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El Hombre Mediocre

skylinegtr22 de Agosto de 2012

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Página 1 de 21

Ministerio de Educación

Instituto Profesional y Técnico

El Silencio

Trabajo hecho por

Ethan Phillipps

Nivel

XII A Ciencias

Materia

Lógica y Filosofía

Tema del trabajo

El Hombre Mediocre

Fecha de entrega

23 de agosto de 2012

LA MORAL DE LOS IDEALISTAS

Los seres cuya imaginación se llena de ideales y su sentimiento atrae hacia ellos la personalidad entera son los idealistas. El ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección. Los filósofos del futuro irán poniendo la experiencia como fundamento de toda hipótesis legitima, no es arriesgado pensar que en la ética venidera florecerá un idealismo moral. Un ideal no es una formula muerta, sino una hipótesis perfectible; la evolución humana es un esfuerzo continuo del hombre para adaptarse a la naturaleza, que evoluciona a su vez. Un ideal es un punto y un momento entre todo lo posible que puebla el espacio y el tiempo, evolucionar es variar. En la evolución humana varia incesantemente el pensamiento. La vida tiende naturalmente a perfeccionarse. A medida que la experiencia humana se amplia, observando la realidad, los ideales son modificados por la imaginación, que es plástica y no reposa jamás. Los ideales son, por ende, reconstrucciones imaginativas de la realidad que deviene. Un ideal colectivo es la coincidencia de muchos individuos en un mismo afán de perfección. Todo ideal es una fe en la posibilidad misma de la perfección. Hay tantos idealismos como ideales; y tantos ideales como hombres aptos para concebir perfecciones y capaces de vivir hacia ellas. La experiencia, solo ella, decide sobre la legitimidad delos ideales, en cada tiempo y lugar. Sin ideales seria inexplicable la evolución humana. Los hubo y los habrá siempre. Seres desiguales no pueden pensar de igual manera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo bueno y lo malo que observa, y lo mejor que imagina, sin ideales seria inconcebible el progreso. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que lo oprimen y debe ser cálido su idioma como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal. Se distinguen dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico y el idealismo experimental. El hombre incapaz de alentar nobles pasiones esquiva el amor como si fuera un abismo; ignora que él pone en manifiesto todas las virtudes y es el mas eficaz de los moralistas. Vive y muere sin haber aprendido amar. En todo lo perfectible cabe un romanticismo; su orientación varía con los tiempos y con las inclinaciones. En todo lo perfectible cabe un romanticismo; su orientación varía con los tiempos y con las inclinaciones. Las rebeldías románticas son embotadas por la experiencia. Los romanticismos no resisten a la experiencia crítica. El idealista estoico mantienese hostil a su medio, lo mismo que el romántico. Su actitud es de abierta resistencia a la mediocridad organizada, resignación desdeñosa o renunciamiento altivo sin compromisos.

Índice

Introducción……………………………………………….. pág. 1

Contenido

La moral de lo idealistas…………………………………pág. 2,3

El hombre mediocre………………………………………pág. 4,5

La mediocridad intelectual……………………………….pág. 6,7

Los valores morales………………………………………pág.8,9

Los caracteres mediocres……………………………….pág. 10,11

La envidia………………………………………………….pág. 12,13

La vejez niveladora………………………………………pág. 14,15

La mediocridad…………………………………………..pág. 16,17

Los forjadores de ideales……………………………..pág., 18,19

Conclusiones……………………………………………pág. 20

Bibliografía………………………………………………pág. 21

Introducción

A través de este trabajo voy a ser un resumen del libro el hombre mediocre le hablare sobre el pensamiento de José Ingenieros en cuanto a la mediocridad y como esto afecta cada día a las personas que nos rodean. El cual le hace vivir en un mundo de poca importancia y de la misma forma vivir en ese ambiente que es poco propicio.

Un hombre, un grupo o una raza son idealistas porque circunstancias propicias determinan su imaginación a concebir perfeccionamientos posibles. Los ideales aparecen cuando el pensar alcanza tal desarrollo que la imaginación puede anticiparse a la experiencia; son creencias que influyen en nuestra conducta en la medida en que lo creemos. La imaginación es la madre de toda originalidad la cual despoja a la realidad de todo lo malo y lo adorna con todo lo bueno. El idealismo se trata de un juego de palabras que transportan a la doctrinas filosóficas el sentido que tienen los vocablos idealismo y materialismo en el orden moral.

Se es idealista persiguiendo las quimeras mas contradictorias; sin ideales seria inconcebible el progreso; los ideales aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría. Los ideales suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje liberador, aborrecen toda coacción, sienten el peso de los honores con los que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles, maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.

El Hombre Mediocre

La desigualdad humana no es un descubrimiento moderno. Hay hombres mentalmente inferiores al término medio de su raza, de su tiempo y de su clase social también los hay superiores. Entre unos y otros fluctúa una gran masa imposible de caracterizar por inferioridades o excelencias. Su existencia es, sin embargo, natural y necesaria. En todo lo que ofrece grados hay mediocridad; en la escala de la inteligencia humana ella representa el claroscuro entre el talento y la estulticia. Las personas tienden a confundir el sentido común con el buen sentido. El sentido común es colectivo, eminentemente retrogrado y dogmatista; el buen sentido es individual, siempre innovador y libertario. La personalidad individual comienza en el punto preciso donde cada uno se diferencia de los demás; en muchos hombres ese punto es simplemente imaginario. Por ese motivo al clasificar los caracteres humanos se ha comprendido la necesidad de separar a los que carecen de rasgos característicos: productos adventicios del medio, de las circunstancias de la educación que se les suministra, de las personas que los tutelan, de las cosas que los rodean. Los hombres sin personalidad son innumerables y vegetan moldeados por el medio, como cera fundida en el cuño social. Si hubiera de tenerse en cuenta la buena opinión que todos los hombres tienen de si mismos, seria imposible discurrir de los que ese caracteriza por la ausencia de personalidad. Lo habitual no es el genio ni el idiota, no es el talento ni el imbécil. El hombre que nos rodea a millares, el que prospera y se reproduce en el silencio y en las tiniebla, es el mediocre. El hombre sin personalidad no es un modelo, sino una sombra ningún hombre es excepcional en todas sus aptitudes; pero no podría afirmarse que son mediocres a carta cabal. No obstante las infinitas diferencias individuales, existen grupos de hombres que pueden englobarse dentro de tipos comunes; si observamos cualquier sociedad humana, el valor de sus componentes resulta siempre relativo al conjunto el hombre es un valor social.

El hombre inferior es un animal humano; en su mentalidad enseñaron las tendencias instintivas condensadas por la herencia y que constituyen el alma de la especie. El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad; es por esencia imitativa y esta perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad. El hombre superior es un accidente provechoso para la evolución humana. Es original e imaginativo, des adaptándose del medio social en la medida de su propia variación. Todo lo que existe es necesario. Cada hombre posee un valor de contraste, si no lo tiene de afirmación. El mediocre representa un progreso, comparado con el imbécil, aunque ocupa su rango si lo comparamos con el genio. Todos los hombres de personalidad firme y de mente creadora, son hostiles a la mediocridad. Ante la moral social, los mediocres encuentran una justificación. Si los hábitos resumen la experiencia pasada de pueblos y de hombres, dándoles unidad, los ideales orientan su experiencia venidera y marcan su probable destino. Los idealistas y los rutinarios son factores igualmente indispensables, aunque los unos recelen de los otros. La sicología de los hombres. La sicología de los hombres mediocres caracterizase por un riesgo común la incapacidad de concebir una perfección

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