Habitos
Tesis27 de Mayo de 2013
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1. Primer hábito: sea proactivo.
La autoconsciencia es lo que nos diferencia de los animales es lo que nos hace aprender de nuestros errores, ver que estamos haciendo mal y que estamos haciendo bien, hay que identificar si nuestros paradigmas están basados en la realidad o están basados en un condicionamiento. La sociedad nos moldea y es así como nosotros nos reflejamos, como sociedad en general esto nos trae problemas porque no nos dejan reflejar lo que somos, solo reflejamos lo que nos hacen creer que somos, nuestra naturaleza es explicada a través de tres mapas, el determinismo genético, el determinismo psíquico y el determinismo ambiental, consisten en que culpamos a terceros por nuestras actitudes ante el mundo, el determinismo genético explica que el hombre culpa a su ADN de su comportamiento, el determinismo psíquico dice que el hombre culpa a sus experiencias de vida y el determinismo psíquico explica que se culpa a la gente que lo rodea como el jefe, la esposa o los propios hijos, con esto viene acompañado el estimulo y la respuesta que consiste en como dependiendo de nuestra forma de ver el mundo (paradigma) vamos a actuar ante diversas situaciones, como seres humanos tenemos la fuerza de elegir pero muchas veces nos dejamos guiar como corderos por lo que el resto decida o no hacer, es por eso que vivimos sobre la base de nuestros instintos y condicionamientos en lugar de tomar nuestra libertad de elegir y decidir qué es lo mejor para nosotros. Una persona proactiva es una persona que analiza sus situaciones que se apropia de su consciencia y lo hace de manera responsable, es una persona que toma las riendas de los problemas que se le presentan a lo largo de su vida, el ser que es proactivo no se queja, no hace berrietas, analiza la situación, plantea los puntos fuertes y los débiles para poder trabajar los débiles consiguiendo de esa manera poder darle una solución al problema, el proactivo hace que las cosas sucedan es lo que lo diferencia de una persona reactiva, las personas reactivas solo ven los problemas, se dejan vencer y no hacen el esfuerzo de proponer y solucionar, el proactivo se sabe capaz de hacer que las cosas cambien y no solo eso sino que hace que las cosas efectivamente cambien. Podemos saber si somos reactivos o proactivos si vemos nuestro lenguaje, si siempre nos quejamos y decimos que no podemos, somos reactivos, en cambio si vemos que en nuestro lenguaje están las palabras yo puedo, elijo, prefiero, quiere decir que somos proactivos. Hay que tener cuidado porque al momento de hacer una elección trae por consecuencia una reacción, debemos ser cautelosos al momento de elegir, tenemos que analizar los pros, los contras y lo que nos pueda acarrear a futuro cierta elección.
2. Segundo habito: empiece con un fin en mente.
Empezar con un fin en mente se refiere a tener un propósito en la vida, y esta se torna completamente diferente cuando nos damos cuenta y hacemos conciencia de que es lo que en verdad queremos en nuestras vidas, tenemos que tenerlos siempre en mente para despertar cada día y tratar de conseguirlos sin desorientarnos de nuestro destino, seremos verdaderamente efectivos cuando tengamos un fin en mente. Tener un fin consiste en dos etapas: la mental y la física; la parte mental consiste en que nosotros nos planteamos un propósito, un objetivo, es tener una claro nuestro destino, hacia donde queremos llegar, mientras que la parte física es concretar y materializar lo que nos creamos en la mente, hay que ser precavidos porque siempre “hay que medir dos veces antes de cortar” es decir hay que plantear y replantear en nuestra cabeza la parte mental para que al momento de llevar a cabo en la realidad la parte física esta no colapse y se venga abajo todo lo que ya habíamos desarrollado, En la medida en que comprendamos el principio de las dos creaciones y aceptemos la responsabilidad de ambas, actuaremos dentro de los límites de nuestro círculo de influencia y lo ampliaremos. Al momento de hacer la primera creación (parte mental) tenemos que tener en cuenta nuestra parte consciente de elegir lo que nosotros deseamos, porque sucede que al momento de idealizar dejamos que terceras personas actúen por nosotros, claro que esto sucede de manera inconsciente por eso es que tenemos que hacernos responsables de nuestras decisiones para que la sociedad no influya en ellas, y así nosotros poder la total libertad de decidir, es como si viviéramos un guión preestablecido por la