Aprender la sabiduría del cuidado de “si mismo”
daniduqueaEnsayo1 de Septiembre de 2020
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Pontificia Universidad Javeriana
Teología cuidado de la vida
Daniela Duque Aldana
Aprender la sabiduría del cuidado de “si mismo”
Con el paso del tiempo, el ser humano ha creado prioridades que no satisfacen las necesidades y no llenan la felicidad que se necesita para darle sentido a la vida. Muchas otras preocupaciones se han encargado de desviar el camino hacia los objetivos primordiales en el crecimiento humano y a la construcción de una mundo espiritual de hermanos; debido a esto hemos olvidado la importancia del cuidado y no solo hablamos del cuidado en general, sino el cuidado en todas las dimensiones existentes: el cuidado hacia los demás, el cuidado con la tierra, el cuidado con mi entorno y el cuidado propio.
El ser humano ha abandonado el valor del cuidado y al desconocer que este está en la raíz de su desarrollo, ha dejado el trayecto de la humanización y la esencia de ser mejor persona, como expone la autora “saber cuidar expresa no solo una sabiduría importante de la vida sino una actitud primordial en el desarrollo de nuestro ser humano”. El cuidado hace parte de nosotros, de nuestra libertad y de nuestra naturaleza y debido a esto, se debe regresar al camino del cuidado como algo fundamental en nuestra vida.
El cuidado refleja maduración, responsabilidad, crecimiento, implica un acto mutuo, desde la familia hasta el grano de tierra que se encuentra en el suelo. El ser humano hace parte de un conjunto y no existe un solo “yo”, existe un “yo-él-ella” vive en conjunto y al no cuidar del hermano, es no estar cuidando de nosotros mismos. Amar al prójimo como a ti mismo es uno de los grandes retos que tiene el ser humano pero ¿cómo brindar amor a otra persona si no existe uno por nosotros mismos? Querernos y respetarnos es requisito para dar lo mismo a otros, y esto comprende cuidarse. Si se vive los días pendiente de la vida de otras personas, llegaran los años y la depresión consumirá al ser humano, si tú no te cuidas, nadie lo hará por ti, si tú no te haces cargo de tus necesidades, nadie lo hará por ti. El ser humano mismo es el que se tiene que dar cuenta de cómo suplir sus propios deseos a través de los años, no siempre son los mismos.
El cuerpo como parte esencial en la vida del individuo tiene necesidades tanto físicas, como psíquicas, las cuales se deben suplir puesto que “no tenemos cuerpo sino somos cuerpo”, éste es la figura de nuestro ser y todo lo que tenga que ver en nuestra vida, también se relacionara con él.
En la enfermedad, una manera de cuidarnos es aprender a vivir con esta y así mismo, aprender a curar las heridas retando la fragilidad humana. Si tenemos el valor de vivir nuestros días tal y como se nos presenten, seremos capaces de entrar en un proceso de adaptación y aceptación en donde se afronte la enfermedad, se le dé sentido y se humanice. Entonces, cuidar no pretende ingerir miles de medicamentos para curar el dolor, cuidar es asimilar lo que nos va pasando día tras día, ya sea caídas o triunfos; es poseer esa fuerza de vivir y amar la vida tal y como va llegando.
El cuerpo no es solo materia, allí vive esa vocación espiritual la cual necesita meditación como leer y escribir y una opción religiosa para cultivar su cuidado, esta parte requiere de mucha tranquilidad profunda como el poder perdonar y ser perdonado, la sana autoestima, ser una persona real y no vivir de fantasías, sin tabúes, que sepa cuidar de sus emociones, que tenga el valor de enterrar el egocentrismo y así ampliar el yo-tú, sin perder la idea de que somos seres autónomos y que nadie va a ser todo para nosotros.
Cuidar y cuidarnos debe ser una tarea fundamental en la vida de los seres humanos, es una prioridad que nos humaniza y da sentido a la vida. Solo pensar en nosotros no es suficiente, tenemos que fortalecer esos lazos con el prójimo, con el mundo. Con lo anteriormente dicho, nos damos cuenta que el cuidado no solo se basa en lo físico, éste yace del interior y todo lo que dice la mente, lo escucha el cuerpo y así mismo, lo afecta (ya sea positiva o negativamente). Así que se debe recuperar esa costumbre del cuidado en todas sus formas para seguir creciendo en madurez personal y que la felicidad siempre sea protagonista en nuestro día a día.
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