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Filosofia


Enviado por   •  15 de Mayo de 2013  •  9.924 Palabras (40 Páginas)  •  312 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El empirismo es una doctrina filosófica que se desarrolló en los siglos XVII y XVII contraponiéndose al racionalismo, con el fin de concretar, el origen del conocimiento, realizando descripciones fenomenológicas del mismo, para encontrar los elementos que la constituyen. Tal fin intentan encontrar sus representantes: John Locke, quien pone como principio de todo conocimiento a la experiencia, además, que rechaza las ideas innatas y hace una comparación del espíritu como una tabula rasa, encontrando el origen del conocimiento en la sensación y la reflexión; George Berkeley, dice que el origen del conocimiento es la como vivencia de la realidad.

Es decir todas las ideas son concretas y provienen de los sentidos externos, de los sentidos internos y de la creación imaginativo fantasiosa; David Hume, señala como único fundamento de la ciencia y origen del conocimiento por medio de la experiencia, el hábito, la costumbre, la asociación de ideas, ya que la causalidad y la sustancia son meras ficciones; Francisco Bacon, realiza sus estudios utilizando el método inductivo en la observación desplazando el deductivo aristotélico, propone coleccionar y organizar los hechos que la experiencia nos brinda a fin de ascender a los axiomas y principios , por medio de la inducción.

En fin, el empirismo considera a la experiencia como única fuente válida del conocimiento en el contacto de los sentidos con las cosas. Son los sentidos los que, al ponerse en contacto con las cosas capturan las formas con que las cosa impresionan, formas que juzgándola por el lado del objeto, son las de su existencia, por el lado del sujeto, las impresiones son el material que es transmitido hasta los centros superiores donde se convierten no solo en percepciones, sino en ideas generales o conceptos.

A continuación se presenta una breve reseña de lo que es empirismo inglés; sus máximos representantes, la solución al problema del conocimiento, el psicologismo y el escepticismo metafísico.

QUE ES EL EMPIRISMO

El empirismo es una doctrina filosófica que se desarrolló en los siglos XVII y XVIII, esta considera a la experiencia como única fuente válida del conocimiento en el contacto de los sentidos con las cosas. Son los sentidos los que, al ponerse en contacto con las cosas capturan las formas con que las cosa impresionan, formas que juzgándola por el lado del objeto, son las de su existencia, por el lado del sujeto, las impresiones son el material que es transmitido hasta los centros superiores donde se convierten no solo en percepciones, sino en ideas generales o conceptos.

CARACTERÍSTICAS DEL EMPIRISMO INGLÉS

La necesidad de iniciar la filosofía por la teoría del conocimiento radica en la esencia misma del idealismo. La actitud prudente y cautelosa se revela en que, antes de dar un paso, se examinan las posibilidades de darlo, los peligros que se pueden correr, las maneras de evitar esos peligros. Y esto se puede concretar en los términos estrictos: De que una teoría del conocimiento debe preceder, en el idealismo, a toda posición con respecto al ser, al pensar y a la existencia. En virtud de lo cual pareció indispensable que antes de entrar nosotros plenamente en el desenvolvimiento de la filosofía moderna, que en su esencia es toda ella idealismo, era conveniente analizar fenomenológicamente eso que se llama conocimiento; describir ese conocimiento cuya teoría va a anteceder todo esfuerzo metafísico.

Nosotros realizamos esta descripción fenomenológica del conocimiento; encontramos los elementos que constituyen el conocimiento; la estructura de estos elementos, cómo se condicionan unos a otros y qué función desempeñan en la complejidad del conocimiento, y terminamos observando que dada la estructura del conocimiento, este fenómeno del conocimiento, está en contacto íntimo con tres esferas esenciales de la filosofía: Con la psicología por una parte, puesto que en el conocimiento hay vivencias; con la lógica de otra parte, puesto que en el conocimiento hay vivencias de enunciación, en donde se enuncian tesis, proposiciones, afirmaciones o negaciones; en el tercer lugar con la ontología, porque en el conocimiento, las vivencias de enunciación recaen sobre un objeto, son vivencias de enunciación de algo acerca de algo.

