FILOSOFIA: Especies del conocimiento.

Conocer significa aprehender espiritualmente a un objeto, lo cual es un acto bastante complejo, exige un amplio y exhaustivo aprendizaje, ya que el individuo está acostumbrado a impresionarse por las formas exteriores que percibe por los sentidos sin embargo, lo que los sentidos hacen es solo brindarnos una lectura inmediata de aquel objeto que se pretende conocer, por ejemplo cuando una persona entra a un sitio muy iluminado y esta iluminación le impide usar el sentido de la vista, espiritualmente percibe que hay una fuente luminosa de donde proviene esa luz.

Cuando el hombre practica esta aprehensión empieza a expandir su conciencia cognoscente, esta ya no se limita solo a formas exteriores ni a meros efectos, sino que accede a las causas y luego al objetivo que hay detrás de todo ámbito material-sensorial.

La mayoría de las personas están acostumbradas a conocer de una forma discursiva, es decir progresivamente; mediante la contradicción, la discusión y la sustitución, hasta aprehender la realidad del objeto y por consiguiente llegar a obtener un conocimiento verdadero. Pero, ¿Será posible aprender de forma intuitiva?, en otras palabras ¿es posible conocer tan solo con ver, sin la necesidad de recurrir a una serie de grandes procesos?

Es importante centrar la atención en la intuición pues esta se ha convertido en el método fundamental de la filosofía moderna.

Intuir significa literalmente “ver” en latín, y es una forma de llegar al conocimiento opuesta al método discursivo.

Hay dos formas de intuición la sensible y la espiritual. La primera es aquella que se realiza quizá con tan solo una mirada cuando se percibe un objeto. Sin embargo esta no es una intuición que no puede ser aceptada como un medio seguro para conocer, esto por dos razones: primero porque los sentidos pueden ser fuente de engaño; y segundo porque el conocimiento que brinda la intuición sensible se refiere solo a un objeto singular, obteniendo un objeto singular, mientras que la filosofía parte de lo universal a lo particular. La intuición espiritual en cambio no tiene como objeto a un objeto sensible ni se realiza por medio de  los sentidos, sino que se hace por medio del espíritu (ser inmaterial y dotado de razón), este tipo de intuición hace uso del principio de contradicción (“una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo”) para llegar al conocimiento, por ejemplo cuando se dice que el color rojo es distinto del color azul, esta diferencia se percibe con los ojos del espíritu mediante una visión directa e inmediata, esta es la intuición utilizada por la filosofía.

Sin embargo a este tipo de intuición aún tiene que aplicársele una depuración, y es que la intuición espiritual puede ser dividida en formal y material.

La intuición formal tiene un campo bastante limitado, solo se limita a la percepción inmediata de la relación entre dos contenidos sensibles o intelectuales.

La intuición material, que es la que utilizan los filósofos no solo busca una aprehensión de relaciones sino que busca aprehender la esencia, existencia y consistencia de los objetos.

Hasta este punto se percibe que la intuición tiene que cumplir dos características para poder ser un medio para adquirir conocimiento: ser de carácter espiritual y “material”.

A pesar de esto, la intuición material puede ser de diversa índole dependiendo si se toma en cuenta la estructura psíquica del hombre o la estructura del objeto como se muestra a continuación:

La intuición como medio para obtener conocimiento no ha sido percibida de la misma forma por los filósofos, esto ha generado una gran variedad de opiniones.

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