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Epistemología de las ciencias Sociales


Enviado por   •  12 de Julio de 2015  •  12.145 Palabras (49 Páginas)  •  366 Visitas

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Epistemología de las ciencias Sociales

1er semestre

Carrera: Psicología

Profesor: Douglas Veliz Vergara.

Indice.

Titulo Página

El sabio y el Filósofo.…………………………………………………………………………………………. 2

Supuesto Filosófico de las Ciencias Sociales……………………………………………………….. 6

¿Qué es epistemología? Mi mirar epistemológico y el progreso de la Ciencia….......... 7

¿Qué es epistemología…………………………….………………………………………………………… 13

Conocimiento Científico y sentido Común………………………………………………………….. 18

¿Qué es la ciencia? / ¿Cual es el método de la ciencia?......................................................... 27

Historia de la Epistemología……………………………………………………………………………... 61

El Sabio y el Filósofo.

Gianinni, H (2005). Breve Historia de la Filosofía. Santiago, Chile. Catalonia.

Tal vez sea útil recordar de qué manera se llegó de antiquísimo ideal de sabiduría, anhelo permanente del género humano, a este otro ideal -más prudente, más moderno- de filosofía, que se acuña en Grecia allá por el siglo VI, en la secta de los pitagóricos, según se dice. Filosofía es lo que hace quien anhela la sabiduría; el que sin poseerla, aspira a ella. Esto quedó testimoniado incluso en la estructura del término griego (filos: amigo; sofia: sabiduría).

El punto clave va a ser, por tanto, comprender qué significa ‘ser sabio’ para los pueblos antiguos, incluyendo a los griegos. Hay un hecho cierto: la antigüedad -griega y no griega- no ligaba el saber del sabio a una conquista personal, ganada sólo en el estudio paciente de las cosas y de los textos; la sabiduría que hacia al sabio esencialmente diverso de los demás hombres provenía de una suerte de comunicación con las divinidades (o la divinidad). Es sabio, el que conoce la voluntad que gobierna el universo (arúspice), el intérprete o narrador de su acción (poeta) o el ejecutor de aquella voluntad en el mundo social (soberano).

En el Viejo Testamento, por ejemplo, la figura del sabio está maravillosamente representada por el rey Salomón. Como hijo de rey, Salomón fue educado en todas las ciencias de su tiempo, adiestrado en todas las artes y en todos los refinamientos de la Corte. Sin embargo, su proverbial sabiduría no consistirá en la acumulación de todos estos conocimientos y habilidades; su sabiduría va a estar ligada a un acto de obediencia y sometimiento. Sabio lo es sólo el ejecutor de la voluntad de Dios, ‘el guardador de sus preceptos y el seguidor de sus caminos’, ‘Jehová me poseía desde el principio’. Por eso Salomón es sabio, porque Dios le ha enseñado los caminos que conducen a Dios y por los que Dios se allega al mundo.

“La sabiduría consiste, en último término, en una relación entre dos voluntades: la Voluntad de Dios que es confidencia y don, y la voluntad humana, la del sabio, atenta a la palabra y a los signos de aquella otra Voluntad.”

Ahora bien, fuera de esta relación sobrenatural y quebradiza, el sabio pueda, como sucede a Salo-món, llegar incluso a despertar el saber culto acerca del mundo, o el saber técnico, ambos como ‘vanidad de vanidades’ y declarar que ‘allí donde se añade ciencia, se añade dolor’; exaltar la vida simple del amor, de la vianda y del vino e insistir, una y otra vez, en que toda sabiduría real está fundada en el temor de Dios. Esto es lo que un pensador contemporáneo ha llamado ‘saber de salvación’ en contraposición a los otros dos señalados.

Dentro de esta concepción, el saber del sabio tiene más que ver con el sabor (el sabor que va dejando la experiencia de una vida)que con el saber como mera acumulación de noticias. Pues, no es sabio el que sabe un poco de muchas cosas (‘el hombre bien informado’) ni mucho de pocas cosas (el especialista). Sabio es quien puede discernir qué es lo que vale la pena seguir en la vida (saber de salvación). Así, el autor de El Cantar de los Cantares, el rey que “propuso mil parábolas, que compuso 1.005 versos, que disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en la pared, y que habló de los animales, de las aves, de los peces y de los reptiles, el rey que construyó la Casa de Dios, que edificó ciudades, que administró justicia y que alegró la vida de su pueblo”… en fin, “el más sabio de los hombres”… cuenta su vida con la pesadumbre de quien ha probado el sabor amargo de todas las cosas.

“Yo, el predicador, fui rey de Israel… y di mi corazón a adquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del Cielo… Yo miré las obras que se hacen debajo del Sol, y he aquí que todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Lo torcido no se puede enderezar y lo falto no puede cortarse. Y di mi corazón a conocer sabiduría y también a entender las locuras y los desvaríos: conocí que aun eso era aflicción de espíritu. Porque en el mucho saber hay molestias y quien añade ciencia, añade dolor.”

En resumen, para el Sabio Antiguo:

a)El saber no es obra de una conquista personal, sino de una revela-ción. El saber proviene del oír tal revelación (oh: a causa de… audiere: oír).

b) La revelación proviene y depende de un Dios personal.

c)

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