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ENSAYO SOBRE LA GENESIS IDEOLOGICA DE LAS NECESIDADES


Enviado por   •  19 de Junio de 2020  •  Ensayos  •  3.271 Palabras (14 Páginas)  •  135 Visitas

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LA GÉNESIS IDEOLÓGICA DE LAS NECESIDADES.

Problema del autor: Para identificar el problema del que autor se sirve para desarrollar este trabajo investigativo y académico, es imperativo en un primer escenario tener en cuenta las condiciones del sistema productivo en el que vivimos, lo cual significa realizar un análisis de las dinámicas del sistema productivo capitalista que rige el panorama global, la oferta de bienes y servicios de manera desbordada, lo que conlleva a un punto donde las significaciones se hacen marginales. De acuerdo con las aproximaciones conceptuales que Baudrillard brinda en la introducción de La génesis ideológica de las necesidades, los objetos actualmente cuentan con un valor más allá del uso que se les pueda dar, entorno a esto desarrolla la problemática asociada al orden social en donde los nuevos cimientos de este orden social se concentran en el consumo y que trascienden a la producción como se creía previamente. Hipótesis del autor: Según Braudillard, las dinámicas de consumo que rigen la economía y la sociedad actualmente, han tenido un impacto en la manera en cómo se conciben los objetos de consumo, donde por ejemplo una nevera cuyo uso puntualmente consiste en refrigerar alimentos, sin embargo Braudillard asume que hay una significación más allá del simple uso que se le pueda dar al objeto, en este caso a la nevera. Pero antes de enunciar dicha significación, también advierte que inmersos en una sociedad de consumo como la nuestra, es evidente que una de las maneras de relacionarse es consumiendo, pero no habla de relacionarse con los objetos que se adquieren o consumen, sino relacionarse socialmente pues una vez se expresa la existencia de sociedad de consumo también es pertinente hablar del sistema cultural que se crea a la par del consumo de objetos que a su vez tienen un propósito implícito que es el de satisfacer deseos en algunos casos artificiales. En consecuencia, articular estas condiciones tiene como resultado también, el erguimiento de un sistema social con unas clases sociales redefinidas en torno al consumo, que reemplazan las diferencias de clases anteriores, donde ahora la jerarquización de las clases se complementa con el prestigio que otorgan los objetos. Volviendo al ejemplo de la nevera, que no se ve como un objeto con una finalidad de consumo que brinda cierta comodidad, el autor sostiene que el hecho de comprar algo como una nevera hace parte de una lógica social o también aporta la lógica del deseo que surgen a partir de una significación que esta dada inconscientemente. Así bien, Braudillard explica según su hipótesis que el consumo es una experiencia que tiene que ver con los signos que se le dan a la misma, es decir, cuando se producen tienen un doble significado, en primer lugar son producidos, y en segundo lugar, son la manifestación materializada en la medida que se exhibe como elemento que permite identificar la jerarquía de quien posee, según nuestro ejemplo la nevera. Cuando el autor define el valor signo lo hace con el propósito de determinar la estructura del consumo ya que el acto de consumir recala en la cultura e integra también la jerarquía. A partir de esto el valor signo tiene un posicionamiento hegemónico en el panorama de las significaciones sociales. Por tanto, Braudillard expresa que el mero hecho de consumir implica a su vez manipular signos, que van más allá de la función que cumplen los objetos que se adquieren. De igual manera, al consumir también se intercambian significaciones sociales y significaciones culturales, pero que estos significados no están dados por el sujeto que consume, sino que pertenecen a un sistema simbólico más extenso. El autor advierte, que lo anterior se sustenta por supuesto del concepto de necesidad, concepto pertinente en la medida que el ser social busca a diario la satisfacción de sus necesidades, lo que repercute en el desarrollo del ser humano. Donde la necesidad es vista como un elemento artificial producto del mismo sistema productivo que ofrece satisfacer necesidades en la misma proporción que las va creando con la finalidad de mantener el consumo constante. Argumentos vindicativos: Argumento vindicativo N°1 Uno de los primeros elementos argumentativos con los que se puede sostener el trabajo académico de Baudrillard, la lógica de las significaciones, elemento que resulta de gran valor propositivo pues sirve como categoría analítica ya que según el autor los objetos no tengan un significado, lo que nos lleva a pensar en el objeto como la nada, un espacio en blanco que se puede llenar con las significación que cualquier persona quiera darle, pero respondiendo unas lógicas, que están determinadas en dos dimensiones: - La primera da origen a una significación que resulta emocional, lo que se traduce en un objeto que el autor denomina