EL EMPIRISMO INGLÉS

a) John Locke: La Experiencia como Base de Nuestras Ideas:

Y decíamos, al terminar, que en la filosofía moderna el desenvolvimiento del idealismo oscila entre esos tres elementos colindantes del conocimiento, Unas veces prepondera en la reflexión filosófica el punto de vista psicológico e invade la sensación y la reflexión. Locke entiende por sensación el elemento psicológico mínimo, la modificación mínima da la mente, del alma, cuando algo por medio de los sentidos, la excita, le produce una modificación; y entiende por reflexión el apercibirse el alma de lo que en ella misma acontece.

De modo que la palabra reflexión no tiene en Locke el sentido habitual, sino que tiene un sentido equivalente al de experiencia interna; mientras que la palabra sensación vendría a significar la experiencia externa. Para este autor el alma es un papel en blanco que será llenado y escrito por la experiencia. Todo el esfuerzo de sutileza y de análisis de Locke va encaminando a mostrar que las ideas o son simples y tienen su origen en un sentido o en dos sentidos, o en la combinación de un sentido con la reflexión o son compuestas, es decir, están formadas de amasijos de ideas simples.

Así, por ejemplo, la idea de extensión es simple, pero está formada por impresiones que proceden del sentido de la vista, del sentido del tacto y del sentido muscular. Pero la idea de subsistencia es compuesta, está formada por otras ideas que se conglomeran, que se unen. Esa unión de otras ideas, esa síntesis de otras ideas, es lo que constituyen para Locke la idea de substancia, que él define como una palabra muy típica; como lo que está por debajo de las diversas cualidades, de las diversas sensaciones, de las diversas impresiones que nos producen.

Ese, "no sé qué", era desde luego plantear, para otros que vinieron después, el problema de la sustancia. Porque Locke no duda ni un instante, no pone en cuestión la metafísica de Descartes. Por consiguiente, para Locke las ideas simples, que nos vienen de la sensación y de la reflexión, o de una combinación entre sensación y reflexión, son ideas a las cuales corresponde una realidad, una realidad que existe en sí misma y por sí misma, como la substancia extensa de Descartes.

Del mismo modo, la intuición de nosotros mismos es para Locke el camino que nos conduce en presencia de una sustancia real, que existe en sí misma y por sí misma, que somos nosotros mismos. Por consiguiente, la metafísica cartesiana es la que está por debajo de toda la teoría del conocimiento de Locke. Lo único que ha hecho Locke es analizar el conocimiento, desmenuzarlo, llegar a sus últimos elementos, que son las ideas, y mostrar como las ideas complejas se derivan por composición, por generalización y abstracción de las simples, y como las ideas simples son los elementos últimos que reproducen la misma realidad.

Sin duda, en la reproducción de la realidad misma, no todos los elementos psicológicos tienen igual valor ontológico. Así Locke distingue en las percepciones que tenemos de las cosas, de las sustancias, las cualidades que él llama secundarias y las cualidades que él llama primarias. Las cualidades secundarias son el color, el sabor, el olor, la temperatura. Esas cualidades, evidentemente, no están en las cosas mismas, no producen realidades en sí y por si, sino que son modificaciones totalmente subjetivas del espíritu. Pero en cambio las otras cualidades que él llama primarias, que son la extensión, la forma, el movimiento, la impenetrabilidad de los cuerpos, son propiedades que pertenecen a los cuerpos mismos, a la materia misma. No son, pues, puramente subjetivas, como las cualidades secundarias.

Como se puede ver, este trabajo de Locke es un ensayo muy esforzado por introducir claridad psicológica en el amasijo del conocimiento. Nuestro conocimiento es un conjunto enorme de ideas, de pensamientos. Locke llega a ese conjunto, empieza a analizar, a dividir, va tomando esas ideas, mirándolas una por una, las que son complejas como los modos, las substancias, las relaciones, las descomponen en ideas simples, y a cada una de las idea simple les asigna un origen empírico, bien en la experiencia interna, que es el darse cuenta de la conciencia de sí misma.

