El discurso de la publicidad comercial

VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA FUNCIÓN DOCENTE EN LA SOCIEDAD DE CONOCIMIENTO

        Vivimos en un mundo donde la información y el acceso a la misma son procedimientos sumamente sencillos. Para cualquier estudiante y/o  docente una simple acción como lo es una búsqueda en internet permite obtener información sobre cualquier temática. En el momento histórico  que vivimos el volumen de la información aumenta exponencialmente.  Según Bartolomé Pina (1996), durante muchos siglos la información acumulada por la humanidad creció a un ritmo muy lento, casi imperceptible, épocas en donde las palabras de los ancianos eran respetadas como criterio último. Pero esto ha cambiado, según expresa Castells, vivimos inmersos en una cultura del espectáculo, dónde gracias al fácil acceso a las tecnologías de la información, el ciudadano tiene acceso desde su propia casa a cualquier tipo de espectáculo e información, a cualquier hora del día. La revolución de la tecnología ha cambiado el sistema político, económico, social y cultural del mundo.

Siguiendo la línea de Castells (2000) este cita a Christopher Freeman quien habla de un paradigma tecnológico, este paradigma es la base material de la sociedad red en la que estamos inmersos. Este paradigma posee ciertas características, la primera es que la información es su materia prima. La segunda característica es la capacidad de penetración de los efectos de las nuevas tecnologías, ya que la información es una parte integral de la actividad humana, el ser humano está moldeado por el nuevo medio tecnológico. La tercera característica es la lógica de interconexión entre los diferentes sistemas que utilizan estas nuevas tecnologías. La cuarta característica es la flexibilidad, esto significa que no solo los procesos son reversibles sino que también pueden modificarse las organizaciones y las instituciones, este paradigma tiene la capacidad para reconfigurarse, rasgo muy importante en la sociedad caracterizada por el cambio constante y la fluidez organizativa. “El paradigma de la tecnología de la información no evoluciona hacia su cierre como sistema, sino hacia su apertura como una red multifacética… Sus cualidades decisivas son su carácter integrador, la complejidad y la interconexión”. (Castells, 2000 p 110)

No es ajena a este paradigma la función docente. ¿Cuál es la función del docente en la sociedad del conocimiento?

Lamentablemente como lo expresa Alayza (1997 en Riera), estamos ante la paradoja que las instancias educativas siendo medulares en el macro-proceso de la globalización y del desarrollo humano, ha perdido peso y, en este asunto, desempeñamos un papel que deja mucho que desear. Todo esto se hace más difícil para el docente ya que  según Rodriguez Fuenzalida (2000) hay escaza reflexión educativa sobre la globalización, es como si fuera un tema ajeno a los estudios sobre educación,

Vivimos junto a cambios globales y políticos constantes que están alejados de las formas que marcaron el curso de la historia de épocas pasadas. Esta nueva realidad aun no presenta un orden para nuestro presente

A lo largo de los siglos la profesión docente ha sido considerada como central en el marco de las necesidades de la trasmisión cultural y formación laboral de las futuras generaciones. Según Pérez Lindo (2009) aunque esta sea la forma de pensar de la mayor parte de la sociedad, inclusive de los responsables por mantener el sistema educativo, el hace acuerdo que la instrucción pública que surgió durante la Revolución Francesa, su objetivo no era continuar con la trasmisión cultural sino más bien preparar las nuevas generaciones para un mundo nuevo, inadaptados al sistema vigente.

        La pregunta surge entonces, cual es la función actual del docente en esta sociedad con cambios constantes, adelantos tecnológicos diarios, donde la información es de fácil acceso pero donde no toda información resulta útil para ser usado por el docente en su labor y donde estos cambios impactan en los roles tradicionales atribuidos a los docentes.

Frente a este panorama es que debemos situarnos y repensar cual es la función docente en esta sociedad y cuál deberían ser sus competencias, preguntarnos si estas competencias están colmando todos los ámbitos que la función docente debe abarcar. Quizá uno de los aspectos importantes a considerar para ir comprendiendo esta complejidad es mirar al docente como un agente más dentro de esta sociedad del conocimiento y buscar desarrollar en la profesión docente una mayor capacidad de relación, de comunicación, de colaboración, de trasmitir las emociones, de compartir con los colegas la problemática originada por lo que sucede y me sucede.  Con referencia a lo anterior podemos tomar a Andrea Díaz en su obra “inquietud de sí y educación” donde ella expresa la necesidad de una narración de si mismo frente a otros considerando esta una forma del cuidado de si, y la importancia de esta narración es conocer y dar cuenta de quién soy como profesor o maestro y como he llegado a ser eso que soy. Sería entonces esta una de las herramientas que el docente debería utilizar para lograr recuperar su propia historia y reconstruir su función para la sociedad del conocimiento. Como lo expresa Moacir Gadotti (2004) el educador al repensar la educación también repiensa la sociedad  por lo tanto su función, ya que es parte de esa sociedad.

        Junto a este cuidado de si que el docente debería recuperar en la actualidad, tengamos presente también a Cullen() en lo que refiere a que la educación está pasando por una etapa donde existe la necesidad de una crítica a las razones de educar, una reflexión filosófica sobre la educación y por lo tanto es necesario que el docente también reflexione sobre su práctica, como debería ser actualmente, y ya que los “nombres están desnudos”, el docente debe construir y reconstruir un discurso acerca de la educación como aporte a los momentos de cambio que se viven. Al ser la docencia una práctica comprometida con el cambio social, el docente debe tener como una parte muy importante de su función, el trasmitirle al enseñante el espíritu crítico, que no sea solo un reproductor de la ideología social imperante, educar para un nuevo mundo con un nuevo orden.

        El docente frente a este escenario debe tener conciencia que sus educandos deberán estar preparadas para vivir en el mundo del conocimiento, de la globalización. Deberán ser ciudadanos del mundo globalizado pero también capaz de nutrirse de sus raíces culturales. Por lo tanto el docente deberá proporcionarles orientación en los planos materiales, sociales y espacio temporal, estos estudiantes deberán aprender a manejarse en medio de un escenario complejo. Y para que el docente cumpla su función  estimulara el auto-aprendizaje y el afán por aprender, buscara innovar, crear y posibilitar el dialogo reflexivo y crítico; no solo un escenario de aula que sea divertido pero que nada aporte a la formación de ese ciudadano para el mundo que tendrá que afrontar.

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