La responsabilidad y etica hospitalaria
Pablo EduardoTarea23 de Noviembre de 2019
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Universidad Especializada de las Américas
Facultad de Ciencias Médicas y Clínicas
Escuela de Ciencias Médicas y Enfermería
Tema
LA RESPONSABILIDAD ÉTICA DEL HOSPITAL
Asignatura
ADMINISTRACIÓN DE LA GESTIÓN DE ENFERMERÍA
Facilitadora
Sherly González
Integrantes
Johana Chavez T 4-733-1587
María Vásquez 8-897- 2272
María Concepción 9-744-384
Grupo
VII A Enfermería
Fecha de Entrega
6 de Mayo de 2019
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
Páginas | |
LA VIDA, LA ÉTICA Y LA BIOÉTICA | 6 |
RECURSOS Y PRIORIDADES | 12 |
LA COMUNICACIÓN, UNA NECESIDAD | 15 |
LA ADMINISTRACIÓN Y LAS PERSONAS | 18 |
EL COMITÉ DE ÉTICA DEL HOSPITAL | 20 |
CONCLUSIÓN | 29 |
BIBLIOGRAFIA | 30 |
INTRODUCCIÓN
En la redacción del siguiente escrito nos enfocaremos en la responsabilidad ética y Biótica del hospital que involucran al profesional de la salud.
Como conjuntos de seres humanos las instituciones necesitan en su estructura los lineamientos de comportamiento, por ello requieren también normas que encaminen las acciones de la institución como tal para el beneficio de quienes reciben esas influencias de ese actuar para el bien tanto individual como colectivo se requiere de ética y bioética. Veremos la importancia del ser humano como persona y además los documentos que se producen en el medio hospitalario es la historia clínica del paciente un documento con carácter de índole privada.
De igual forma hacemos mención de la importancia de la comunicación, hablar de comunicación en salud implica referirse a una serie de interacciones que se dan en la relación profesional con los usuarios de los servicios sanitarios y contribuyen positiva o negativamente en la percepción de satisfacción de los mismos, como se evidencia en revisiones y estudios sobre el tema. Esta comunicación incluye al paciente y a su familia, que es el contexto más influyente en la salud, y el afrontamiento de la enfermedad, por lo cual su participación en el proceso es un factor fundamental para la evolución clínica y el apoyo al tratamiento.
Es por ello que hablar de la ética del hospital es procurar sin pauta la calidad en sus servicios, para ofrecer a quienes la necesiten.
OBJETIVOS
- Definir la ética y bioética en general.
- Identificar los recursos y prioridades que debe tener el administrador.
- Describir la comunicación entre los profesionales de salud y el paciente.
- Identificar la importancia del comité de ética del hospital.
OBJETIVOS ESPESIFICOS
- Definir el concepto de persona.
- Explicar la importancia de la historia clínica del paciente.
- Enunciar las normas del manejo de la información.
- Clasificar los factores de etiqueta asistencial hospitalaria.
- Explicar los derechos de las personas enfermas.
LA VIDA, LA ÉTICA Y LA BIOÉTICA
Como lo han repetido tantos autores, él se ser humano debe, forzosamente, vivir “en sociedad”’; es decir, en constante interacción con otros semejantes suyos. Pero a diferencia de otros que también son “sociales” (tal vez, el mejor ejemplo de ello sea el de insectos como las hormigas), las interacciones humanas no están rígidamente predeterminadas por códigos grabados en sus genes; por el contrario, en ellas influyen sin cesar las características propias de la “la humanidad”, dos de las cuales son nada menos que la libertad y la capacidad de transformar cuanto nos rodea. Con la libertad, tenemos la posibilidad permanente de elegir, de actuar o no actuar, de tomar una vía de acción o su opuesta, o alguna de las muchas intermedias que puedan existir; con la capacidad transformadora tenemos, entre otras cosas, todas las complejidades de la tecnología, a las cuales se aplican, a su vez en cada ocasión los presupuestos de la libre elección.
