Ser Docente

El oficio de maestro.

Al comenzar a plantear este tema nos planteamos algunas preguntas:

¿Qué significa ser maestro hoy?

¿La docencia es un arte, una ciencia, ambas…?

Cómo es la formación actual de los docentes?

¿Cómo aprenden específicamente los maestros?

¿Por qué estamos insatisfechos con la formación y actualización del magisterio?

Entonces antes de contestar estas preguntas citaremos a Pablo Latapí, del libro “Cómo Aprenden los maestros” para reflexionar e ir aproximándonos a respuestas concretas.

“Ser maestra o maestro es ser invitado, en ciertos momentos privilegiados, a a entrar al alma de un chico o una chica y ayudarle a encontrarse, a afirmar paulatinamente su carácter, a discernir sus emociones, quizás a superar sus temores y angustias. Y para muchos alumnos el maestro o la maestra son los únicos apoyos con que cuentan”.

Estamos de acuerdo con el autor mencionado en lo referente a lo que distingue al maestro no es que enseña, sino que aprende continuamente. El maestro para estar actualizado en forma constante, por ser un profesional del conocimiento, debe siempre leer mucho, indagar en los nuevos conceptos, asistir a eventos educativos, cultivarse en todo sentido.

Los sistemas de formación y actualización varían mucho con el lugar, el tiempo y creemos que pueden y deben mejorarse y será positivo que en los debates de hoy investigadores, maestros y funcionarios aporten sus ideas para ello.

Siguiendo a este autor, consideramos importante la idea que aporta “no debemos esperar cruzados de brazos que lleguen las grandes reformas” (... )“Ante las grandes dificultades de la práctica docente, ante los errores o desaciertos de las políticas educativas, ante las trabas burocráticas y sindicales, los maestros pueden adoptar dos actitudes: o quedarse perplejos y pasmados, no haciendo nada o nadando de muertito en las inercias de los programas de actualización; o decidirse a hacer algo por sí y para sí: proponerse conquistar su profesión porque la aman y entonces crecer con otros colegas aprovechando las oportunidades a su alcance”.

Según Alejandro Álvarez en su libro “El maestro: historia de un oficio”, hay quienes piensan que ser maestro es una profesión y que la misma ha perdido su identidad y su prestigio en la sociedad.

“El oficio de enseñar”, ha sido encargado al maestro, que surgió como una necesidad, ante la complejidad de la sociedad, que debió pues dividir tareas y asignar roles diferentes a las personas. De esta manera surge el saber y la escolarización como estrategia y como herramienta del control del poder.

El maestro pues, se define como un dispositivo, o máquina que es la escuela, por lo tanto se plantea aquí el tema de la identidad y de la autonomía del mismo.

De acuerdo a la cultura actual, ciertas condiciones lo hacen una especie de Apóstol pero es también un funcionario.

Al decir de Álvarez, se cree en la idea de que la Escuela es la que ha tomado el rol de hacer la nación “civilizada y próspera”, pero esa tarea la debe cumplir gente capacitada para ello.

Además es un oficio que debe ser realizado con vocación, pues si no es así es mejor no ejercerlo, ya que las consecuencias no tienen remedio. Ella no es suficiente, ni la paciencia, la tolerancia o el respeto, hace falta que los docentes realmente estén capacitados para la labor que desempeñan, conocimiento disciplinar y formación pedagógica actualizada.

Además de lo mencionado, hay países en que las familias y vecinos tienen mucha influencia en la decisión de tomar tal o cual maestro para la enseñanza de sus hijos en las escuelas, no solamente basta con la supervisión o inspección.

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