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Enviado por   •  3 de Noviembre de 2014  •  1.766 Palabras (8 Páginas)  •  193 Visitas

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La Realidad de la Vida Cotidiana

Muchas veces al hablar de vida cotidiana lo primero que viene a la mente es quéhas realizado últimamente en tu vida, de manera constante, ¡tanto! que por unmomento dejaste de preguntarte por ello. Alimentarse, asearse, pasear a ciertahora, la delgada línea con el hábito ni siquiera puede distinguirse.De la vida cotidiana también son el trabajar, el divertirse, figuras tan antagónicas ya la vez en común porque son cotidianos. El cotidiano es el presente, la realidadpropia de cada quien y desde la cual se interpreta el mundo y al sujeto mismo.Pero, el “de cada quien” se diluye en el mundo actual. El mundo global traeconsigo su ficción pues ahora se busca la homogeneización: todo es cotidiano,todo impacta, todo está unido. La vivencia ahora es la producción, la creación, omejor dicho la reproducción de realidades estándar y la saturación de losfenómenos pues se pierde significado lo social y lo cultural. El modelo neoliberales moda, hay un cambio de hábitos, conversiones en la cultura y producción enserie de objetos, mercancías, cuerpos, sobreproducción de ideas vacías.Para Berger y Luckmann (1968) el mundo consiste en realidades múltiples y lavida cotidiana es la realidad por excelencia presentándose como una realidadinterpretada por los hombres, un mundo coherente que se origina en lospensamientos y acciones de los sujetos en la sociedad; se encuentra ordenada yobjetivada a través del lenguaje colectivo, o sea, es construida socialmente. Desdela postura de estos autores, el lenguaje es capaz de transformarse en depósitoobjetivo de vastas acumulaciones de significado y experiencia, que puedepreservar y transmitir a las generaciones futuras.Por el lenguaje se hacen compartidos los múltiples significados subjetivos, larealidad de la vida cotidiana se vuelve un mundo intersubjetivo capaz detrascender el aquí y el ahora, tendiendo puentes entre diferentes zonas de estarealidad y creando un todo significativo (Javiedes Romero: 2001)

ara Agnes Heller la vida cotidiana se caracteriza por ser heterogénea y jerárquica. La heterogeneidad alude a que los diversos ámbitos en que nos movemos son distintos en contenido y significación. La jerarquía da orden a la vida cotidiana y varía en cada época en función de las estructuras económico-sociales. La jerarquía, a diferencia de la heterogeneidad, no es eterna. «La heterogeneidad es imprescindible para conseguir ese liso despliegue de la cotidianidad, y también hace falta el rutinario funcionamiento de la jerarquía espontánea para que las esferas heterogéneas se mantengan en movimiento simultáneo» (Heller, 1970b, 40-41).

Heller sostiene que el hombre nace ya inserto en su cotidianidad (Heller, 1970b, 41), no obstante, necesita una gran cantidad de aprendizajes para su supervivencia, los cuales se adquieren mediante la convivencia con los otros; ya sea en la familia o la comunidad, con los amigos o compañeros de juego, en los clubes, gremios de trabajo o asociaciones a las que nos integramos, con los maestros en la escuela, etc.

Lo que aprendemos en el mundo varía mucho en función de lo que necesitamos y de los ámbitos en los que aprendemos, de acuerdo con Delval, los aprendizajes son de cuatro tipos: los primeros tienen que ver con el desenvolvimiento en el medio físico, los segundos con la adquisición de las capacidades sociales; el tercer tipo se refiere a los aspectos más generales de la vida y cuarto al conocimiento escolar. Estos conocimientos se adquieren a través de diferentes vehículos que pueden ser la actividad guiada por los adultos y compañeros, la actividad propia y la social, ésta última nos llega a través de narraciones, rituales sociales, actividad escolar o de la lectura (Delval, 1999). Tales aprendizajes serán los básicos y necesarios para poder movernos en el mundo.

Los sujetos tienen que pasar una especie de prueba social para salir al mundo, Heller comenta que si bien nacimos insertos en la cotidianidad, se es adulto o se madura cuando se es capaz de vivir por sí mismo la cotidianidad (Heller, 1970b, 41). Uno aprende los elementos básicos de las relaciones sociales en los pequeños grupos, pero estos se usan sólo hasta que salimos a integrarnos en un grupo más amplio y recurrimos a los elementos aprendidos en el grupo menor.

Pero ¿qué es la vida cotidiana que determina en gran medida aprendizajes que se adquieren y decisiones que se toman? Heller presenta la siguiente definición: «es el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares, los cuales, a su vez crean la posibilidad de la reproducción social.» (Heller, 1970a, 19).

Entiéndase, a raíz de esta definición, la relevancia que tiene la vida cotidiana no sólo como forma de reproducción social, sino como la forma de asegurar la continuidad de las formas de vida del ser humano. Afirma Heller, y con sobrada razón, que «la reproducción del hombre particular es siempre la reproducción de un hombre histórico, de un particular en un mundo concreto» (Heller, 1970a, 22). Hay conjuntos de actividades que el ser humano de cualquier época debe aprender a hacer, «es necesario saber usar –en mayor o en menor medida– las cosas e instituciones del mundo en el que se nace» (Heller, 1970a, 22), dicho aprendizaje ocurre porque se vive con otros seres y porque para sobrevivir en el mundo el sujeto debe aprender a usar los objetos y a hacer determinadas actividades.

Esos conjuntos de actividades implícitas en la definición de Heller, se refieren en lo general a saber, por ejemplo, dónde conseguir alimentos, qué hacer para conseguirlos, saber comer,

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