B) George Berckeley: Las Ideas: Vivencias del Yo:

Después de Locke el problema cae íntegramente en las manos del gran filósofo ingles Berkeley. El introduce en el pensamiento filosófico de Locke una modificación de importancia capital, la introduce empujando, con entera consecuencia, a otros resultados más profundos, el método de análisis psicológicos. El psicologismo de Locke , es todavía relativamente tímido, porque está limitado y contenido por la metafísica cartesiana que le sirve siempre de base, es empujado por el obispo Berkeley a extremo que rompen ya por completo los moldes de la metafísica cartesiana. El psicologismo de Locke había respetado la sustancia de Descartes en su forma de sustancia pensante, sustancia extensa y Dios.

En cambio el obispo Berkeley ataca directamente ese concepto de sustancia extensa, de materia. La distinción hecha por Locke entre cualidades secundarias y cualidades primarias lo lleva a negar objetividad a las cualidades secundarias, pero a seguir concediendo plena existencia en sí y por sí a los cuerpos materiales, como sustancia extensa. Pues bien: el obispe Berkeley no comprende (y tiene razón) como y porque privilegia Locke estas cualidades primarias y al carácter de puras vivencias del yo les añade además el de ser reproducciones fieles de una realidad existente en sí y por si, fuera de yo. No lo comprende el obispo Berkeley ni lo comprendo yo.

No tiene fundamentos, porque si el sabor y el color son vivencias no tienen otra realidad que la de ser vivencia, mis vivencia, del mimo modo la extensión, la forma, el número, el movimiento, son también vivencias, exactamente lo mismo, iguales vivencias, y como tales vivencias no hay en ellas ninguna nota que nos permita trascender, de ellas como vivencias para afirmar la existencia metafísica en sí y por sí de las cualidades que ellas mentían. Consecuente con el psicologismo, el obispo Berkeley descubre en todas las llamadas ideas el mismo carácter vivencial, y como todos ellas son vivencias, ninguna de ella me puede sacar de mí mismo y trasladarme a una región de existencias metafísicas en sí y por sí.

El obispo Berkeley con una audacia extraordinaria plantea el problema ontológico y metafísico, ¿qué es ser?, ¿qué es existir?, y el análisis psicológico que le permite dar a ese problema metafísico más que una respuesta psicológica. ¿Qué llamo yo ser? Ser llamo yo, a ser blanco, a ser negro, ser extenso, ser verde, ser redondo, ser tres, ser cinco, a todo eso llamo ser. Por consiguiente, ser, "es ser percibido", ser, es ser percibido como tal blanco, como tal tres, como tal forma. La percepción, como vivencia, es lo único que constituye el ser; no me es dado en ninguna parte un ser que no sea percibido por mí. Imaginen ustedes, dice, una realidad que no sea percibida por mí, ni pueda serlo, ni esté conmigo , en suma , en ninguna relación vivencial, de esa realidad no tengo yo la menor noción, no conozco de ella nada, ni siquiera la hay, no sí ni siquiera si la hay; porque si conociera que la hay, estaría con ella en una relación vivencial mínima, que es la de haberla percibido, y de haberla para mí, porque si para mí no la hay, ni siquiera hablar de ella puedo. De modo que ser no significa otra cosa que "ser percibido". En nuestra terminología (la que nosotros estamos usando aquí) diremos que para el obispo Berkeley el ser de las cosas es la vivencia que de ella tenemos.

Berkeley llega al idealismo subjetivo más extremo, porque el problema fundamental de: ¿quién existe? Es contestado por el obispo Berkeley diciendo: Existo yo con mis vivencias, pero allende mis vivencias no existe nada. El lleva su posición psicologísta hasta ese extremo, se llama él a si mismo inmaterialista: no quiere llamarse idealista porque tiene la coquetería de afirmar que su punto de vista es el de todo el mundo, aunque es realmente el más difícil el más abstruso, el más antinatural de los puntos de vista, si bien afirma que es el punto de vista de todo el mundo. Si se le pregunta a un aldeano ¿qué tiene delante?, le contesta: una carreta tirada por bueyes. Él quiere decir, naturalmente, que ve, que toca, que oye, lo que se ve lo que se toca, lo que se oye, algo que exista sin poder, sin ser visto, oído, tocado, no existe para la mente humana natural y espontáneamente.

