Sugerencias para el fortalecimiento del desarrollo positivo de la autoestima en niños en edad escolar.

Capítulo IV[pic 1]

Sugerencias para el fortalecimiento del desarrollo positivo de la autoestima en niños en edad escolar.

Como breve introducción es necesario justificar el por qué las estrategias están dirigidas hacia la familia y a la escuela, pues no sobra repetir la importancia que tienen estos dos contextos en el desarrollo del niño escolar, ya que desde la teoría de Erikson (revisada en el primer capítulo), quedo subrayada la importancia que tienen los factores socioculturales sobre el desarrollo humano y que en el caso de la niñez se encuentran inmersos predominantemente en la casa y en la escuela.

Lo que también puede sustentarse desde la teoría sistemática general que postula que “los sistemas vivos ya sean organismos biológicos u organizaciones sociales, depende en gran medida del entorno y deben ser concebidos, por lo tanto, como sistemas abiertos….sistemas abiertos que se mantienen en un comercio constante con su entorno”, donde la familia y escuela constituyen los principales entornos en que tiene lugar el desarrollo infantil.

Así pues, las estrategias están dirigidas al ambiente escolar y familiar por ser estos ambientes donde el niño escolar pasa la mayor parte del tiempo, pero también porque estos ambientes pueden estar relativamente controlados por los padres y maestros.

Sin embargo, es necesario realizar una importante consideración y es el que “no podemos trabajar directamente sobre la autoestima, ni sobre la nuestra, ni sobre la de nadie. Debemos dirigimos a la fuente que tiene que ver con los procesos internos”, siendo que si se pretende estimular una autoestima positiva en la familia o en la escuela, el objetivo será más bien crear un clima que apoye y refuerce aquellas prácticas que fortalecen la autoestima, que en su mayoría son aquellas que también favorecen un desarrollo personal integral.

4.1 En la familia (En la casa).

La influencia externa inicial y quizá la más importante en el desarrollo de la autoestima durante la infancia es la familia (especialmente la relación entre padres e hijos), pues proporciona las primeras experiencias de estima y de confianza, que son elementos clave en la construcción de la autoestima, ya que “la autoestima no sobreviene a la persona en el vacío, sino que el escenario natural donde eclosiona y se manifiesta es precisamente en la familia”.

Siendo así como fue tratado en el apartado factores que intervienen en la formación de la autoestima, la relación que se establece entre padres e hijos son un factor indispensable a consideración en el desarrollo de la autoestima, que si bien “no actúan como causas de la autoestima, si pueden condicionarla en las muy diversas formas en que luego se manifestara en los hijos cuando sean adultos”, esto se puede entender desde la perspectiva de que el niño construye un primer concepto de sí mismo y del mundo a través de la interacción con sus padres. Sin embargo, la autoestima no debe considerarse como un sentimiento reactivo o una acción surgida del cariño o aceptación de los otros, pero tampoco debe menospreciarse la influencia que tiene la experiencia temprana de sentirse querido y reconocido.

Es necesario considerar que si la familia es el escenario donde habrá de asentarse las bases para el desarrollo de la autoestima, no es solo la buena voluntad y el efecto de los integrantes de lo que ha de favorecer su desarrollo positivo, sino más bien la dinámica y el clima que aquí converja.

Con relación a lo interior en el entendido de que es necesario favorecer el desarrollo de una autoestima positiva comenzando desde el hogar es que se proponen las siguientes estrategias dirigidas a los padres de familia:

• Tratar al niño en efecto, el cual puede manifestarse a través de la aceptación, el respeto, los cuidados, las palabras o mediante muestras físicas.

Este tipo de trato permite al niño interiorizar un sentimiento de valía y de merecimiento de cariño. No se debe olvidar que la demostración de afecto debe ser realista, constante y estable, sin estar determinado por el estado de humor, cansancio o problemas conyugales entre los padres.

-Aceptar los pensamientos y sentimientos del niño, lo cual cimentara las bases para su Autoaceptación. Es importante tener en cuenta que la aceptación no se refiere a un estar de acuerdo siempre con toda las expresiones del niño, sino más bien con la atención y el reconocimiento de las mismas. Si se anima al niño a negar sus pensamientos o sentimientos por considerarlos incorrectos, inaceptables o desagradables, se puede generar en él un rechazo a sí mismo o un sentimiento de inadecuación.

-Favorecer el desarrollo de niño mediante el tacto, pues es una de las formas más poderosas de trasmitir cariño, ya que “nuestro cuerpo reclaman la realidad de lo físico. Queremos sentir que se quiere-valora-abraza-a nuestra persona y no a una abstracción descorporizada”.

-Promover en el niño el cuidado de su cuerpo, a través de una alimentación adecuada, la práctica de ejercicios y la higiene personal. También es necesario suscitar en el niño el autoconocimiento de su cuerpo y su revisión periódica por parte de especialistas (dentista, pediatra, oftalmólogo, etc.) con la finalidad de verificar que todo se encuentra bien y en el caso contrario llevar a cabo el tratamiento adecuado. Este punto es muy importante pues el cuidado del cuerpo requiere del reconocimiento del valor que tienen no solo sus pensamientos o sentimientos, sino también la parte materializada de su ser, su cuerpo.

-Respetar el niño en tanto ser humano, no utilizando la violencia en ninguna de sus formas para controla su conducta, ni con ninguna otra finalidad. El respeto a sí mismo y a los demás pueden aprenderse en primera instancia del respeto que prevalece en la familia y de las formas en que se manifiestan.

-Tomar en cuenta sus necesidades, sentimientos, deseos u opiniones, sin menospreciarlos, porque beneficiara su autoafirmación, que es el respeto de los propios sentimientos, deseos, necesidades, creencias, valores y su adecuada expresión, en cuanto que resulta valiosos para el sujeto que los posee.

-Establecer límites claros, justos y no opresores, que no hacen referencia a una libertad ilimitada, sino a una libertad regulada, que brinda al niño un sentimiento de seguridad, en tanto que dispone de una base clara para evaluar su comportamiento.

-Procurar una coherencia familiar, que aplica una congruencia entre las reglas (que siempre deben ser justas y comprensibles) y el comportamiento de todos sus miembros.

-Expresar sus expectativas (las de los padres) a los niños, las cuales siempre deben ser muy precisas y acordes a su nivel de desarrollo y a sus características particulares, impulsan a que le niño sea siempre lo mejor que pueda ser, evitando las comparaciones con los otros.

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