En torno al concepto de libertad se entretejen los principios y las normas que consideramos más adecuados para regir los actos de las personas y las sociedades; sin ese concepto, nada de ello tendría sentido, pues no podríamos escoger en el momento de actuar. Solo se puede ser ético quien es libre, por cuanto solo esa persona, con su decisión, puede resolver que obrara respetando la condición humana (y los derechos a ella inherentes) de los demás.
En el momento actual, no obstante, la controversia puramente filosófica que mantienen estudiosos de varias naciones, se acepta de manera muy amplia la existencia de dos grandes principios considerados base de todo planteamiento ético:
1. El principio de universalización de normas (según el cual solamente debe ser válida una norma si las consecuencias previsibles directas y las secundarias de ella puede ser aceptadas por todos los afectados, con preferencia a las de posibles alternativas conocidas) y
2.El principio de complementación (según el cual es moralmente obligatorio colaborar en la realización de las condiciones de aplicación del principio de universalización, teniendo en cuenta las condiciones de situación y las contingentes). De los criterios así planteados, surgen como derechos de todos los seres humanos( tanto los que viven hoy como quienes vendrán en el futuro) los planteamientos de la no-maleficencia (mejor que la beneficencia, como ya lo sugería siglos atrás la conocida locución latina Primun non nocere, o “ lo primero, no hacer daño”), la anatomía, la justicia y el imperativo que se ha considerado “regla de oro”: obrar con los demás como quisiéramos que obraran con nosotros, o cualquier fórmula verbal equivalente. Aceptar estos planteamientos obligar por lógica a respetar, aceptándolos, sus deberes complementarios: cada ser humano debe obrar de manera que, ante todo, no cause daño; que otorgue a los demás lo que en justicia le pertenece y lo que tienen derecho; que acepte en los demás la libertad para aceptar o rechazar, para orar o dejar de obrar, para actuar como personas autónomas. Así parezca un poco caricatura, es diciente y ejemplarizante la conocida frase: “mi derecho a extender bruscamente mis puños en el espacio termina donde empieza tu nariz”. Sea este el momento de anotar que, en el campo de la bioética, y cuando las cuestiones afectan a conglomerados sociales, y no solo a personas en situación individual, las decisiones sin dejar de ser éticas pueden afectar, y aun negar, intereses puramente individuales en procura del bien en la comunidad.
Con base en la razón
Aunque la mayoría de las religiones establece como obligación fundamental para sus adeptos la adhesión a un código de conducta, es poblé plantear tal clase de normas con base en el recto uso de razón humana, de tal modo que sean aceptables y aplicable aun a quienes, por cualquier motivo, no se encasillan en alguno de los credos extendidos por el mundo actual en el caso específico de la bioética, que es la respuesta de la ética a los problemas, las dudas y los tropiezos que van planteando los nuevos logros de la ciencia y de la tecnología, su fundamento no puede estar sino en criterios racionales, por una parte, y en el buen juicio moral de los científicos, por otra. Así lo plantea Osorio (1993), quien, además, señala dos características igualmente importantes:
1. La interdisciplinariedad de la bioética, por cuanto en ella deben tomar activa parte personas calificadas en muy diversas ramas del saber (tanto las llamadas biomédicas como otras).
2. El hecho de que la bioética no es ciencia ya fabricada, sino disciplina en pena formación, y cada uno de cuyos aspectos es necesario ir estudiando y analizando en busca de la posición o de la solución que mejor sea conforme al entramado ético en el cual hemos decidido actuar. El administrador en la entidad hospitalaria se halla, en estos terrenos ante una situación peculiar: le competen decisiones e intervenciones de índole comunitaria, institucional, en las cuales, probablemente, tiene gran relevancia el concepto de justicia en su forma colectiva-social, e intervienen consideraciones como la adecuada relación entre costo y beneficio, la fijación de prioridades y, por supuesto, la estricta sujeción de ordenamiento legal vigente. Pero al mismo tiempo, debe conservar entre sus considerandos fundamentalmente el respeto por las personas que están alrededor suyo (en calidad de enfermos, parientes de estos, trabajadores de todo rango a sus órdenes) y la juiciosa aplicación de la autonomía, la no-maleficencia y la forma individual de la justicia.
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