Ensayo Sobre Hamlet
Danielita72727220 de Julio de 2012
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Acto I
La obra se abre en Dinamarca, al llegar la medianoche al Castillo de Elsinor. Horacio, un estudioso, y Marcelo, un centinela, se unen a la guardia nocturna de Bernardo. Desde su puesto de vigilancia, Marcelo y Bernardo han observado dos veces a un misterioso fantasma deambulando por los terrenos reales. Marcelo pregunta ansiosamente a Bernardo si "'el espantoso fantasma que hemos visto ya en dos ocasiones...'" se ha aparecido nuevamente esa noche. Un escéptico estudiante, Horacio fue invitado a la guardia por dos razones: para verificar la historia de fantasmas de los guardias, y para hablar con el espíritu si se presenta por tercera vez. Disipando pronto las dudas de Horacio, el temible fantasma ingresa vestido con toda su armadura. El fantasma ataviado con su traje de guerra utiliza su visera y lleva una porra en su puño. Atemorizados Horacio, Marcelo y Bernardo se dan cuenta que el espectro en armadura se parece mucho al recientemente fallecido Rey Hamlet. Horacio le habla al espíritu, pero el fantasma permanece en silencio. Preocupado por el espíritu errante del Rey Hamlet, Horacio advierte a los guardias que "'Esto pronostica alguna extraordinaria mudanza a nuestra nación”. La presente conmoción, razona Horacio, debe ser el resultado de las recientes peleas con el joven Fortimbrás de Noruega. En el pasado, el Rey Fortimbrás desafió al Rey Hamlet a una batalla por territorio en disputa. Los dos monarcas acuerdan mutuamente que la tierra del perdedor sería cedida al ganador. Hamlet mató a Fortimbrás y, en consecuencia, obtuvo las tierras de Fortimbrás. El joven Fortimbrás con la intención de recuperar la tierra perdida por su padre, ha reunido una muchedumbre de combatientes para desafiar a Dinamarca. Bernardo está de acuerdo en que el inminente ataque de Fortimbrás debe ser la causa de la actual perturbación. Como prueba, él señala que el fantasma usa la misma armadura que llevaba el Rey Hamlet para derrotar al viejo Fortimbrás.
El fantasma vuelve a aparecer de repente con su armadura. Horacio le pide hablar mientras los guardias intentan detenerlo con golpes inútiles. Cuando el gallo cacarea indicando la llegada del amanecer, el espíritu en su armadura se retira rápidamente. Horacio sospecha que el fantasma del rey rompa su silencio sólo ante el joven Hamlet. Resuelve prontamente contarle al Príncipe Hamlet del fantasma errante de su padre.
Hablando a su consejo reunido, el Rey Claudio lamenta la reciente muerte del Rey Hamlet, su hermano. Al mismo tiempo, se regocija en su rápido matrimonio con la Reina Gertrudis, su cuñada que quedó viuda. Laertes, visitando formalmente Dinamarca por la coronación del Rey Claudio, solicita el permiso de Claudio para regresar a Francia. Claudio cumple con el deseo de Laertes como un favor a Polonio, su altamente apreciado asesor quien es también padre de Laertes. El Claudio Rey llama al Príncipe Hamlet, refiriéndose cariñosamente a él como primo e hijo. Amargo porque su tío se ha casado con su madre demasiado pronto después de la muerte de su verdadero padre, Hamlet refunfuña enigmáticamente, "'Algo más que deudo y menos que amigo'". El Rey Claudio y la Reina Gertrudis están perplejos por la melancolía de Hamlet. En su opinión, el Príncipe Hamlet ha llorado lo suficiente a su padre muerto. Lo instan a deshacerse de su poca varonil congoja y permanecer con ellos en Dinamarca, en lugar de regresar a la escuela en Wittenberg. Profundamente deprimido, Hamlet anhela su propia muerte. Aunque entristecido por la muerte de su padre, la mayor causa del sufrimiento del Príncipe Hamlet es el matrimonio desleal de la Reina Gertrudis con Claudio. A un mes de perder a su amado esposo, la Reina Gertrudis se casa precipitadamente con Claudio, el propio hermano del Rey Hamlet. Enojado por la hipocresía de Gertrudis y su infidelidad, Hamlet desprecia a su madre, diciendo: "'fragilidad, ¡tu nombre es mujer!'" Horacio, Marcelo y Bernardo interrumpen los oscuros pensamientos de Hamlet. Reconociendo a Horacio como un amigo de la escuela de Wittenberg, Hamlet le pregunta a Horacio que lo trae a Dinamarca. Horacio le responde que vino para el funeral del Rey Hamlet. El Príncipe en forma sarcástica le dice que más bien debe haber venido para el matrimonio de la Reina Gertrudis, pues los dos acontecimientos se produjeron consecutivamente. Transmitiendo los acontecimientos de las últimas tres noches, Horacio le informa a Hamlet que el fantasma silencioso y en armadura de su padre muerto ha sido visto deambulando en el castillo. Hamlet decide unirse esta noche a observar y hablar él mismo con el intranquilo espíritu.