Existe aquí un juego de palabras, porque la mente humana espontánea y naturalmente es realista, es decir, pone primero la existencia en sí y por sí de las cosas y luego su percepción por nosotros. Pero el obispo Berkeley afirma que la tesis natural es la suya, porque ser, para cualquiera, es precisamente primero ser tocado con las manos, visto con los ojos y oído con los oídos. Da un paso enorme, comparado con la actitud de Locke, este paso enorme ha consistido en seguir con el psicologismo hasta deshacer la noción de sustancia material y quedarnos con la de pura vivencia o pura percepción, pero para Berkeley no queda ningún residuo sustancial. El obispo Berkeley niega la existencia de la sustancia material, pero en cambio afirma la existencia de la sustancia espiritual. El yo me es conocido por una intuición directa.

El "cogito" cartesiano sigue actuando perfectamente en la filosofía de obispo Berkeley: yo soy una cosa que piensa, una "res cogitans" , un espíritu que tiene vivencia. A las vivencias no les corresponde nada fuera de ellas, pero esas vivencias son mis vivencias y yo soy una sustancia que las tengo, pero como esas vivencias revelan además una regularidad en su paso por mi mente, se suceden escalonadamente, se engarzan las unas con las otras, se escalonan, se explican un poco las unas con las otras, constituyen todo un conjunto de vivencias armónico. De eso lo que llamamos el mundo, debo suponer y supongo (otros fundamentos del conocer y de las ideas). Supone: Ahora la existencia del espíritu que sea el que pone en mí todas esas vivencias. Esas vivencias no se ponen en mi ellas solas, las pone en mi Dios, que es puro espíritu como yo. Y entonces podría pensar con razón que la filosofía del obispo Berkeley es la que realiza con plenitud máxima la palabra del evangelio: "nosotros vivimos, nos movemos, y estamos en Dios".

b) David Hume: Cómo Garantizar las Ideas:

No creo que pueda haber ni exista lectura más entretenida que la de los libros de Hume, desde el punto de vista estrictamente psicológico. La maestría con que Hume toma un concepto, una idea cualquiera y la diseca, la analiza, la separan en sus parte, transcribe cada parte a un origen psicológico diferente y deshace de una en una hasta reducirla a nada, es algo admirable, es algo simplemente estupendo. Es un método de análisis psicológico aplicado a la experiencia la de los conocimientos. Toda la filosofía de Hume se puede definir por su método. El método es sencillísimo: consiste en rectificar, precisar primeramente la terminología psicológica de sus antecesores, llega Hume a plantear con mayor naturalidad el problema de todo análisis psicológico.

Hume llama "impresiones" a los fenómenos psíquicos actuales, a la vivencias de presentación actuales: yo ahora tengo la impresión de verde y la llama idea, restringiendo ahora un poco el sentido de esta palabra, a los fenómenos psíquicos reproducidos, a las representaciones: lo que tenía la impresión de verde, ahora ya no tengo la impresión de verde; pero pienso en ella, la recuerdo o la imagino, y entonces tengo la idea de verde. De modo que tenemos impresiones; pero tenemos muchas más ideas que impresiones. Las impresiones que en un momento determinado tenemos, son relativamente pocas comparadas con el montón de ideas que tenemos, puesto que cada impresión que en nuestra vida hemos recibido, la huella que ha quedado y que el reproduce merced a la memoria o a la imaginación o a la asociación de ideas, constituye un caudal de ideas mucho más numeroso que el de impresiones, puesto que la impresión tiene que ser actual. Cuando es rememorada no es impresión si no idea.

Pues bien: de aquí se deduce el método de Hume, las impresiones son lo dado; no plantean problemas psicológicos ni problemas metafísicos ninguno. Las impresiones constituyen lo que ha sido dado, lo que está ahí; la última realidad es la impresión, Pero las ideas plantean un problema, que es a saber: ¿de qué impresiones proceden? Si una idea es simple, por ejemplo, el recuerdo del verde, ese recuerdo del verde tiene el origen clarísimo de haber recibido el yo antes la auténtica impresión de verde.

