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EDUCACIÓN PARA LA EMANCIPACIÓN


Enviado por   •  18 de Junio de 2015  •  1.257 Palabras (6 Páginas)  •  600 Visitas

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RESUMEN EDUCACIÓN PARA LA EMANCIPACIÓN

Adorno es uno de los intelectuales más influyentes y brillantes de este siglo. Sin embargo, su aportación pedagógica ha pasado bastante desapercibida hasta el momento. El autor constata en esta obra cómo, en algunas ocasiones, también la formación puede conducir a la barbarie y a la dominación, algo que el nazismo puso de manifiesto al propugnar en las escuelas una falsa cultura, a la par que impedía el pensamiento crítico.

En este texto se profundizada, mediante un diálogo entre Adorno y Becker, en la barbarie que está arraigada en el ser humano. Una barbarie, que el ser humano lleva en su interior, que pese a sus avances técnicos, científicos, etc. supera a la propia civilización humana.

La barbarie: “un estado en el que todas esas formaciones a cuyo servicio está la escuela se revelan como fracasadas”; “lo opuesto a la formación cultural”; “lo extremo”; “prejuicio delirante”; “represión”; “genocidio”; “tortura”, “hecho, concretamente, de que en el estado de civilización técnica altamente desarrollada, los seres humanos han quedado de un modo curiosamente informe por detrás de su propia civilización”.

La raza humana siempre ha llevado consigo la barbarie por lo que se corre el riesgo de, al querer suprimir dicha barbarie, dificultar en su conjunto la evolución de la sociedad. En cierto sentido es necesaria la barbarie en contraposición a los valores y virtudes humanas, para poder desarrollarlas, en este sentido es significativa la frase de Strinberg: “Cómo podría amar lo bueno si no odiara lo malo”.

Otro aspecto a tener en cuenta es que la barbarie no solamente proviene de los instintos más bajos del ser humano, también es posible encontrarla bajo el manto de la razón y de la reflexión. Para llegar a un fin, se pueden llevar a cabo unos métodos altamente reflexionados, razonados por todo un grupo pero que para ponerlos en práctica pueda ser necesario un estado de barbarie. En definitiva, un pensamiento reflexivo y proveniente de la razón no es excluyente de la barbarie.

Otro punto que cabe mencionar es el de la competencia, tan en boga actualmente, estamos ante una sociedad tremendamente competitiva, en la que uno para prosperar en la vida, en el trabajo, en la escuela, etc. Tiene que ser mejor y superar al de al lado. Esta idea de la competencia se intenta arraigar desde la infancia, los profesores intentan que haya competencia entre los alumnos, suponiendo que esa competencia provocará unos alumnos mejores, que a través de la superación del prójimo alcanzaran la superación personal.

Esto es una educación enfrentada a lo que tendrían que ser los valores humanos en el desarrollo intelectual, en la reflexión de los temas de las materias, en buscar dentro de uno mismo experiencias y métodos para superar problemas de una forma razonada, para estudiar una materia globalizándola en el contexto de la sociedad.

Lo idóneo sería despertar una vergüenza en el ser humano, una vergüenza hacia cualquier instinto de barbarie, una vergüenza que impida que una persona pueda ejercer actos violentos contra otra, que pueda ejercer brutalidad contra otra.

Este sentimiento de vergüenza se debe empezar a inculcar desde temprana edad, en la educación familiar, en la educación en las escuelas. Es necesario que este sentimiento de repulsa a la barbarie se siembre en la edad infantil pues este es el tiempo en el que el ser humano experimenta adaptaciones sociales decisivas y anímicas también.

Surge la pregunta ¿cómo superar la barbarie?

1. La pedagogía como una especialidad. Las pedagogías deben tener un rol privilegiado en la escuela estudiándose como especialidad y no como técnica complementaria a otra disciplina. El maestro no debe cumplir más un rol mediador en la escuela, sino proponerse como tarea formar el propio ser del hombre a través del ejercicio crítico.

2. Práctica pedagógica democrática. Que consiste esencialmente en la oposición de la ilustración o concienciación al olvido impuesto por la barbarie.

3. Educación de los educadores.

4. Educación política. Que debe concebirse como sociología, que eduque sobre las fuerzas sociales en juego y alerte de aquel peligro que aparece cuando el Estado se sitúa

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