EL ACTO DE SER DOCENTE

INTELIGENCIA CORPORAL O KINÉTICA.

Dentro de la teoría creacionista se concibe al ser humano como un ser inacabado que busca llegar a la plenitud, logrando con eso la felicidad y el propósito de su existir en un mundo lleno de seres competentes, que dificultan la razón de ser en el humano como un ente ecuménico en todas sus dimensiones. La plenitud del ser como ente activo y productivo se concibe como la auto realización del individuo a través del desarrollo pleno de sus cualidades naturales que lo distinguen de los demás. Esa diversidad de seres humano permite, bajo un contexto referencial realista, la promoción del trabajo en equipo, pues somos complementos uno de los otros, logrando de esa manera, la emancipación surrealista del ser humano.

Bajo este contexto del desarrollo pleno de la actividad humana existencialista Erich Fromm decía que “Aun cuando una persona realice algo por los motivos más excelentes y desinteresados del mundo, si no disfruta con lo que hace, es que algo no funciona. Nadie debería verse privado del gozo y del disfrute en su vida y en su trabajo” ese disfrute o plenitud se logra a través de la realización de las actividades que mejor podemos hacer y eso que mejor hacemos, es parte de nuestra personalidad e inteligencia, nuestra forma de ser.

En ese momento del pleno desarrollo de las actividades que disfrutamos hacer, estamos demostrando que somos competentes dentro del contexto productivo, pues el atribuirle el termino competencia a una persona que puede desarrollar una actividad va más allá del simple hecho de hacerla bien, esto trasciende a la actitud, entrega y pasión con que lo hace, dicho en términos sencillos el disfrute de hacer un verbalismo productivo.

¿Pero qué determina ese desarrollo pleno del ser humano, ese goce por hacer lo que hace de manera eficaz y eficiente? Bajo esta mirada es necesario preguntarnos ¿qué elementos debe de desarrollar el individuo en su estructura compleja para lograr esa plenitud? ¿todos los seres humanos podemos lograr la plenitud deseada al conocernos a nosotros mismos?

Para dar respuesta a la primera interrogante sobre ¿qué determina el desarrollo pleno del ser humano, ese goce por hacer lo que hace de manera eficaz y eficiente? Pues en concreto lo determina su inteligencia. De acuerdo con el psicólogo estadunidense Howard Earl Garned en la teoría de las inteligencias múltiples ve la inteligencia “como algo unitario que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas e independientes que presenta la capacidad de resolver problemas y elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas.”

Dentro de ese marco referencial la palabra inteligencia proviene del latín intellegere, término compuesto de inter 'entre' y legere 'leer, escoger', por lo que, etimológicamente, inteligente es quien sabe escoger.

La inteligencia permite elegir las mejores opciones para resolver una cuestión simple o compleja. Según la Real Academia de Lengua Española define la inteligencia como la «capacidad para entender o comprender» y como la «capacidad para resolver problemas». Partiendo de esas definiciones concebimos al ser humano como un ente competente según sus diferentes habilidades que se adaptan de acuerdo a las circunstancias con las que se enfrenta ante un mundo complejo que presenta diferentes situaciones; en ese panorama el individuo debe de responder con pertinencia y eficacia a cada una de ellas con garantía de éxitos, para lograr su plenitud y sentirse realizado.

Dentro de este marco teórico y retomando la teoría de las inteligencias múltiples que presenta el psicólogo Howard Earl Garned, manifiesta que la brillantez académica no lo es todo. A la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz, por ejemplo, elegir bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida privada. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. Ni mejor ni peor, pero sí distinto. Dicho de otro modo: Neruda no es más ni menos inteligente que Mesi, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes. Gardner define la inteligencia como una capacidad. Hasta hace muy poco tiempo la inteligencia se consideraba algo innato e inamovible. Se nacía inteligente o no, y la educación no podía cambiar ese hecho. Tanto es así, que, en épocas muy próximas, a los deficientes psíquicos no se les educaba, porque se consideraba que era un esfuerzo estéril.

Todos los seres humanos son capaces de conocer el mundo de siete modos diferentes. Según el análisis de las siete inteligencias, todo somos capaces de conocer el mundo a través del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo para resolver problemas o hacer cosas, de una comprensión de los demás individuos y de una comprensión de nosotros

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