Pero si la idea es compleja, como la idea de existencia, la idea de substancia, la idea de causa, la idea del yo; si es idea complicada, ¿cuáles son las impresiones de que procede? Tomar esas ideas, analizarlas en búsqueda de la impresión de donde proceden, será el procedimiento que llevará a cabo Hume. ¿Cómo sé qué encuentra la impresión correspondiente? Cuando esto ocurre la idea tiene ya su pasaporte legítimo; es una idea que se puede usar con toda tranquilidad, porque tiene realidad, puesto que procede de una impresión sensible recibida por mí; es la reproducción de una impresión sensible. Pero supongamos que por mucho que se busque, no se le encuentre, a una idea, la impresión correspondiente, es entonces, una idea que no justifica; es una ficción imaginativa, quizá necesaria, fundada quizá en la ley psicológica de asociación de ideas; pero sería completamente injustificado pretender que a ellas les corresponda realidad ninguna. Porque dice Hume, que la realidad es impresión. Una idea a la cual no se encuentre la impresión de donde es oriunda, es idea que carece por completo de realidad.

Hume toma nociones complicadas y las analiza; una es el análisis de la idea de sustancia. La idea de sustancia es una idea; ¿Cuál es la impresión que le corresponde? Veamos; que se presente esa impresión; que la idea de sustancia nos diga cuál es su carta de legitimidad. Nosotros miramos la idea de sustancia y nos encontramos con que ella designa lo que llama Locke el "no sé qué", que está por debajo de las cualidades y de los caracteres. De modo que si yo digo la substancia de esa lámpara no quiero decir que designe con la palabra substancia su color verde, porque la lámpara es algo más que el color verde; no quiero decir tampoco que designo este brazo porque la lámpara es algo más que un brazo: es el color además del brazo. Si designo el color verde, deja de designar el brazo, si designa el brazo deja de designar el color verde.

Hume hace una descomposición como quien abre una naranja en cascos y muestra perfectamente que la idea de substancia no está originada por ninguna de las impresiones que actualmente yo recibo. No es tampoco la suma de ellas; porque por substancia no entendemos la suma de esas impresiones sino un quid, o como dice Locke, un "no sé qué " que sirve de soporte a todas esas impresiones, pero que no es ninguna de ellas. Es decir, que la idea de substancia no tiene impresión de donde pueda ser derivada y que la fundamente; y como no tiene impresión que la fundamente, es una idea fundada por nosotros, es una idea ficticia, como diría Dercastes, es una idea de nuestra imaginación.

Pasemos ahora a la idea de existencia misma, a la mismísima idea de existencia. Cuando decimos que algo existe, nosotros podemos encontrarla impresión correspondiente al "algo" del cual decimos que existe. Pero cuando añadimos que existe, ese existir de algo esa existencia es algo que no encontramos en impresión ninguna. Si yo digo que este vaso de agua existe, y analizo lo que quiere decir, me encuentro con una multitud de impresiones, que son la del vaso de agua. Pero ¿dónde está la impresión de que existe, la impresión de la existencia? No es tampoco la suma de todas las impresiones ni una impresión en particular.

Luego la existencia de vaso de agua es algo a lo cual no corresponde ninguna impresión. Es otra idea hecha por nosotros, forjada por nosotros, por nuestra imaginación. Pero hay más todavía: Locke después de Descartes y seguido por el obispo Berkeley, no duda un instante de la existencia de la substancia "yo". Pero examinaremos que quiere decir el yo. Descartes, al decir que el yo es una intuición que yo tengo de mí mismo, comete un error psicológico garrafal. Yo tengo intuición de verde, de azul; tengo intuición del miedo que siento, tengo intuición de la vivencia que estoy teniendo, de la vivencia de azul, de la vivencia de coraje, de la vivencia del esfuerzo que estoy haciendo para hablar.

