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La narrativa en los siglos XVIII y XIX

TecnoDroid98Apuntes8 de Septiembre de 2015

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Literatura universal de los siglos XVIII y XIX

La narrativa en los siglos XVIII y XIX

Integrantes:

 Robinson Muñoz

Brayan Esneider Toro Ramos

José Orlando Gómez

Grado: 11D

Área: Castellano

Docente: Gloria Cerón

Institución Educativa José Eustasio Rivera

Isnos-Huila

12/08/2015

Introducción

En el siguiente trabajo encontrara información acerca de la literatura universal de los siglos XVIII y XIX como por ejemplo como se desarrolló la literatura en estos siglos cuales fueron sus principales características y autores entre otras cosas.

Encontrará datos de cómo se desarrolló la Narrativa en los siglos XVIII y XIX, cuáles fueron sus principales autores, cuáles fueron las obras más importantes de estos siglos entre otras cosas.

Objetivos

Objetivo General: 

  • Conocer más acerca de la literatura universal de los siglos XVIII y XIX como también la Narrativa desarrollada en estos siglos.

Objetivos Específicos:

  • Identificar las principales características de la literatura universal de los siglos XVIII y XIX.
  • Distinguir la Narrativa de los siglos XVIII y XIX.
  • Identificar a los principales autores de la Narrativa de los siglos XVIII y XIX junto con sus obras más representativas.

Literatura en el siglo XVIII:

Marco político e histórico:

Con el siglo XVIII comienza la Edad Contemporánea en la que el sistema político más característico fue el

Despotismo Ilustrado, cuyo propósito era acelerar el progreso económico y cultural de los pueblos, fomentar la instrucción y aumentar el bienestar de los ciudadanos, al margen de su voluntad.

El cambio de siglo coincidió en España con el cambio de dinastía reinante. Al morir sin descendencia Carlos II (de la dinastía de los Austrias), subió al trono español Felipe V(de la dinastía de los Borbones). En los asuntos internos se pasó a una organización centralizada del estado.

A lo largo del siglo XVIII se sucedieron cuatro reinados: el reinado de Felipe V (1700−1746) supuso una etapa de reactivación política, económica y cultural; el reinado de Fernando VI (1746−1759) fue un periodo fundamental en el proceso de implantación de los ideales ilustrados; el reinado de Carlos III (1759−1788) se caracterizó por las medidas reformadoras que provocaron el estallido del motín de Esquilache; el reinado de Carlos IV (1788−1808) estuvo marcado por la preocupación del monarca por impedir la difusión de los ideales revolucionarios que llegaban de Francia.

En la época de Carlos III la prensa adquirió gran importancia, y las tertulias se transformaron en academias de estudio e investigación y en sociedades. El teatro se convirtió en el instrumento para la transformación de las costumbres.

 ¿Qué es la Ilustración?

La Ilustración es un movimiento intelectual que hizo del siglo XVIII el Siglo de las Luces. Las llamadas Luces, provienen de la razón y la experiencia, que barren los errores comunes, los prejuicios nacidos de la superstición o de la ignorancia. No hubo tantos artistas geniales como en el siglo XVII, pero sí muchísimos investigadores, políticos, economistas, historiadores, científicos... Una prueba clara de dicho movimiento intelectual lo representa, en Francia, la Enciclopedia creada por Diderot y por D´Alambert (obra que recogía todos los saberes de la época).

Dentro de la Ilustración caben diversos estilos:

Rococó: Es un arte superficial y ligero cuyos rasgos dominantes son la despreocupación moral, el capricho y la galantería.

·

Neoclasicismo: Es el arte propiamente ilustrado. Constituye un retorno a los modelos clásicos cuya

Máxima, docere delectando (enseñar deleitando), impregna el arte neoclásico.

·

Prerromanticismo: A finales del siglo XVIII surgieron figuras que crearon una obra radicalmente nueva, anuncio de lo que sería el Romanticismo.

La Prosa del XVIII:

En el siglo XVII predomina la prosa didáctica sobre la prosa narrativa. A dicho siglo, se le conoció con el sobrenombre del siglo sin novela, ya que muchos ilustrados desechaban la novela por su afán de hacer una literatura útil.

Teatro en el siglo XVIII:

El género teatral de la época se divide en dos corrientes: el teatro posbarroco y el teatro neoclásico.