Laertes, con destino a París, se despide afectuosamente de su hermana Ofelia. Ofreciéndole algunos consejos de hermano, le advierte a Ofelia mantener su castidad frenando las románticas intenciones del Príncipe Hamlet. Debido a que Hamlet es un príncipe, él debe casarse con alguien de alto rango. Por lo tanto, no puede ser totalmente serio en su amor por Ofelia. Polonio insta a su hijo a partir rápidamente, sin embargo, detiene a Laertes con una larga lista de recomendaciones. Después de que Laertes parte en su buque, Polonio se hace eco de su preocupación por Ofelia advirtiéndole que el Príncipe Hamlet es joven y lujurioso. Polonio instruye a su hija tratar a Hamlet fríamente, desconfiar de sus votos de amor, y evitar su compañía. Obedientemente, la casta Ofelia acepta.
En el cortante aire de la medianoche, Hamlet, Horacio y Marcelo reanudan su observación del fantasma. Una bulliciosa fiesta organizada por el borracho Rey Claudio se escucha a lo lejos. De repente, aparece el espíritu y Hamlet asombrado y sin aliento ora: "'¡Ángeles, nuncios de piedad, amparo!'" El joven Príncipe le ruega al fantasma que le revele que asunto le roba la paz al alma de su padre. El fantasma le hace una señal al Príncipe Hamlet para que lo siga. Hamlet obedece, a pesar de las suplicas temerosas de Horacio y de la inútil templanza de Marcelo.
El atormentado espíritu del Rey Hamlet revela que un oculto delito de cruel asesinato lo condena a vagar por la tierra y arder en el infierno. Engañada por una mentira, Dinamarca cree que una serpiente venenosa picó fatalmente al Rey Hamlet cuando él dormía en su huerto. Sin embargo, el espíritu le dice a Hamlet: "'La serpiente que mordió a tu padre, hoy ciñe su corona'". El Rey Hamlet fue en realidad asesinado por su hermano Claudio, quien derramó una ampolla de licor venenoso en el oído del dormitante Rey. Claudio robó la corona del Rey Hamlet, su reina, y lo peor de todo, la paz a su alma. Asesinado sin tener la posibilidad de una confesión, el Rey Hamlet murió sin poder desahogar su conciencia. Él debe ahora pagar por sus pecados terrenales no purgados ardiendo en las sulfurosas fosas del Infierno. El espíritu le ruega a Hamlet vengar el cruel asesinato, pero no dañar a la Reina Gertrudis. La conciencia culpable de la Reina Gertrudis y el juicio del Cielo son suficiente castigo por su deslealtad. El fantasma se aleja, suplicando a Hamlet recordar el espíritu de su pobre padre asesinado. Hamlet resuelve no pensar en nada más que en vengar la injusta muerte del Rey Hamlet. El Príncipe adopta un disfraz de locura mental. Él actuará como un loco para ocultar su sangriento motivo. Hamlet pide a Horacio y Marcelo mantener en secreto lo sucedido esa noche. El fantasma clama, instándolos a jurar mantenerlo en completa reserva. Obedeciendo los pedidos del espíritu, Horacio y Marcelo prometen ante la cruz de la espada de Hamlet que nunca dirán una palabra de lo que han visto y oído.
Acto II
Curioso acerca de la conducta de su hijo y su carácter, Polonio encarga a su criado, Reynaldo, espiar a Laertes. En París, Reynaldo indirectamente preguntará a los franceses en relación con el comportamiento de Laertes. Ofelia acude presurosa al lado de su padre, asustado por el lujurioso y enloquecido comportamiento de Hamlet. Ella le comunica que Hamlet, con la ropa desceñida, irrumpió en su habitación y la agarró por la muñeca. Polonio piensa que Hamlet ha enloquecido producto de la lujuria y un amor no correspondido. Decidiendo comunicar el mal de Hamlet por una pasión amorosa, Polonio lleva a Ofelia a ver al Rey Claudio.
El Rey Claudio ha enviado apresuradamente por Ricardo y Guillermo y les da la bienvenida en su corte. Claudio espera que Ricardo y Guillermo, amigos del Príncipe Hamlet, descubran la causa de la reciente locura de Hamlet. Polonio entra con dos informes: el primero se refiere a Noruega, el segundo es sobre Hamlet. El embajador Voltemand informa a Claudio que el Rey de Noruega ha acordado reprimir las acciones de su sobrino en contra de Dinamarca. Tomando ventaja de la enfermedad de su tío, el exaltado joven Fortimbrás encubrió sus acciones contra Dinamarca como legítimos movimientos contra Polonia. Al conocer las verdaderas intenciones de Fortimbrás, el Rey de Noruega obligó a Fortimbrás a poner fin a todas las operaciones en contra de Claudio y Dinamarca. Voltemand informa finalmente que Noruega solicita se le otorgue un paso pacífico a través de Dinamarca con el fin de llegar a Polonia. El Rey Claudio está muy satisfecho. Polonio continúa con el segundo tema, la locura del Príncipe Hamlet. Polonio informa que el rechazo de Ofelia ante el deseo de Hamlet ha causado la locura del Príncipe. El presenta una poética carta de amor de Hamlet a Ofelia como evidencia. Para probar más su teoría, Polonio sugiere que él y el Rey observen secretamente un encuentro arreglado entre Hamlet y Ofelia. El Rey Claudio y la Reina Gertrudis manifiestan su acuerdo con ello..
Con la esperanza de animar a Hamlet, Guillermo informa al Príncipe que
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