como de fascinación e inversión; con ello podemos entender un número importante de objetos que se adaptan a estas categorías, hoy por hoy vemos como bajo esta dimensión se crea un mercado entorno a esa dinámica, en la que las personas con el afán de llegar a sentirse de nuevo con algún tipo de sensación característica consumen o esperarían consumir, esto va desde una pieza de ornamentación que sería el ejemplo más recurrente que podría haber en la discusión, pues si bien el objeto tiene un valor este no está dado por los materiales que hayan sido tenidos en cuenta para llevar a cabo su producción, sino por el valor que se le ha otorgado al construirle esos valores significativos que resultan emocionales. Y esto aplica también dentro del mercado de los objetos coleccionables, siendo este otro ejemplo de esa significación que se le da, una camiseta de fútbol antigua en lugar de perder valor con el paso del tiempo, esta usualmente incrementa su valor de manera exponencial gracias a que hay en el mercado una dinámica de emociones que hace que las personas que quieran obtener este objeto, estén dispuestos a pagar asumiendo que esa en una lógica racional. - En la segunda dimensión que nos brinda esta lógica de las significaciones, se toca otro aspecto muy común hoy en día, que refiere el consumo en su mayoría de acuerdo a la marca que este tenga, si bien esto es muy común al día de hoy; como categoría de análisis nos resulta útil ya que nos vislumbra las dinámicas de consumo recientes, ya que el consumir también implica una acción social que tendrá como finalidad otorgar prestigio, estatus, jerarquía, como quiera llamársele, esto gracias a que el mercado y sus marcas que van también unidas a una propaganda que juega con las necesidades del consumidor, a tal punto que lo lleva a pensar que si no tiene un celular de marca Apple por ejemplo, no va a satisfacer esa necesidad de comunicarse que sería el fin esencial del objeto por el cual pagó el consumidor. O bien pondría por encima de una jerarquía imaginaria a quien adquiera un celular de esta marca y no de otras. Argumento vindicativo N°2 Otro de los recursos de los que se vale el autor es el del valor de cambio simbólico, que es otro aporte para determinar el valor que van adquiriendo los objetos dependiendo siempre de las relaciones y las dinámicas sociales, en este caso el ejemplo del regalo, es el más importante, ya que con este objeto que se convierte en regalo, no se valora por el objeto que se está regalando, ni por sus características físicas, sus materiales, sus deficiencias sino por el acto en sí de regalarlo. Una dinámica muy común en nuestros días, donde el mercado también invita recurrentemente a celebrar fechas importantes que trascienden los natalicios u otras festividades comunes, ha celebrar fechas con cualquier ocasión siempre y cuando se consuma haciendo regalos. De ahí el éxito de una festividad como la navidad por ejemplo. Argumento vindicativo N°3 Otra de las posiciones que asume Baudrillard y que resulta un argumento enriquecedor es la distinción de las relación entre el sujeto, el objeto y la necesidad en el campo de la discusión de la cual se apropia con el fin de demostrar la profunda relación entre estos conceptos que forjan esta teoría de la significación de las necesidades. Generalmente se asume que estas tres categorías analiticas están dadas de manera aislada, y que actúan en la sociedad y el sistema productivo de manera independiente, con sus propias lógicas, significaciones e interpretaciones, sin embargo Baudrillard distingue una relación se podría decir que de dependencia entre estas en lo que respecta a una lógica social y de las significaciones, es decir, el objeto articula una necesidad hacia el sujeto impulsada por una dinámica de consumo que esta cultura y socialmente asociada al músculo productivo del capital y sus características. La sociedad de consumo ha optado por generar numerososcambios culturales, los cuales han simplificado el contenido, conceptos y términos, que anteriormente eran de fácil manejo para el común de los personas. La concepción del término de necesidad tiene una prolongada trayectoria en el pensamiento social. Las concepciones usualmente utilizadas consideran las necesidades como infinitas, ilimitadas y siempre cambiantes. Si la necesidad se reduce a esto, asumirá un carácter de prolongación que se alimentará a sí misma, ya que cada necesidad satisfecha hace surgir muchas otras que será necesario realizar. Esto da pie una concepción sobre el sistema económico, definido inicialmente como orientado a la satisfacción de las necesidades humanas, como un sistema en permanente crecimiento. De allí que sea necesario revisar y repensar la noción de necesidad. El desarrollo histórico, incluso el de las relaciones antropológicas lleva a evidenciar una constancia en la condición humana y social que trasciende el tiempo, pero que se adapta a las condiciones productivas. Argumento vindicativo N°4 Otro elemento que resulta relevante y que facilita la interpretación del ejercicio teórico que presenta el autor