− El teatro posbarroco:

Durante la primera mitad del siglo, se desarrolló un teatro posbarroco, es decir, que continuaba las fórmulas

De Calderón, con autores que repetían temas y argumentos, pero que complicaban la intriga y el montaje de Sus obras.

− El teatro neoclásico:

En la segunda mitad del siglo XVIII, los ilustrados mostraron una clara oposición al teatro del Siglo de Oro por razones estéticas y políticas. Querían acabar con un teatro inverosímil y divulgador de ideas sociales y morales arcaicas. Propusieron un respeto escrupuloso a las unidades clásicas, teatro minoritario, sin eco entre el público y sostenido por las elites en el poder.

Dentro de esta forma teatral, hay que distinguir otras dos grandes corrientes:

  • El teatro popular: Los géneros de éxito siguieron siendo las comedias de magia, de santos, militares y comedias sentimentales o lacrimosas. Dentro de las piezas menores, resalta el sainete por su éxito, ya que su objetivo era entretener al público presente por medio de la caricatura y de los diálogos vivos e ingeniosos.

  • El teatro neoclásico: Los ilustrados pensaban que el teatro era un medio fundamental para la educación y para la propaganda política. Por ello, durante el reinado de Carlos III se propusieron realizar una reforma del teatro en todos los aspectos (tanto morales como formales). También existían obras de tragedia neoclásica (influenciada por los modelos italianos y franceses) y la comedia neoclásica (que mostraba una realidad idealizada).

Literatura en el siglo XIX:

Delimitación y características del Romanticismo:

El romanticismo es un movimiento cultural que se desarrolla durante la primera mitad del siglo XIX por Europa y América. Los románticos manifiestan una profunda insatisfacción ante los valores de la sociedad y consideran que el mayor bien es la libertad. Por ella se lucha y se redactan nuevas leyes sobre el derecho de libertad. Los artistas de este movimiento exaltan en sus obras los sentimientos personales y rechazan en nombre de la libertad creadora las reglas del Racionalismo ilustrado.

A partir de la Revolución Francesa se difunden las ideas de libertad, fraternidad e igualdad por toda Europa. Los románticos prescinden de las reglas clásicas, pues ven en ellas un modo de encorsetar el proceso creativo. La pasión sustituye a la razón y las obras literarias se llenan de adjetivos, hipérboles y exclamaciones para expresar la emoción, los sentimientos y las sensaciones. Pero el individualismo de los románticos no está reñido con el espíritu de solidaridad; a menudo encontramos en sus obras la denuncia social y la preocupación por los problemas ajenos.

Los románticos chocan con los intereses de una sociedad materialista que comienza a industrializarse. Frente a la incomprensión de la sociedad, el romántico reacciona unas veces con melancolía y otras con rebeldía para evocar épocas más heroicas y espirituales o para idealizar países lejanos, menos decadentes que los suyos, como Asia o América.

La política expansiva que sigue el emperador francés, Napoleón (1808), con el pretexto de propagar las ideas de la Revolución sume a Europa en la guerra durante los primeros años del siglo XIX. Ello provoca por una parte la reacción de las monarquías, que derrotan a los ejércitos napoleónicos e insertarán las ideas del Antiguo Régimen, que ya habían combatido los ilustrados, pero por otra parte el auge de los nacionalismos ya que los pueblos invadidos quieren reafirmar su identidad histórica y cultural frente al invasor. Aunque las monarquías absolutistas quieren impone los principios del Antiguo Régimen, las ideas liberales se irán Abriendo camino en muchos países.

La invasión napoleónica y el régimen absolutista (1814−1833) de Fernando VII coartaron la actividad literaria durante las tres primeras décadas del siglo XIX. Los mejores poetas de este periodo, como Manuel José

 Realismo y Naturalismo:

La primera mitad del siglo XIX los románticos se habían esforzado en expresar su mundo interior; en cambio en la segunda mitad surge el movimiento opuesto, el Realismo, que agrupa a artistas que se proponen representar con fidelidad el mundo que les rodea.

Aunque el realismo siempre ha sido una característica de la literatura española, en la que son escasas las obras fantásticas, cuando hablamos de Realismo como etapa literaria nos referimos a aquellos autores y autoras que antes de escribir sobre la sociedad, la observan y la analizan. Cuando se intensifica el propósito de exactitud y se recogen también los aspectos más sórdidos y desagradables de la realidad, aparece el Naturalismo.

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