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El Sufrimiento Necesario


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2012  •  1.980 Palabras (8 Páginas)  •  1.879 Visitas

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Con frecuencia escuchamos que algunas personas manifiestan tener como objetivo de su vida, ser felices, y muchas piensan que para ello es necesario evitar el sufrimiento: temen sentirlo y lo rechazan cuando lo experimentan. Sin embargo, es preciso entender que el sufrimiento es condición inherente a la vida y es necesario tomar conciencia del significado de la felicidad y del sufrimiento porque son recíprocos en relación a esa toma de conciencia; es decir, entender el sufrimiento permite tomar conciencia de la felicidad y viceversa. Por ello es tan importante saber el significado del sufrimiento, para intentar vivirlo como parte del crecimiento personal, familiar y social. El tema del presente ensayo es: “El sufrimiento necesario”, y tiene como propósito, reflexionar sobre dos aspectos relacionados con éste tema que fueron abordados en la asignatura de Ética filosófica. El primero hace referencia a la afirmación de que “no podemos a amar si no hemos aprendido a sufrir”, el segundo se refiere a la afirmación de que “el sufrimiento nos acerca a la Persona Infinita”. Mi postura respecto a estas dos afirmaciones es de total y absoluto acuerdo, por tanto, el desarrollo del ensayo versará sobre la argumentación de dicha postura, adoptando perspectivas: teórica, filosófica y espiritual; abundado y precisando los conceptos revisados durante el curso y haciendo alusión a reflexiones afines a este tema.

Freud refiere tres fuentes principales del dolor: 1. La enfermedad que nos hace descubrir nuestra finitud; 2. Las agresiones del mundo exterior que nos hacen descubrir nuestra pequeñez e indefensión; 3. Las relaciones con el prójimo que nos descubre la injusticia. Como puede observarse, lo referido por Freud, no esclerece distinción entre el sufrimiento y el dolor, por tanto el tema será abordado primeramente bajo la perspectiva biológica, con el propósito de conceptualizar el dolor como fenómeno natural y poder diferenciarlo con respecto al sufrimiento.

La primera actividad nerviosa del cerebro fetal ocurre en el tálamo a los dos meses de embarazo, hacia el final de la quinta semana, un ligero golpe en la boca del feto hace que los labios se retraigan, y a los dos meses y medio de la gestación, se puede decir con toda certeza que su respuesta a los estímulos no es un reflejo, y que el feto es capaz de sentir el dolor agudo. Esto indica que aún antes de nacer, podemos advertir el dolor físico, y que muy probablemente representen para el hombre las primeras experiencias de dolor, aún no comprendidas en esos momentos de su vida. A lo largo de nuestro desarrollo físico continuamos viviendo experiencias de dolor y de sufrimiento: cuando caemos aprendiendo a caminar, al separarnos del juguete extraviado o roto; seguimos creciendo y empezamos a vivir procesos de duelo con relación a separación de personas queridas y de objetos sentimentalmente valiosos; así, continúan haciéndose presentes en nuestras vidas el dolor y el sufrimiento hasta la muerte. Sin embargo, aunque el dolor y el sufrimiento suelen utilizarse como términos sinónimos o incluyentes recíprocamente, son conceptos diferentes. Por ello es importante hacer una diferenciación entre el dolor y el sufrimiento: El dolor está ligado a la percepción de un estímulo periférico o del sistema nervioso central y se asocia con una respuesta efectiva. Sin él, los seres humanos no habríamos sobrevivido, ya que nos provee de un mecanismo de alarma indispensable para la supervivencia. El dolor puede ser agudo o crónico. Una persona que padece un dolor agudo se siente inquieta, y temerosa, pero aflora en ella una esperanza de mejora; mientras que el dolor crónico puede llevar al desánimo, a la desesperanza, a la depresión o, en el mejor de los casos, a la resignación aprendiendo a convivir con él.

El sufrimiento puede ser considerado como una cuestión subjetiva pues se relaciona con una impotencia percibida por una persona cuando no le es posible cambiar o controlar algo que no desea. El sufrimiento no responde a una estructura física, deriva más bien de un proceso intelectual que, aún cuando genera efectos somáticos a través de percepciones sensoriales, toca mayormente las dimensiones psíquicas, mentales, sociales y espirituales. Dos ejemplos que permiten reforzar la diferencia entre dolor y sufrimiento (per sé obvia), son los siguientes: El parto produce en la gestante un gran dolor físico pero, más que sufrimiento, comúnmente le produce un gran placer. El proceso de duelo por la muerte de un ser querido, comúnmente, no representa propiamente una experiencia de dolor físico, pero si una experiencia de sufrimiento.

Diferenciados los conceptos, ahora revisaremos el tema bajo la perspectiva filosófica: la reflexión y la discusión sobre el dolor y el sufrimiento vienen siendo efectuadas desde la antigüedad y a lo largo de la historia de la humanidad. Para Aristóteles el sufrimiento se vinculaba con la pretensión de poseer por completo algo que está sujeto a cambio. Schopenhauer (1788-1860) relaciona también el deseo con el sufrimiento; éste, es debido a que algo deseado necesita ser satisfecho y, mientras que eso no ocurra, es sufrimiento. Sin embargo, afirma que “ninguna satisfacción perdura, sólo es punto de partida de un nuevo deseo”. Se ve, entonces, al deseo como lucha permanente, no existe un fin último para el esfuerzo, en consecuencia, no existe término para el sufrimiento. El filósofo alemán Max Scheler señala cuatro tipos de sufrimiento en la persona: 1.somático, 2.vital, 3. psíquico, 4. espiritual. Estos generan sentimientos fundamentales: sensoriales, corporales y vitales, del Yo y de la persona. El dolor es un sentimiento somático, sensorial, referido al Yo, pero no a la persona. Esa sería la diferencia entre dolor (experiencia física) y sufrimiento (dolor espiritual). Santo Tomás señala que la apetencia de placer y el anhelo de unidad o amor es causa de dolor, ya que el dolor es producto de desunión entre la voluntad del ser y su necesaria sensibilidad a una fuerza superior. Nietzsche, Señala que si el dolor supera sus límites personales, rompe la unidad del Yo, produciendo la disolución del ser humano y conduciéndolo al desamor y al pesimismo.

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