SER DOCENTE
DANLE11 de Enero de 2013
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INTRODUCCIÓN
Todo trabajo de investigación es una historia, o muchas historias que conforman un entramado de experiencias y de aprendizajes recíprocos, que constituyen la colección compleja y accidentada de varios puntos de partida. La investigación es entonces una acción de vida; por parte del investigador, el reconocimiento de la ignorancia y la incertidumbre acerca de lo que se pretende conocer y las rutas que habrá de usar para hacerlo.
El presente trabajo nació de la exigencia de conformar estrategias que colocaran a profesionales de la educación en el oficio de la investigación académica. El programa frisaba ya, la década de la existencia, y como todas las ofertas de posgrado, buscaba estrategias para conseguir que sus egresados se graduaran con una tasa de eficiencia terminal cero.
Nos propusimos crear un instrumento que nos permitiera cubrir varios objetivos muy específicos, a saber. En principio, dotar al estudiante de un proyecto marco de investigación que le permitiera vivir una experiencia profesional en el terreno de la indagación. Ya la Universidad Pedagógica Nacional 291, desde hacía algún tiempo, venia instrumentando la idea de que el docente investigara la práctica profesional propia.
Por nuestra parte, nos permitiría hacer un seguimiento del proceso de investigación como ejercicio didáctico provocando una situación de aprendizaje colectivo, el programa fue acogido con interés por la comunidad estudiantil, y en el año 2000 arrancaron las acciones de este proyecto que titulamos: La construcción social de la identidad profesional del profesor de educación básica de Tlaxcala.
Después de un tiempo de iniciado el proyecto, otras unidades estatales de UPN tomaron el ejemplo de nuestra experiencia a través de la unidad Ajusco de la Universidad Pedagógica Nacional, quien valido el proyecto.
De esta manera un número importante de profesores atendidos por nuestro programa de maestría vivieron esta experiencia y por ello, la UPN 291, fue incorporando la misma a sus activos docentes, diseñando desde entonces diversos proyectos marco que, a la fecha abordan temáticas que concentran la atención de los estudiantes y profesores del posgrado, en la indagación de los procesos organizacionales.
Para lograr lo anterior decidimos acudir a perspectivas teóricas menos interesadas en dar cuenta delo reconocido ya como existente, incluso sus explicaciones, para poner atención en los procesos que constituyen las situaciones, en este caso la profesión y la identificación del profesor con la misma. Todo esto nos llevó a preguntarnos acerca de nuestra ignorancia de la disposición genética del profesor y con ello, a la búsqueda de una explicación a tal uniformidad discursiva.
En ocasiones, la vocación se presenta como una posesión individual. Se tiene o no se tiene y de allí derivan muchas explicaciones, extra lógicas, acerca de la competencia profesional del profesor.
Al escuchar y observar a los docentes en su desempeño cotidiano identificamos incontables variedades de esta versión matriz, esto es, de la vocación. Sin embargo el contacto más cercano nos revelaba la accidentada ruta que vivían los docentes para llegar a serlo, y que el dispositivo vocación simplificaba en exceso.
Justamente, lo común a esta variedad de versiones es éste mismo hecho, el de ser descripciones que permiten a los sujetos docentes relacionarse con el mundo y consigo mismos.
La idea motor de la perspectiva elegida la podemos rastrear a lo largo de casi toda la historia de la humanidad. Un debate permanente entre quienes se empeñan en localizar un elemento definidor de la acción del hombre. Destino, dios, la naturaleza, entre otros, y quienes reconocen en la propia acción humana la fuente de la vida, de la sociedad y sus productos: los materiales y los humanos.
Sostener que la realidad humana y fundamentalmente sus modos de aprehensión los producen los colectivos sociales, no pretende restarle un gramo de facticidad a las mismas, en todo caso aspira a comprenderla de mejor manera.
Nuestros objetivos se centraron en comprender y hacer que los estudiantes también comprendieran, que la perspectiva de la construcción social constituía una teoría, esto es un conjunto de proposiciones acerca de la realidad social. En este sentido, es que se representaba una herramienta que nos posicionaba frente al objeto de conocimiento y a las versiones diversas que existen sobre este campo y, en consecuencia, una toma de posición con respecto a la naturaleza del mundo social.