reside en la lógica que rige las necesidades y el consumo, ya que usualmente se toma uno de estos dos aspectos sin tener en cuenta el otro y viceversa, así bien, es importante la incidencia tanto en el quehacer social, como en las construcciones culturales y económicas que se ven reflejadas en la producción que dejan estos dos aspectos. Sin importar revisión que se haga hacía el consumo, este conlleva a la dimensión de las necesidades, éstas suelen ser un aspecto que no se permite cuestionar, como resultado de un procedimiento algo natural dado incansablemente, sin siquiera comprender el qué, el cómo y el porqué de la necesidad y la relación de esta con el plano de lo social, no como un problema falso de preferencia del sujeto o la sociedad, por el contrario en la repercusión que tiene en lo social de la necesidad. Las necesidades están divididas en dos formas: las fisiológicas, inmersas en la conducta natural humana, y las psíquicas o secundarias, que tiene un origen histórico con relación al sistema de producción capitalista que rige el mercado actual y que ha descubierto cómo satisfacer esas necesidades o reproducirlas de manera artificial, lo cual hace que se articule cada objeto con una necesidad, negando cualquier tipo de cuestionamiento que surga en medio de esa operación y, por tanto, negando su explicación. Se puede llevar a cabo un acercamiento al problema de las necesidades que hacen que exista el consumo con el propósito de abandonar el postulado que pretende esclarecer las necesidades como reflejo de la conducta natural humana, la cual en esencia una vez descubierta, se transforma en el imperativo de un ordenamiento productivo y de unas condiciones sociales que son el común denominador. Las necesidades que son en efecto el objeto principal del consumo a lo largo de este proceso, esto quiere decir, que tienen un componente económico, no son definidas por la condición natural humana generalmente, sino por la crédito, es decir por el nivel de ingresos del que disponen los sujetos y por la naturaleza de los objetos disponibles, que son, en un momento dado, el producto de las capacidades instrumentales de producción, de esta forma, las necesidades de consumo son definidas económicamente en el sentido de que dependen del grado de elaboración técnica con el que cuente el sistema productivo en cuanto a la cantidad y calidad de los objetos que puede suministrar, y de las relaciones sociales de producción en la medida que consolidan la distribución de los ingresos entre las clases sociales. Las necesidades económicas deben ser identificadas en consecuencia con el sistema productivo que se monta para satisfacerlas. En este sentido, el marxismo arroja una serie de aportes que utiliza el autor para refutar el paradigma actual. Marx, aunque no cuestiona el elemento biológico de las necesidades, estas se presentan condicionadas en la sociedad y por lo tanto con la historia. Las necesidades que ocurren de manera natural como por ejemplo el alimento, el vestido, el abrigo, la vivienda, entre otras, cambian de acuerdo a las condiciones del clima y a las demás condiciones naturales de cada país. Igualmente, el volumen de las llamadas necesidades naturales, así como el modo de satisfacerlas, son de suyo un producto histórico que depende, por tanto, en gran parte, del nivel cultural de un país. Según Baudrillard hay que empezar teniendo en cuenta el hecho de que un postulado teórico acerca de las necesidades no cuenta con el sentido, ya que sólo puede haber una teoría del concepto ideológico de necesidad, y esto debido a que solamente identificando las ideologías existentes acerca del concepto de necesidad se puede llegar a una precisión de estas, que tendrían que tomarse como función inmersa en los sujetos gracias a la lógica interna del sistema y representarse como un mecanismo de fuerza con la capacidad productiva necesaria y estimada por el andamiaje del propio sistema, su proceso de reproducción y de adaptación para sobrevivir. Argumento vindicativo N°5 En relación a la línea de abordaje que brinda Baudrillard otro aspecto relevante al esbozar las características de los objetos está ligado al concepto de ocio, como aliciente para una nueva configuración del consumo. Donde se puede sobresaltar que el ocio no es simplemente una ausencia de cualquier actividad, es decir, literalmente no hace nada, sino mejor no realizar una actividad que se considere como productiva. Lo anterior implica que este concepto se encuentre afuera de una clasificación de lo que podría ser una necesidad de disfrute del tiempo libre o del descanso, pues es diferente. Argumento vindicativo N°6 La instrumentalización de los anteriores elementos teóricos expuestos por Baudrillard, sirven para identificar y caracterizar lógicas de diferenciación donde se concibe una realidad social que está bajo la dominación de una regulación que gira en torno a la consistente fabricación de objetos y materiales distintivos, lo que nos permite ver desde otra perspectiva, una de consumo, la distinción de clases. Lo anterior se materializa con la