El lápiz más antiguo
Debajo del sitio donde habían estado sus raíces apareció una masa de cierta sustancia negra de aspecto mineral, desconocida hasta entonces: era una veta de plombagina, o "plomo negro". Fue el grafito más puro encontrado en ese país y posiblemente en el mundo entero.
Los pastores de los alrededores comenzaron a usar pedazos de este material para marcar sus ovejas. Sin embargo, otros habitantes de la zona con más sentido de los negocios comenzaron a partirlo en forma de varitas, que luego vendían en Londres bajo el nombre de "piedras de marcar". Estas varitas tenían dos notables deficiencias: se rompían fácilmente y manchaban las manos y todo lo que tocaban.
Algún genio desconocido resolvió el problema de la suciedad enredando un cordel alrededor y a lo largo de la vara de grafito para ir quitándolo a medida que se la gastaba.
A mediados del siglo XVIII, las minas inglesas de grafito eran explotadas por la Corona, y servían también para la fundición de cañones, por lo que se convirtió en un mineral estratégico del Ejército Inglés, de manera que hasta registraban a los mineros de las minas de grafito para que no se llevaran escondido ni un trozo de mineral, delito que se podía castigar incluso con la pena de muerte.
La escasez de grafito en Europa obligó a buscar soluciones alternativas.
En 1750, Kaspar Faber, artesano de Baviera, mezcló el grafito con polvo de azufre, antimonio y resinas, hasta que dio con una masa espesa y viscosa que convertida en varita se conservaba mas firme que el grafito puro.
Kaspar llamaba "plomo" al grafito, un mineral de color negro agrisado, graso al tacto, compuesto casi exclusivamente de carbono y sumamente blando. Las primeras minas se fabricaron con varillas de grafito y después ante el agotamiento del yacimiento inglés se empleó el mineral sobrante de menor calidad, pulverizado y aglutinado con colas, sin que se obtuvieran buenos resultados. Más tarde, se fue mejorando su calidad al incorporarle otras sustancias como el azufre y la arcilla que Conté le agregó en 1795 y que todavía se sique utilizando.
Su producción y venta recibió un fuerte impulso a mediados del siglo XIX, de manos del barón Lothar Faber, que adquirió en 1856 una mina de grafito en Siberia, cuya producción hizo transportar a lomo de reno y por barco hasta la factoría de Stein.
Lothan disgustado y perjudicado por las imitaciones logró en 1874 que el Reichstag promulgara una ley para proteger su marca, lo que convirtió a su lápiz en el primer artículo patentado de Alemania: A.W. Faber que llevaba junto al apellido el nombre del hijo de Kaspar, Anton Wilhelm.
En 1790, el químico e inventor francés Jacques Conté, por orden de Napoleón Bonaparte se dedicó a hacer lápices dada la escasez que había de ellos a causa de la guerra con Inglaterra.
En 1795 produjo por primera vez lápices hechos de grafito, previamente molido con ciertos tipos de arcilla, prensado en barras que se horneaban en recipientes de cerámica. Por último, se rodeaban de madera de cedro. Pronto se impusieron en todo el mundo.
Otras documentaciones indican que el verdadero inventor fué Josef Hardtmuth que, descontento con la baja calidad de los utensilios que disponía para escribir, tuvo la ocurrencia de mezclar arcilla con polvo de grafito, formar unas minas, cocerlas y sumergirlas posteriormente en un baño de cera para que el grafito dejara rastro en el papel.
Añadiendo unas cantidades determinadas de arcilla a la mezcla, pudo determinar el grado de dureza del lápiz. En 1.792 fundó su propia empresa en Viena.
En 1812, el ebanista e inventor William Monroe, de Concord (Massachussets), fabricó una máquina que producía estrechas tablitas semicilíndricas de madera de 16 a 18 cms de longitud.
A lo largo de cada tablilla, el aparato producía estrías justo en la mitad del grosor del delgado semicilindro moldeado. A continuación Monroe unía con cola las dos secciones de madera, pegándolas estrechamente en torno al grafito. Así fue como nació el lápiz tal y como lo conocemos en la actualidad.
ECONOMÍA
Para escribir es necesario contar con instrumentos básicos como un lápiz, el cual pese a los adelantos tecnológicos no ha dejado de ser importante en el proceso de aprendizaje de las personas, además de ser un negocio rentable.
El primer contacto con un lápiz se inicia desde la infancia, durante el periodo de aprendizaje, luego de que este bien común es necesario para realizar actividades que van desde la escritura hasta la creación artística.
Es por ello, que la empresa alemana Faber Castell juega un papel importante en la historia del lápiz, al ser esta una de las iniciadoras de los procesos modernos de fabricación y producción del indispensable instrumento de madera.
En la actualidad mantiene una producción global de 5.5 millones de lápices diarios; cuenta con 16 centros de producción en el mundo; 120 representantes a nivel mundial y seis mil 500 empleados.
Para Faber Castell, América Latina es una región importante luego de que en Brasil el consumo de lápices llega a sumar 800 millones de unidades cada año y en México la demanda llega a cuantificarse en 400 millones de lápices.
El subgerente de Marketing de Faber Castell, Alfredo Borjas, destaca que pese al auge de la tecnología con la llegada de computadoras personales, portátiles o Palm, el lápiz nunca ha dejado de ser un instrumento imprescindible en la oficina, en el arte o en las escuelas.
Señaló que para Faber el principal mercado es el sector educativo, aunque no descuidan el de oficina y en menor intensidad el de recreación y arte.
En México, detalló, los primeros años de la empresa fueron difíciles y su desarrollo fue lento porque era una marca que no se conocía - llegó al país en 1991 a través de industria Corel de México-; sin embargo de tres años a la fecha, la tasa de crecimiento es de alrededor de 25 por ciento anual en ventas.
“Las expectativas para este año son notablemente mayores, pues se espera que la comercialización de los productos Faber Castell crezcan a un ritmo de 40 por ciento”, así como prevén ventas por 80 millones de pesos.
Este avance representa un logro importante, pues, detalló, México al ser una economía abierta al intercambio comercial, hay una gran cantidad de jugadores globales tratando de vender en él.
Alfredo Borjas menciona que el crecimiento de la empresa en 2007 puede estar favorecido por la ampliación realizada en la línea de productos que se comercializa más acordes con las políticas del grupo; por lo que señaló que invertirán en promoción y en escuelas donde destacan la importancia de ser una empresa socialmente responsable.
En este sentido, resaltó que Faber Castell cultiva diario 20 metros cúbicos de madera por hora y mantiene sus propias plantaciones de pino, 10 mil hectáreas de extensión que antes eran pastizales en Minas Gerais Brasil, bosque especial para reforestar de manera continua.
Además,
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