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Etica Y Empresa

werita12330 de Mayo de 2013

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ETICA Y EMPRESA *

La ética tiene que ver con la priorización de valores morales a los que deben alinearse las conductas de los hombres.

TERESA BISORDI DE GUTIERREZ

PRESENTACIÓN

Cómo partícipes de la sociedad argentina - ante el cansancio moral que nos invade - la pregunta que cada vez con más frecuencia nos hacemos, es: ¿Será nuestro país – alguna vez y dentro de los límites de vida que nos queda – un lugar donde valga la pena vivir?

El individualismo y el egoísmo reinan en nuestra sociedad en decadencia, donde triunfa la inmoralidad, el negociado y el delito y en la que resulta notorio el debilitamiento de los valores fundamentales como la honestidad, la equidad y la justicia. La corrupción y el fraude están instalados en el ser humano y muchos de quienes se lamentan de ello, son frecuentemente actores de la delincuencia de “guante blanco” o los que cometen actos delictivos sin reconocerlo, como el fraude fiscal, la desobediencia a las normas de tránsito, etc. etc. etc. Haber perdido la dimensión de la ética nos ha condenado a convivir con la angustia y con la urgencia.

Por su parte, quienes se sienten marginados o excluidos y quienes ven que pueden enriquecerse rápidamente y sin sacrificios, amenazan las estructuras jerárquicas, conformando grupos organizados de piquetes y delincuentes con los que los gobiernos y los grandes hombres de negocios promueven alianzas, en un intento de garantizar la paz social. 1

Y sin embargo, jamás la invocación a la ética ha sido tan viva como ahora en que ella ha desertado de nuestras vidas; de allí la paradoja de su presencia – al mirar el estado actual de la sociedad - en un movimiento que tiende a ser profundo y duradero en la búsqueda de una nueva jerarquía de valores; tal vez se le esté dando con ello la razón a la historia, cuando cuenta que los renacimientos surgen siempre de los momentos más desesperados. 2

Quizás a partir de la ética se logre, de alguna manera, anticipar los sucesos futuros; si en lugar de una actitud tradicionalmente proferente, se asume una actitud prospectiva – una estrategia netamente combativa y no meramente pasiva de adecuación y resignación – se le negará determinismo a este escenario hipotético de sociedad decadente y se promoverá su modificación.

Y cuando hablamos de ética nos estamos refiriendo a una ética universal e intemporal; a una ética que trasciende el espacio, que no tiene fronteras, diferencias culturales ni raciales; a una ética ontóloga que es un tesoro común a toda la humanidad, que no envejece ni conoce de modas; a una ética que no descarta la existencia de éticas particulares, dispersas y sectoriales que, por cierto, para nada la contradicen.

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Colaboraron en la realización de este trabajo, las Cras. Sara Bender, Natalia Pinedo y Gladys Zelinka.

1 Pese haber perdido la confianza en nuestras instituciones, es necesario reconocer que el legislador no tiene la sola responsabilidad de este estado deplorable de cosas. El derecho busca lograr un equilibrio entre los intereses contradictorios, él está sobre una cuerda rígida y oscilante y que frecuentemente está obligado a adoptar por un partido, necesariamente imperfecto. Un ejemplo significativo se da entre el desear condenar al comerciante deshonesto y al mismo tiempo no agravar la suerte de los acreedores ni de dañar a los asalariados.

2 Sin bien existen autores que plantean diferencias entre moral y ética, preferimos aceptar ambos conceptos como dos enfoques de una misma cuestión reguladora del comportamiento humano. En ese sentido, hablar de ética resulta más neutro que hablar de moral, concepto por el que se podría, inconscientemente, derivar en moralismo.

LA ÉTICA Y LA EMPRESA

En este contexto, entendemos que la empresa es una factor fundamental de la convivencia social, no solamente desde su rol de animadora de la economía, de proveedora de recursos materiales destinados a satisfacer las necesidades de los hombres, sino también desde el de promotora de su autorrealización. Sus decisiones condicionan el presente y el porvenir de la sociedad política, por lo que resulte indispensable que las mismas se adopten en el marco de la ética y de la honestidad de las costumbres.

La empresa es una unidad económica, en la cual están agrupados y coordinados - alrededor de un proyecto a realizar en conjunto - los factores materiales y humanos de la actividad económica; en un espacio de libertad, de creatividad, de realización y de fraternidad, la empresa constituye el punto de encuentro de quienes aportan el capital, la materia gris y la capacidad de trabajo hacia una causa final: el cliente.