Pero ¿dónde está la vivencia que no sea vivencia de algo sino vivencia del yo? Me miro a mi mismo por dentro y encuentro una serie de vivencias, pero ninguna de ellas es el yo; muchas vivencias que se suceden repetidamente unas tras otras pero ninguna de ellas es el yo. Cada una de ellas tiene referencia al yo; digo: es "mi" vivencia; pero voy a ver en esa vivencia lo que la vivencia tiene de mí y no encuentro nada. Encuentro verde, azul, esfuerzo; pero no me encuentro a mí mismo dentro de esa vivencia por mucho que analice y que deshaga. Entonces tengo que concluir que a la idea "yo" no le corresponde ninguna impresión; no procede de ninguna impresión; es otra idea ficticia; es otra idea hecha por nosotros.

Nosotros tomamos nuestras vivencias, las hacemos un haz, y decimos: esto es el yo; pero si miramos lo que hay en el haz, veremos que hay muchas vivencias, pero ninguna de esas vivencias es el yo, sino que el yo lo hemos añadido caprichosamente nosotros. La substancia pensante de Descartes, el yo de Descartes, que había sido todavía respetado por Locke y por Berkeley, se desvanece. Ya no hay yo; ya no existe el yo.

El más célebre de los análisis de Hume es de la causalidad. Cuando decimos que la causa produce el efecto, ¿qué impresión corresponde a ese producir el efecto la causa? no corresponde ninguna impresión. Si yo analizo la relación de causalidad, me encuentro con que algo "A" existe; de él tengo la impresión; luego tengo la impresión de algo "B" existe pero, no tengo nunca la impresión de que de "A" salga ninguna cosa para producir "B". Yo veo que hace calor, tengo la impresión de calor, luego mido el cuerpo y lo encuentro dilatado, pero que del calor salga una especie de cosa mística que produzca la dilatación de los cuerpos, eso es lo que no veo de ninguna manera. Por mucho que mire, no encuentro que corresponde a la productividad de la cosa ninguna impresión. Luego esto de causalidad es otra ficción, el yo, como la existencia, como la substancia. Son las Haces, asociaciones de ideas. La frase "asociación de ideas" ha sido inventada por Hume.

El concepto de asociación de ideas procede de Aristóteles, pero la frase "asociación de ideas" ha sido inventada por Hume, tanto que ha pasado al lenguaje filosófico y psicológico con la palabra "idea", en el sentido de Hume. En pleno siglo XX, nos sorprenden los escritores filosóficos hablando de le asociación de ideas, en la cual toman la palabra idea en el sentido de Hume. Deberían decir asociación de representaciones, o de memorias, o de imágenes, sean lo que fuere, según la terminología. Pero la toman en el sentido de Hume. Y bien: Estos haces, estas ideas ficticias que son: subsistencia, substancia, existencia, el yo, la causalidad, no son caprichosas. Están hechas en virtud de una regularidad, principalmente en virtud de la asociación de ideas; asociación por semejanza: suelen acoplarse y unirse dos ideas cuando son parecidas, semejantes; asociación por contigüidad: suelen acoplarse en nuestra memoria y unirse ideas que están juntas, una al lado de otra; impresiones que se repiten muchas veces unidas, al convertirse luego en ideas, cuando pienso en alguna de ellas inevitablemente me surge la idea de la otra por sucesión. Y la causalidad no es más que un caso particular de esta asociación de ideas.

La conclusión que de aquí se saca es clara y terminante. Hume es un hombre de una absoluta coherencia en su pensamiento. Primera conclusión que sacamos: la metafísica es imposible. Ya se ve que ha sido útil esta teoría del conocimiento previa; porque ya justamente la teoría del conocimiento llegamos a ver que la noción de substancia externa, que la noción de la substancia interna, son dos nociones a las cuales no corresponde impresión ninguna, o sea que son ficticias. Por consiguiente es un problema que no tiene sentido plantear si existen substancias, o no existen. No tiene sentido plantearlo y menos hay posibilidad de resolverlo.

