Ensayo sobre el libro "Una muerte muy dulce"

ENSAYO SOBRE LA OBRA LITERARIA “UNA MUERTE MUY DULCE” DE SIMONE DE BEAUVOIR

INTRODUCCIÓN

El presente ensayo tiene como objetivo analizar problemas de bioética que se encuentran inmersos en la obra mencionada de Simone de Beauvoir. Se abordará acerca de la calidad de vida y la negligencia médica que provoca el deterioro en la salud del paciente.

La autora señala que el 4 de octubre de 1963, mientras que encontraba de visita en la ciudad de Roma, recibe una llamada telefónica en la que se le informa que su madre, François de Beauvoir sufrió un accidente, por lo cual tuvo que ser internada en el hospital. En el transcurso del tiempo que estuvo hospitalizada, su salud se deteriora paulatinamente y sin su consentimiento ni su conocimiento, los médicos deciden operarla de inmediato. Durante el procedimiento quirúrgico se hace un nuevo descubrimiento que cambia completamente el diagnóstico y pronóstico del paciente: un tumor bloqueaba el intestino delgado; es decir, la paciente padecía cáncer en fase avanzada. A partir de entonces, se inicia un tratamiento para mantenerla prácticamente sedada.

Con el transcurso de la enfermedad, su salud se deteriora vertiginosamente: sus caderas estaban paralizadas por la artrosis, su cuerpo se empieza a cubrir de escaras, sus brazos están maltratados por las muestras de sangre. Su agonía se acelera hasta que aproximadamente un mes después de su internamiento ocurre el deceso.

DESARROLLO

El primer problema de bioética implícito en la obra es el relacionado con la calidad de vida del paciente y la prolongación innecesaria de su sufrimiento.

Vale la pena preguntarse si es necesario prolongar el sufrimiento de un paciente en fase terminal, cuando solamente se le mantiene sedado para mitigar el dolor provocado por una enfermedad como el cáncer.

En este caso, el médico, apoyándose en la legislación existente, debe brindar tanto al paciente como a sus familiares toda la información exhaustiva acerca de su cuadro clínico y las opciones terapéuticas posibles, con el fin de llevar a cabo una adecuada toma de decisiones, es decir, con conocimiento de causa.

En lo personal, mi postura es a favor de que la vida se prolongue mientras ésta sea de calidad. Sin embargo, si la calidad ya es deplorable, me considero a favor del uso de la Eutanasia, así como de la orden de no resucitar, siempre y cuando sean solicitados de manera expresa e informada por el paciente. Como bien lo menciona el Dr. Juan Ramón de la Fuente: “Un derecho fundamental del hombre es vivir y morir con dignidad”^[1] 

Es importante visualizar también a la familia del enfermo: con el transcurso del tiempo, y más en el caso de pacientes terminales, la familia llega a un punto de desgaste físico y emocional muy grande, que es pertinente considerar.

Por otro lado, cabe destacar que a la paciente François de Beauvoir nunca se le informa de manera concisa sobre su padecimiento. Ella se queda en la creencia de que por una peritonitis la tienen que intervenir quirúrgicamente y que posterior a la operación su salud se restablecerá. Los médicos tratantes y los familiares de ella nunca le informan claramente su situación y el diagnóstico real de su estado actual.

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