sociedad, es por eso que debemos rehacer un guión con nuestros principios y adaptarlo a nuestra forma de vida. Estas creaciones se dividen en dos; liderazgo y administración. El liderazgo es la primera creación va ser el cimiento de la administración, la administración es la segunda creación porque ella solo ayuda a pulir las cosas que el liderazgo no abarca, «administrar es hacer las cosas bien; liderar es hacer las cosas correctas». El modo más efectivo que conozco de empezar con el fin en mente consiste en elaborar un enunciado de la misión, filosofía o credo personales. Se centra en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros), y en los valores o principios que dan fundamento al ser y al hacer. Esto se puede lograr yendo al centro de nuestro círculo de influencia es decir la lente con que vemos el mundo, es allí donde nos concentramos en nuestra visión y nuestros valores, es allí donde aplicamos nuestra capacidad de autoconciencia para examinar nuestros mapas, aquí la autoconciencia fungirá como una brújula que nos mostrará nuestros talentos singulares y nuestras propias áreas de contribución, es una herramienta para ayudarnos a encontrar y establecer un fin que deseamos. El centro del que hablamos mucha gente lo encuentra en el matrimonio, en la iglesia, en la familia, en el trabajo en diversos lugares, pero para poder encontrar un centro personal, Lo más frecuente es que el centro real de una persona represente alguna combinación de estos y/u otros centros posibles, la mayor parte de los individuos son en gran medida el resultado de una variedad de influencias que inciden en sus vidas. Según sean las condiciones externas o internas, un centro en particular puede activarse hasta que queden satisfechas las necesidades subyacentes, entonces otro centro se convierte en la fuerza emergente, cuando una persona fluctúa de un centro a otro, el relativismo resultante es como avanzar en la vida subiendo y bajando por una montaña rusa, en un momento se está alto, en el momento siguiente bajo, y uno hace esfuerzos por compensar una debilidad sacando fuerzas de otra debilidad, no hay ninguna dirección consistente, ninguna sabiduría persistente, ninguna fuente constante de poder, ni ningún sentido del valor y la identidad personal, intrínseco. Desde luego, lo ideal es crear un centro claro del que pueda obtenerse sistemáticamente un alto grado de seguridad, guía, sabiduría y poder, que haga posible la proactividad y dé congruencia y armonía a todos los aspectos de la vida. Nuestra autoconciencia nos permite examinar nuestros propios pensamientos. El liderazgo personal no consiste en una sola experiencia, no empieza y termina con la redacción de un enunciado de la misión personal, se trata más bien de un proceso que consiste en mantener en mente la propia visión y los propios valores, y en organizar la vida para que sea congruente con las cosas más importantes, y en ese esfuerzo, la poderosa capacidad del cerebro derecho puede ser de mucha ayuda para el trabajo cotidiano tendente a integrar en la vida el enunciado de la misión personal, se trata de otra aplicación del «empezar con un fin en mente». La afirmación y la visualización son formas de programación, y debemos tener la seguridad de que no estamos sometiéndonos a una programación no armónica con nuestro centro básico, o proveniente de fuentes centradas en ganar dinero, en el propio interés, o en cualquiera otra cosa que no sea el principio correcto.
3. Tercer hábito: Establezca primero lo primero.
El tercer hábito es la segunda creación, la creación física, es la realización, la actualización, la aparición natural del primero y el segundo hábito, la capacidad para administrar bien determina la calidad e incluso la existencia de la segunda creación, la administración es la fragmentación, el análisis, la secuencia, la aplicación específica, el aspecto cerebral izquierdo, ligado al tiempo, del autogobierno efectivo, si no hacemos bien la mentalización de la primera creación no podremos pasar nunca a la segunda parte que es precisamente este hábito que consiste en la administración de la primera creación, con este hábito pulimos la materialización y le proporciona un acabado último. Después de esto viene el poder de la voluntad independiente, se trata de la capacidad para tomar decisiones y elegir, y después actuar en consecuencia. Significa actuar en lugar de «ser actuado», llevar pro-activamente a cabo el programa desarrollado. La administración efectiva consiste en empezar
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