CAPITULO UNO
UN MARCO DE REFERENCIA PARA EL ESTUDIO DE LAS IDENTIDAES PROFESIONALES: PRESUPUESTOS Y FUNDAMENTOS
Estudiar realidades empíricas involucra, como veremos, el desarrollo de puntos de vista teóricos y traducciones prácticas de distinto orden y de complejidades también diversas. En el trabajo que hoy presentamos no podemos pasar por alto, la exposición de toda una serie de reflexiones acerca de los supuestos que vertebran nuestra comprensión de la naturaleza.
Tales reflexiones, desarrolladas a lo largo de varios años de investigación, nos han permitido madurar nuestra apreciación de los alcances explicativos y las posibilidades de traducción al trabajo empírico de las perspectivas que retomamos. Cabe señalar que las reflexiones que ahora exponemos no resultan de la nada, ni mucho menos representan un ejercicio que ha sido fácil de realizar en todo este tiempo, pues para los autores, así como para los profesores y estudiantes que nos hemos acogido a este proyecto, ha significado un esfuerzo constante por emprender nuevos retos para aprehender y asimilar lenguajes y conceptualizaciones teóricas tendientes a comprender las complejidades que subyacen al mundo de la vida social en general y, de la constitución profesional de los actores sociales en particular.
Podemos señalar que estos trabajos se caracterizan por los nuevos matices que son incorporados al quehacer de la investigación social, como aquel de reconocer en la actividad del científico una situación social que se aleje de la pretensión de la neutralidad valorativa invocada con tanta vehemencia como resuelta con tanta ingenuidad.
La neutralidad científica, desde la visión construccionista, debe ponerse en tela de juicio, ya que al igual que el conocimiento derivado de la experiencia cotidiana, la neutralidad científica no es más que una construcción que tiene su fuente principal en el tejido de las relaciones sociales que le otorgan esa condición.
Uno de los principales presupuestos sostenidos por este movimiento intelectual se refiere a la afirmación de que los conocimientos que las personas tenemos acerca del mundo y de nosotros mismos tiene su sustrato en las relaciones e interacciones sociales. Así, la concepción del conocimiento entendido como una posesión y producción individual, tan propia de la sociedad moderna, es suplantada por una concepción comunitaria y colectiva del conocimiento que tiene su origen en las relaciones sociales.
Con este planteamiento, los construccionistas sociales proponen revisar también nuestros conceptos científicos y admitir que la ciencia, que produce un conocimiento acerca del mundo, es también una construcción social en tal sentido, no debe pretender imponerse como un conocimiento por encima de otros saberes, lo que implica una reserva ética.
El construccionismo social como una ontología del mundo social
El punto nodal del construccionismo social, se refiere a la idea de entender la totalidad de nuestras prácticas y concepciones de la realidad como resultado de las relaciones e interacciones humanas. En tal sentido, para este movimiento intelectual es posible acceder a reconstruir los dramas y situaciones de la vida cotidiana de los individuos y colectivos de la sociedad reconociendo siempre el punto de vista e interpretación de los actores que la experimentan día a día.
En consecuencia, los actores de la vida social, no son individuos aislados del mundo, ni portadores, sin más, de un conocimiento individual, sino por el contrario, son portavoces de un conocimiento social que ha sido producido en contextos socio culturales específicos.
En primer lugar, los teóricos de la construcción social proponen que la empresa de la investigación social, específicamente la investigación sociológica debe detenerse a observar con atención lo que ocurre en la cotidianidad de la vida, es decir, en lo que pasa cuando nos desenvolvemos normalmente en nuestras vidas, desplazándonos de un ámbito social a otro.
Este principio metodológico, ha sido fundamental para orientar la investigación que hoy presentamos, pues nos ha marcado una ruta metodológicamente más clara para explorar con sistematicidad en mundo experimentado por los docentes desde su ámbito socio profesional. Un mundo que al ser narrado y contado en forma de relato, constituye un testimonio de primera mano para entender la identidad de estos actores.
En este sentido, estos teóricos nos advierten que este mundo cotidiano, que tiene una naturaleza pragmática, adquiere un carácter intersubjetivo, es decir, que se comparte con otros, guiándonos por las mismas objetivaciones, sin que ello implique que tengamos las mismas perspectivas y pensamientos acerca de las cosas. A pesar de las diferencias y quizá, conflictos con los otros, vivimos en un mundo que nos es común y en donde hay una correspondencia entre sus significados y los nuestros.
Las narraciones como artefactos discursivos y vehículos de la identidad
En esta antesala hemos planteado varios aspectos del construccionismo social,
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