DISCURSO FUNEBRE DE PERICLES

El discurso fúnebre de Pericles es un texto fundamental para la sociedad cristiana occidental y para el mundo en general, transformándose en uno de los discursos más celebres de la antigüedad. Pronunciado en Atenas, como finalización a los funerales oficiales de los soldados caídos durante el primer año de la guerra del Peloponeso, es uno de los más altos testimonios de cultura y civismo del mundo antiguo.

Fue a petición de la Eclesial de la época, que Pericles, celebre estratega Ateniense entre los años 443 y 431 a.C. pronuncia un discurso fúnebre que desde el inicio intenta desmarcarse de sus predecesores, reflexionando sobre la dificultad de que un solo individuo ilustre los méritos de muchos y de que sus oyentes pudieran sentirse ofendidos si los homenajeados fueran sobre o infravalorados. Continua Pericles presentando un breve homenaje a sus antepasados, centrándose en como aquellos les han legado a los Atenienses el próspero imperio que ellos mismos se han encargado de mejorar. Desde aquí a mi punto de ver, el discurso toma un rumbo tremendamente interesante para el hombre moderno, señalando muchas de las características de la democracia que más de 2000 años después aún siguen vigentes; igualdad de derechos en la defensa de intereses particulares, que cualquiera puede acceder a los cargos públicos, pero principalmente el concepto de que el gobierno no busca el interés de unos pocos, sino el de la mayoría, y lo hace a través de la participación efectiva del ciudadano en la política. (Un pequeño punto negro de esta democracia idealizada y que no se menciona en el discurso, es que no todos los hombres poseen el estatus de ciudadano, sino que la mayoría son esclavos sin derechos). Continúa Pericles, pero quizás de una forma un poco desconsiderada con los difuntos, enumerando las distintas formas de entretenimiento que poseen los ciudadanos atenienses y su satisfactorio bienestar material. Finalizado este punto Pericles alude a como sus compatriotas se preparan para la guerra, lo que se transforma en una crítica implícita (pero a veces también explicita) a sus vecinos los espartanos: mientras aquellos centran su poderío en alianzas y un fuerte entrenamiento desde pequeños, los atenienses usan su valor y voluntad para hacer frente a las más diversas situaciones, saliendo la mayoría de las veces airosos. También menciona como los atenientes ven la riqueza como una oportunidad y la pobreza como algo que hay que esforzarse por evitar. Aquí Pericles comienza a profundizar el patriotismo ya fuertemente presente en el discurso, haciendo ver que sus enemigos no luchan por los mismos ideales de grandeza que ellos y potenciando la figura de los caídos casi al nivel de convertirlos en mártires, lo que es bastante esperable dada la naturaleza del discurso y que la guerra iba a continuar.

Entrando ya a la parte final del discurso, Pericles comienza el elogio final a los caídos, mencionando como ellos al dar la vida por su comunidad son merecedores de las más altas estimas y de las más ilustres sepulturas. También consuela de forma separada a padres, hijos y viudas, donde a los primeros les hace mención a la buena fortuna que sus hijos alcanzaron con la noble tarea de morir por su patria, a los segundos que deberán esforzarse mucho en la vida para alcanzar los honores que ya han alcanzado sus padres y a las ultimas un más que cuestionable consejo que yo interpreto como que no deben manchar la memoria de sus maridos muertos en batalla relacionándose con otros hombres.

Para finalizar, Pericles asegura que la ciudad se hará cargo de la educación de los hijos de los difuntos, luego hace una reflexión final acerca de que cuando los más altos galardones que otorga una ciudad son los que recompensan la valentía es cuando los ciudadanos son los más valientes y da por finalizado el discurso despachando amablemente a todos sus oyentes.

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