La Realidad A Base De Fantasias

La realidad a base de fantasía.

¡No! No era un sueño, mucho menos algo inventado, simplemente era la fantasía, aquella que se creía imposible. Dicha imaginación del hombre la cual terminó siendo su propia destrucción.

Eras exactamente las 6:00 AM, un día lluvioso en tenoch, el pronóstico del tiempo no era favorable aunque dicho sucedía a menudo, lo que en realidad no se esperaba en aquel día, era que la existencia humana dejaría de ser una plaga en el mundo.

Así es, una plaga en el mundo decían, ya que el hombre se había encargado de destruir todo a su paso y llegó hasta tal punto en el que botar un papel o algo similar, era tan solo una rutina más. Aquella perfección creada por Dios, era destruida poco a poco por la humanidad.

Sara, la joven más bella de Tenoch contaba con catorce años de edad, tenía piel blanca, rizos negros, perfectos y brillantes, ojos cafés y rostro angelical, cuales características hacían que cualquier persona se fijase en ella. No obstante, lo más admirable y llamativo era su personalidad tan inigualable y discreta que permitía una gran acogida por quienes la rodeaban. Vivía con su padre Marcos y su hermano Mateo, quizá no tenia madre, o quizá sí, lo cierto era que aquella mujer a quien su padre llamaba “Eva” había desaparecido cuando Sara contaba con dos años de edad y su hermano cinco meses; las razón por la cual su huida, no era muy acertada ya que Marcos no le interesaba hablar acerca del tema.

Un quince de septiembre, un día como cualquier otro Sara se encontraba sola en casa y mientras tanto escribía cada hecho y/o acontecimiento que sucedía en su diario, pues así como no tenía un apoyo maternal, su escapatoria o desalojo era redactar textos largos en donde se desahogaba consigo misma y contaba sus frustraciones. Mientras escribía, alguien llamó a la puerta y gritaba espantosamente, Sara suspendió su actividad y corrió sigilosa para ver que ocurría; En aquel instante, al abrir la puerta observó un rostro algo familiar mas sin embargo, no le era posible comparar con alguien, pues tenía todo su cuerpo desfigurado, carcomido y colmado de sangre. Por dicha impresión, reaccionó de una manera algo contundente, cerró la puerta e hizo de cuenta que nada había sucedido. Un poco más calmada, se acomodó en el sillón amplio y arcaico con ansias de seguir escribiendo, pero esta mujer llama de nuevo a la puerta añadiendo su voz y replicando “¡Por favor ábreme, sé que he cometido demasiados errores y más contigo, pero en estas circunstancias, necesito tu ayuda ahora!”

En consecuencia atendió la puerta sin rehúso alguno, con esto pudo distinguir a su madre y a pesar de tantos años de espera e intranquilidad, la seguía amando como desde su primer latido, del mismo modo, la abrazo fuertemente, pero Eva cayó privada en el suelo, Afuera se oían alaridos pavorosos y aun así Sara no se atrevía a mirar en medio de la angustia y desesperación, su padre y su hermano no aparecían y esto terminó

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