La publicidad y el consumo

La publicidad y el consumo

En el siguiente escrito se presenta una comentario crítico sobre como la publicidad hace que las personas gasten su capital en elementos y objetos innecesarios, donde las industrias utilizan este método de comunicación para aumentar sus ingresos y así de esta forma hacer que su compañía se lucra cada vez. William Ospina (2012) escritor del “canto de las sirenas” afirma que: “la sociedad del consumo se vende a sí misma como la gran proveedora”. Sin embargo en ocasiones los seres humanos desconocen que la detrás de esta publicidad que a diario se ve en las calles, en los avisos, se escucha en la radio, y que incluso se ve con mayor frecuencia en el televisor, es solo una mentira envuelta en un mecanismo organizado para hacerle creer a las personas que lo que están comprando los va a currar de una enfermedad o quizás ara que sean más lindos a la vista de los demás.

No obstante este método no solo es utilizado por las empresas sino también por las campañas políticas y por los medios que acompañan estos procesos, aquí es donde hacen que esta medio muestre las imperfecciones y destrezas que tiene un candidato, esto se basa en un interés que tiene como fin lucrar a la persona que quizás tiene más dinero e incluso que tiene más poder. Y así de esta forma funciona este medio de comunicación que va dirigido exclusivamente a la sociedad.

La publicidad que se observa diariamente es la misma que no muestra las consecuencias negativas o reacciones que podría sufrir por ejemplo, la piel, las uñas, el rostro y por supuesto el cabello, son estas razones por las cuales las industrias, que ofrecen y venden estos productos se cuidan muy bien en su imagen para que no sean descubiertas en la “mentira”, es correcto afirmar que estas consecuencias vienen escritas en la etiqueta de los empaques, pero como la publicidad dice que: elimina las imperfecciones de la piel, nadie en realidad lee estas advertencias. William Ospina (2012) dice: “nadie sufre tragedias que no pueda resolver el producto adecuado, donde nadie envejece jamás si usa la crema convincente, donde nadie esta solo si compra los perfumes cigarrillos o autos que se le recomienda” (pg.57). Los seres humanos al pasar el tiempo, las costumbres cambian y con ellas cambia el estilo de vida de las personas.

Por otra parte el consumo de las personas ha aumentado a medida que aumenta y mejora la publicidad con respecto a la venta de cierto elemento, producto y/o alimento; debido a que se ha convertido en una sociedad de belleza, de lujos y de moda. Cabe aclarar que la política que utiliza este medio poniendo por encima la democracia para que los candidatos lleguen al puesto que quieren, es otra estrategia utilizada para hacerle creer a las personas que son buenos y que sus propuestas van dirigidas a la sociedad y no con un fin propio. Así lo afirma William Ospina (2009): “vale más una imagen que mil palabras”.

En consiguiente la publicidad y el consumo del “tercer mundo” hacen que se produzca un desarrollo en la economía del país o así lo afirman quienes analizan y controlan estos conceptos, las personas deben converse de que todo los que les venden no es bueno, que todo lo ven no es bueno, de que todo lo que les prometen no es verdad, que la publicidad solo es un títere que intenta llamar la atención de quienes pueden invertir su capital en elementos que no funcionan o perder su tiempo escuchando las propuestas de un candidato que no tiene ni idea de lo que va hacer en realidad con la situación de un país o una ciudad.

Esta sociedad en la que ahora se vive ha tomado un rumbo que  quizás no tenga vuelta atrás, se están perdiendo los valores de la humanidad, se está permitiendo que la sociedad rija de acuerdo a lo que dicen las industrias y con los ojos vendados están caminando a un mundo donde los que pueden comprar son los que tienen, y los que no son aquellos que anhelan algún día estar en la posición de quien corre con suerte. Las personas están ignorando que son simples muñecos de las industrias y los políticos, que lo único que quieren es mantener este proceso por siempre, para que así no tengan que dar explicaciones de lo que en realidad sucede. Nadie ignora que la primera tentación de las industrias cuando se ven bajo sospechas, no es la de filtrar sus gases tóxicos, ni purificar sus desechos, ni modificar sus procesos y ni muchos menos excluir sus ingredientes nocivos, sino recurrir a la voz seductora de las sirenas para distraer al público y disipar las malas sospechas. (William Ospina, 2012, p. 65).

Cuando se habla del consumo, se refiere a los gastos que realizan las personas por adquirir un bien de primera necesidad, pero también hace referencia al gasto innecesario de las personas por comprar un producto, los mensajes dados por medio de la publicidad ya no necesita dar argumentos (William Ospina, 2012), sino simplemente acudir a un proceso utilizando imágenes, personas, animales e incluso las maquinas con las que elaboran el producto ofrecido; para ilustrarles a las personas que comprando el producto pueden satisfacer sus “necesidades”.

...