Enseñanza De La Historia Y El Civismo
279230511 de Marzo de 2014
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Jaime Torres Bodet fue un diplomático, escritor, ensayista y poeta mexicano, director general de la Unesco de 1948 a 1952. Escritor de la obra “enseñanza de la historia y el civismo”, nacido en México D.F. el 17 de abril de 1902.
El escritor mexicano menciona diversos puntos de vista respecto a democracia y libertad. Según él explica, la democracia debía promover el interés de los alumnos, esto con el fin de continuar y perfeccionar las mejores conquistas de la historia, dentro de las vertientes de libertad y equidad social, abiertos por nuestros héroes de la Independencia, afirmados por la Reforma y reivindicados y ampliados por la Revolución.
La libertad no consiste en aprender solamente las leyes y ni el funcionamiento de las instituciones, sino que pretende lograr algo más, con esto se refiere a lograr una conciencia íntegra de la libertad y de las obligaciones que la sustentan y que la guían, de cómo es que debemos de comportarnos y de cómo deben comportarse los demás, habiendo coincidencia con nuestros hechos, las reglas y más que nada del ejemplo, de nuestros principios y nuestra vida, siendo este el principal propósito de la educación cívica.
Sin embargo, en cuanto a la ética se refiere, menciona su punto de vista, en el cual el considera la ética como la asimilación personal de aquel que se considera dueño de posponer por completo de los orientadores del juicio (la patria, la educación, la familia, el respeto y la imaginación del mejoramiento del país).
Se caracteriza el aprendizaje histórico, y hace énfasis en la importancia de la enseñanza de la historia, ya que se considera que hace rica y compleja la humanidad. “la profundidad de la visión histórica lleva implícita profundidad de interés ético y político” (Croce, 1886-1952, p.79) , la cual nos da a conocer todo lo importante y relevante que hay que saber respecto a nuestro pasado. La idea de esta enseñanza era que los alumnos comprendieran los hechos del pasado con el fin de conocer los valores, la integridad de la información, el respeto a la justicia y la devoción social por la libertad. La historia debe enseñar la transparente superficie de nuestro pasado, el cual debe explicar nuestro presente, lo que dará continuidad a lo que viene. Las enseñanzas históricas representan una ayuda inevitable para comprender el presente y, al mismo tiempo, para pensar en el futuro de la nación.
Igual de importante es la educación cívica, nos dice el autor; el civismo es el nervio de la comunidad, aunque desgraciadamente en la actualidad esta educación se da solo dentro de las escuelas, dejando incierto el resto del tiempo de los individuos como bien lo expresa Bodet “Lo que no intentéis en vuestra cátedra, ningún otro profesor lo intentara para ellos en otra escuela. Al despedirse de vosotros, muchos de esos jóvenes van a ganarse la vida.”(p.85) .
El papel de la escuela es educativo, más que instructivo, y el núcleo de esta se encuentra en las clases de civismo, porque más que aprender cualquier profesión deben aprender a ser sujetos de obligaciones y con derechos, defensores de su patria que la honren, la veneren y la prestigien.
La finalidad de estas enseñanzas es la formación moral del ciudadano, donde cada uno de ellos debía tener ciertos elementos, según Bodet, el hombre debe comprender y estimar a todos los demás hombres, el cual debe corresponder leal, honrado, energético y laborioso; “exento de los complejos de inferioridad que tanto daño han causado a los mexicanos; enemigo, por definición, de toda mentira, lo mismo la que se exhibe teatralmente, bajo un ropaje de alardes declamatorios, que la que se disimula y se esconde en el egoísmo”(Bodet, pp.86) , un hombre que defienda a su país ante toda mentira, que la quiera sin la necesidad de engañarse a el mismo, aceptándola y queriéndola sobre todo los males, más que nada
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