producción social de signos de valores, como inicialmente se hizo mención, es decir de la moda, y la forma como a través de este otro concepto se entablan nuevas formas de producción social. Lo que generalmente vemos desde una pantalla de televisión, pues dadas las condiciones sociales y culturales difícilmente se obtiene acceso a un evento de moda, sin importar si es local o internacional, podemos ver la descripción de un orden distintivo caracterizado por rasgos que rozan lo estéticamente absurdo y también la disfuncionalidad de los objetos empleados para consolidar dicha moda. Conclusiones: En primer lugar se puede considerar que la sociedad de consumo y su dinámica, al ser la consecuencia histórica de todo el conjunto de los procesos productividad desbordada bajo la significación del capital, también llega a ser la era de la alienación absoluta. El consumo ya no es un ejercicio cotidiano meramente, sino que es una acumulación de signos que otorgan nuevas interpretaciones de la realidad sociales de los sujetos, lo que nos lleva a pensar que ya no existe un sujeto como individuo, sino un ser que existe en la medida que consume, es decir un sujeto de consumo. El sujeto no se ve de acuerdo al producto de su trabajo, ni las condiciones socio-culturales en las que se desenvuelve, sino en el aprovechamiento, goce y disfrute de la abundancia que ofrece la lógica de consumo. Los objetos están innegablemente ligados a una significación, a un lenguaje semiótico que le permite distinguir de acuerdo a las necesidades y el contexto en que se consuma. Lo que a la larga implica un cambio de paradigma en el panorama de las relaciones sociales. El amplío de las masas constituyen la conclusión del aspecto económico al poner en evidencia la correlación entre el valor/signo que resignifica el apremiante de las necesidades y la acumulación racional de las condiciones comportamentales y su finalidad en esencia: la consolidación de un consumo excesivo. Consecuencias Lógicas: Las propuestas conceptuales y teóricas que otorga el autor nos lleva a analizar que el discurso que deja en evidencia la existencia de un nuevo paradigma más allá del que presume el sistema productivo como es el del consumo y las significaciones que se construyen en torno a esto. Luego lo anterior lo considero como cierto ya que para Baudrillard, el consumo ha llegado a ser el elemento más importante en proceso histórico de acumulación de acuerdo al sistema capitalista, reemplazando paradigma anterior de la producción como elemento meramente de explotación. De acuerdo con esto que se plantea, el autor sigue las teorías que van de la mano con el análisis de situaciones, con sus postulados acerca de la colonización en la sociedad, pero Baudrillard se distingue de estos al considerar el consumo como una práctica principalmente nor lingüística; para él, en el capitalismo tradicional, los objetos son consumidos como signos, no como lo que realmente son, y esto tiene implica directamente sobre el sujeto en estas condiciones sociales. Por tanto, el trabajo teórico de Baudrillard sobre el valor comprende, en primer lugar, una crítica a la ideología tradicionalmente considerada en la economía política reciente, y fundamentalmente a su accionar en las relaciones humanas; y en segundo lugar, la consideración de un elemento teórico del valor con un eminente componente lenguaje a partir de los signos. El análisis estructural de Baudrillard parte de desligar las necesidades de un referente natural, para ubicarlas como funciones de la lógica cultural capitalista. Comúnmente se relaciona que la economía política ha sostenido que el objeto concebido como mercancía, de acuerdo a Marx incluye dos tipos de valor: el valor de uso y el valor de cambio. También se debe tener en cuenta que Adam Smith previamente tuvo en cuenta que la palabra valor tiene otros significados diferentes; en ocasiones puede expresar la utilidad de un objeto particular, y en otras la capacidad de adquirir otros bienes, el cual viene acompañado la posesión de ese objeto. A uno puede llamársele valor de uso; al otro, valor de cambio. Esta aclaración indica la existencia de dos ámbitos diversos en los cuales el objeto se llega a dinamizar: el valor de cambio es el objeto en cuanto se incluye en el mercado, por su parte el valor de uso es ese objeto en relación puntual con un ser humano que lo utiliza de acuerdo a su función; el valor de uso se refiere a una conducta natural previa y que actúa ajena al mercado. Entonces, Baudrillard controvierte la postura original del valor de uso, en la medida que es un conglomerado de un naturalismo que en la economía y demás disciplinas sociales está ligada a un humanismo que identifica al ser humano, haciendo indebida abstracción de las condiciones estructurales que como tal lo determinan. La crítica resuelta acerca del valor de uso está dirigida, entonces, hacia la necesidad de concebir históricamente el elemento contextual del sujeto en el total de sus relaciones sociales, tanto inmediatas como secundarias.

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