A la pregunta metafísica de ¿quién existe? Contestaba Descartes: Existo yo, la extensión y Dios; contestaba Locke lo mismo que Descartes; contestaba Berkeley: existo yo y Dios, pero no la extensión; y Hume contesta muy sencillamente: no existo ni yo, ni la extensión, ni Dios, lo único que hay son vivencias. Mis vivencias, caprichosamente unidas, sintetizadas por mí, las llamo "yo"; Pero que a esa palabra yo, a esa idea yo, corresponda una realidad en sí y por sí que sea el yo, el alma, eso no se puede averiguar, ni tiene sentido preguntarlo. Del mismo modo, mis vivencias aluden a realidades fuera de mí. Pero yo no encuentro en ninguna parte substancias ni cuerpos, sino solo vivencias. Por consiguiente lo único que puedo tener es vivencia, "belief" (creer) en el mundo exterior. Yo creo que el mundo exterior existe; creo que este vaso existe; que si bebo el agua que contiene voy a refrescar la boca; creo que esta lámpara existe; pero lo creo porque estoy acostumbrado a creerlo así por el hábito, por la asociación de ideas. Pero la existencia metafísica en sí y por sí de un mundo exterior allende mis vivencias, eso no está dado es lo único que yo puedo barajar, lo único que me es dado: Son las impresiones.

El empirismo ingles de Hume en un positivismo, en una negación de los problemas metafísicos. Hume, claro está no llega a poner en entre dicho la ciencia pero le pone un basamento, un fundamento caprichoso: el fundamento de la ciencia es la costumbre, el hábito, la asociación de ideas, fenómenos naturales, psicológicos, que provocan en mí la creencia en la realidad del mundo exterior. Yo estoy convencido de que mañana sale el sol, pero es nada más porque estoy acostumbrado a verlo salir todos los días.

Una razón, no la hay. Y a la causa sigue el efecto, está bien, porque yo estoy acostumbrado constantemente a ver que el efecto "B" sobreviene siempre que se produce la causa "A"; pero no existe otra razón que haga de la relación causal, una relación apodíctica.

DESCRIPCIÓN DE CADA UNO DE LOS AUTORES DEL EMPIRISMO

JOHN LOCKE

Biografía:

John Locke nació en Wrington, condado de Somerset, Inglaterra, en 1632, hijo de un jurista de ideas puritanas. Estudió en Oxford ciencias naturales, medicina y teoría del Estado. Lord Shaftebury lo tomó bajo su protección como preceptor, consejero y médico de la familia, y Locke participó en la vida política de su país, ocupando diversos cargos de responsabilidad, que se vieron interrumpidos por sus estancias en Francia (1675-1679) y Holanda (1683-1688). Con el ascenso de Guillermo de Orange al trono de Inglaterra el año 1689, Locke regresó a su país y durante once años ocupó un puesto oficial como responsable de comercio y agricultura. En 1700 se retiró de la vida política y murió cuatro años más tarde, en la casa de campo de un noble amigo suyo.

Su interés por la filosofía se despertó leyendo a Descartes, aunque su pensamiento se aparta del racionalismo cartesiano para dar lugar a una nueva corriente filosófica, el empirismo, según la cual todas las ideas del entendimiento provienen del conocimiento sensible. De las sensaciones, llamadas por Locke "ideas simples", proceden las demás ideas ("complejas") por un proceso de asociación y combinación. En cuanto a las ideas políticas, Locke se adelanta en cierta medida a Montesquieu al defender la separación de los poderes legislativo y judicial y la supremacía del primero. Su convencida defensa de la tolerancia y su confianza en los derechos naturales de los hombres libres influyeron de forma decisiva en el posterior desarrollo de las democracias occidentales.

La obra principal de Locke es el Ensayo sobre el entendimiento humano, publicada como esbozo en 1670 y en su versión completa veinte años más tarde. El objetivo de este libro, como dice el mismo Locke en el capítulo introductorio, es investigar el origen, la certeza y el alcance del conocimiento humano. Este programa lo lleva a cabo en los cuatro libros de que consta la obra. En el primero de ellos, Locke refuta la teoría innatista sobre el origen de las ideas; en el segundo (al que pertenece el primer texto de lectura comentario) se estudian las distintas clases de ideas y su origen; el tercer libro trata del lenguaje y el cuarto, de la distinción entre conocimiento y opinión.