Como grupo social y como organismo vivo, desde la definición de la visión y la misión, de la estrategia competitiva, del plan de acción y de los mecanismos de control de gestión, la empresa está permanentemente comprometida con la calidad en la satisfacción de las necesidades por la que los clientes pagan y cumple un rol esencial en la definición y creación del sentido de pertenencia social de los individuos que la integran, cuya actitud global imprime su sello en su cultura.

La atracción por incorporarse a una corporación resulta de múltiples necesidades humanas tales como, aminorar el miedo a la muerte, canalizar la angustia que produce la soledad, obtener protección frente a las fuerzas naturales y sobrenaturales, frente a los enemigos o el caos y garantizar un cierto grado de seguridad para la sobrevivencia espiritual y material. A diferencia de los desterrados, los desarraigados o los vagabundos, los miembros de una corporación están siempre acompañados; ellos se constituyen en una gran familia con lazos de parentesco reales, en una hermandad o sustituto de familia, que les permite actuar como una fuerza unida para mantener la propiedad de su unidad político - territorial, para configurar una identidad propia que conserve las tradiciones culturales y para ayudarse mutuamente y defenderse de las amenazas externas.

El de pertenecer a un determinado grupo social del que puedan sentirse parte - a partir de sus escalas de valores observables en decisiones y hechos y de sus pautas de comportamiento - es uno de los instintos más fuertes del ser humano. De allí la importancia del estilo de dirección y la habilidad y aptitud de ésta, para comprometerse e involucrar a los gerentes, jefes, supervisores y personal en general, para que consideren los proyectos como propios, creando el sentido de pertenencia social y haciendo sentir que la calidad, la eficiencia y la producción son objetivos propios.

Todo ello tiene directa relación con la responsabilidad social que debe asumir la empresa que, conforme el nuevo concepto que de aquélla aporta Peter Drucker, le exige a ésta convertirse en “guardián de la conciencia de la sociedad y en factor esencial de solución de sus problemas”. Lo que no “se explica por un sentimiento de hostilidad a la empresa. Por lo contrario, el éxito del sistema empresario es el factor que conduce a expectativas nuevas... La exigencia de la responsabilidad es en medida considerable el precio del éxito”. 3

La falta de credibilidad de los gobiernos respecto de su capacidad de resolver los problemas sociales, ha incentivado esta exigencia, al buscar la gente un cambio de liderazgo hacia las empresas y si bien, como afirma Drucker “corremos el riesgo de que la responsabilidad social socave el desempeño económico y de rebote perjudique a toda la sociedad” 4, ello no implica que la empresa deba esquivar esa responsabilidad, sino que debe administrarla en el marco de la ética, creando – en la misma medida en que crea valor para los accionistas – valor para el mercado, para la supervivencia, para el fisco y fundamentalmente, valor ético traducido en principios de vida y cohesión social, principios que conformen la raíz constitutiva de su cultura organizacional y de su fuerza competitiva.

Cabría preguntarse entonces que está pasando en las empresas hoy; cuál es el factor determinante de la pobreza de muchos que perdura en medio de la riqueza de pocos. Será quizás que las empresas están priorizando la creación de valor para los accionistas?

3 Drucker, Peter F. La Gerencia – Tareas, Responsabilidades y Prácticas - pp 363 4 Idem – pp 374

En los últimos tiempos – en el marco de la globalización y de la concentración del poder económico - la renta financiera y sus propietarios - los inversionistas - han adquirido un papel relevante. “...la creación de valor para el accionista, el aumento del precio en bolsa de sus acciones, se ha convertido en un auténtico valor cultural para el establishment y un objetivo normativo que se defiende como socialmente imprescindible incluso desde el ángulo de los intereses del conjunto de la sociedad...” 5

“Este objetivo de creación de valor para los accionistas exige que la empresa proporcione permanentemente rentabilidades efectivas por encima de las expectativas... Como ello no es fácil de lograr, han de aplicarse estrategias empresariales y técnicas de gestión que afectan de manera negativa y violenta a los demás agentes económicos y, en general, a toda la sociedad. Cabe preguntarse si la actual pretensión del máximo valor para el accionista es compatible con una prosperidad económica sostenible... Todo esto es la otra cara, a veces poco resaltada, del mismo fenómeno que se ha denunciado en las relaciones económicas internacionales o en las nuevas políticas seguidas por los gobiernos nacionales. No es únicamente una muestra de la coherencia del sistema socioeconómico, es también una pista para entender que, en realidad, muchos líderes de opinión y casi todos los gobiernos, han sido los instrumentos

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