LA EDUCACION TRANSFORMADORA

Santos Federico Osorto

0601198202475

La educación como un proceso de transformación humana

Descubrir conocimientos para la transformación del ser humano en el proceso de construcción de él mismo y del mundo que le rodea, es o debe ser el objetivo principal de la enseñanza y el aprendizaje. Éste mismo proceso enseñanza-aprendizaje resulta incompleto si no se suma una vez más la enseñanza misma, es decir, se debe completar el círculo añadiendo éste posterior término dando como resultado: enseñanza-aprendizaje-enseñanza, complementos que también hacen alusión a: práctica-teoría-práctica. La enseñanza que culmina el proceso es la que el alumno realiza con la sociedad, en un movimiento cíclico y complementario.

En otras palabras, el conocimiento que se descubre en cada salón de clases, constituye para los estudiantes, una oportunidad, para que después también ellos puedan ayudar a descubrirlo a quienes todavía no lo han logrado.

1. La Didáctica en el proceso de transformación humana.

Se podría definir la Didáctica como un conjunto de procesos orientados a la enseñanza-aprendizaje-enseñanza. Esto se complementa con lo anteriormente expuesto. En éste sentido y en un intento por definir la Didáctica especial, ésta conlleva lo anteriormente descrito además de enfocarse en un campo específico.

La Didáctica al ser una ciencia, posee su propio objeto de estudio que es la forma cómo se organizan los métodos para la comunicación.

Esta ciencia se sitúa en la base del proceso de transformación humana. Al ser ella quien investiga los métodos y técnicas para la comunicación, se convierte en protagonista de la interacción en el proceso educativo. Ella es responsable de la conjugación estudiante, maestro, conocimiento y medio. Así, el proceso de transformación humana se ve influenciado por una serie de elementos cuya importancia sistemática es crucial en su crecimiento y desarrollo. De tal forma que la Didáctica es para el ser humano su herramienta de transformación.

2. Planteamientos didácticos

A lo largo de la historia humana, se han realizado diferentes planteamientos didácticos que se han enfocado en diferentes actores del quehacer educativo. Para el caso, el planteamiento escolástico enfoca al maestro como generador y transmisor de conocimiento. El alumno es solamente un sujeto pasivo, capaz de empaparse de lo que escucha; es realmente un instruido.

Pero los nuevos planteamientos definen a un alumno capaz de construirse con el conocimiento que descubre. En este sentido y visto de esta manera, el alumno es un sujeto activo que escapa a todos los estándares propuestos con afán de promover un proceso educativo controlado y definido. Él es el protagonista de su propia formación, es y debe ser el centro de la educación.

3. El perfil del docente en nuestros tiempos

La educación se debe a la transformación y solo a éste fin debe ajustarse. Cada docente que es consciente de este cometido, enfoca sus esfuerzos hacia la consecución de este objetivo. Su formación por tanto, debe estar en concordancia con lo que se busca.

Así, todo docente debe tener competencias: lingüística, literaria, analítica, discursiva, creativa, crítica y comunicativa. Con estos parámetros, debe construirse como tal a través de una autoevaluación constante en todos los campos que le son precisos para el buen desempeño de su labor. En todo caso, debe poseer la convicción que su trabajo consiste en guiar el proceso; debe admirarse del descubrimiento epistemológico; sumergirse junto con el alumno en las profundidades del saber; al mismo tiempo darse cuenta que es parte de una causa cuya finalidad le es todavía incierta pero segura.

Y, el docente de letras está enfocado en

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