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El Feminismo En La Ilustracion


Enviado por   •  17 de Mayo de 2013  •  1.230 Palabras (5 Páginas)  •  475 Visitas

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¿Se puede hablar de lo femenino en la ilustración?

Ensayo filosófico

María cristina Lopera López

19/05/2012

El punto ciego de la luces, el lugar que quedo opaco

¿Se puede hablar de lo femenino en la ilustración?

“El feminismo es el hijo no deseado de la ilustración”. Amelia Valcárcel, en el sentido en que fue una especie de accidente, una parte de las ideas ilustradas cuya “paternidad” no se quería reconocer.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una buena ocasión para recordar a Olympe de Gouges, la que es considerada por muchos la primera feminista de la historia. “La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos…” Esta frase que en el siglo XXI resulta una obviedad, no lo era en el XVIII, ni siquiera en el contexto progresista y reformador de la Revolución Francesa. Olympe de Gouges ha pasado a la historia por escribir la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791), pero su caleidoscópica figura va mucho más allá. Reivindicó el amor libre y las parejas de hecho; combatió la pena de muerte; predicó los horrores de la esclavitud; defendió a madres solteras, prostitutas, y vagabundos; denunció la corrupción de los políticos; se declaró monárquica cuando la moda era ser republicano… Se mostró más revolucionaria que la Revolución, participo activamente de palabra y con escritos, sus compañeros a los que tanto ayudo se olvidaron de ellas negándoles así hasta el derecho de ser “ciudadanas” ya que este era un privilegio que solo tenían los hombres, o sea que la revolución únicamente soluciona los problemas de una parte del pueblo, que en este caso no era la parte femenina.

Uno de los espacios importantes para las mujeres de aquella época fueron los cuadernos de quejas en los cuales ellas (religiosas, nobles y del tercer estado) tomaron como mecanismo de defensa, dejando allí constancia de sus reivindicaciones ya que, la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano alimento una polémica sobre si las mujeres eran también sujetos de derechos. Estas mujeres en sus cuadernos lo único que pedían era: “ser instruidas, poseer empleos, no para usurpar la autoridad a los hombres, sino para ser más estimadas; para que tengamos medios de vivir al amparo del infortunio (…). Os suplicamos, Señor, que establezcáis escuelas gratuitas en las que podamos aprender los principios de nuestra lengua, la religión y la moral (…). Pedimos salir de la ignorancia, dar a nuestros hijos una educación acabada y razonable para formar siervos dignos de serviros.” (Cristina Sánchez, “Genealogía de la vindicación”)

No eran peticiones absurdas ni mucho menos, era pedir una mejor calidad de vida no solo para ellas sino también para su hijos, su familia pero por desgracia de muchas mujeres lo único que se pudo logar en este tiempo fue “la mujer tiene derecho a subir al cadalso”, es decir solo teníamos derecho a la pena de muerte, simplemente por pedir como lo dije anteriormente mejor calidad de vida, una equidad de genero. Pero lo cierto es que esos derechos no se nos otorgaban no era por el simple hecho de ser mujeres sino porque ellos sabían que el poder en manos de una mujer era algo incontrolable para el sexo masculino, somos mas inteligentes, con mejores capacidades, podemos lograr grandes acontecimientos en cuanto a la política y demás, y que en cierto modo podíamos llegar a gobernar tanto el país, la familia y a ellos mismos. Era puro y físico miedo contra las mujeres, su poder e inteligencia un claro ejemplo de estos son Olympe de Gouges, maría Antonieta y Madame Roland.

Las tres primeras feministas

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