Su Pensamiento y Crítica de las Ideas Innatas:

Locke sostiene una concepción cartesiana de las ideas. Para él las ideas son una copia o representación de algo en la mente, e identifica el significado de las ideas con la imagen mental que representa al objeto de referencia. Locke plantea el problema de las ideas como psicológico, identifica como ideas tanto los conceptos mentales como las vivencias psicológicas y los datos sensibles en cuanto conocidos. Locke trata de investigar cómo entran las ideas en la mente, pues él pensaba que todas las ideas, todos los principios, tanto teóricos como prácticos se aprenden.

Teoría sobre las Ideas:

Todas las ideas proceden de la experiencia, puesto que no son innatas. La sensación es el origen de las ideas que proceden de la experiencia externa y la reflexión lo es de las que proceden de la experiencia interna. Locke clasifica las ideas en:

 Simples: las recibe la mente pasivamente y pueden ser:

-Ideas de sensación: proceden de un sólo sentido.

-Ideas de reflexión: que son las percepciones (actos con punto de partida en una idea anteriormente recibida) y voliciones (actos de proponerse la realización de una idea).

 Ideas que provienen a la vez de la sensación y de la reflexión:

-Compuestas: son fruto de un trabajo mental de combinar ideas modales, comparar ideas de relaciones y separar (abstraer) ideas generales y de sustancias.

Locke distingue entre "cualidades" e "ideas", lo que da lugar a la distinción entre cualidades primarias y secundarias. Según el autor, los cuerpos producen sobre nuestros sentidos un "impulso", el poder o potencia de producir el impulso se llama "cualidad" y el resultado en nuestros sentidos se llama "idea". Tenemos que distinguir entre: Cualidades primarias: Son inseparables totalmente de un cuerpo y de sus partes. Cualidades secundarias: no son nada en los objetos mismos, sino potencias para producir en nosotros diversas sensaciones por medio de sus cualidades primarias.

El Criterio de Verdad:

El criterio de verdad para las ideas complejas es que sean verdaderas las ideas simples que las componen, mientras para las ideas simples es el de la correspondencia, que existan las relaciones simples correspondientes. Existen tres grados de conocimiento de lo existente real:

-El conocimiento intuitivo: la intuición del propio "yo".

-El conocimiento demostrativo: la existencia de Dios y las verdades matemáticas.

-El conocimiento sensitivo: las cualidades de los cuerpos.

Hay tres clases de ideas complejas:

Los modos, se refieren a las formas de ser, estar o actuar las sustancias. Hay modos simples y mixtos. La idea de modo se obtiene por el proceso de combinación de varias ideas de las cosas para formar otra idea que ya no corresponde a algo en las cosas sino a un modo de pensarlas o de existir. Las sustancias, representan cosas particulares que subsisten por sí mismas. Hay dos clases de sustancias: las singulares y las colectivas. La idea de sustancia se obtiene por el proceso de abstracción o separación. Las relaciones, consideración y comparación de una idea con otra. Se obtiene por el proceso de comparación.

Las Ideas Modales:

La idea de espacio es un modo de las cosas, es la distancia entre dos cuerpos. La relación que tienen entre sí las partes de la extensión se llama forma; la relación de distancia entre una cosa y dos o más puntos se llaman lugar. Locke considera que cuerpo y extensión no son lo mismo: Cuerpo: es una idea de sustancia. Extensión: es la idea de un modo que afecta a las sustancias.

Idea de Sustancia:

Locke dice que se trata de algo que hace de soporte de las cualidades primarias y de causa de las secundarias. La idea de sustancia material, cuerpo extenso, es la idea de un supuesto soporte de una colección de cualidades sensibles. La idea de alma es la idea de un supuesto soporte de una colección de operaciones mentales. Dios es la idea de un supuesto espíritu inmaterial, una sustancia que piensa y tiene el poder de provocar el movimiento en el cuerpo mediante la voluntad o el pensamiento.

Las Obras de Locke

 "Ensayo sobre el Entendimiento Humano".

 "Carta sobre la Tolerancia".

 Tratados sobre el Gobierno.

 Pensamientos sobre la Educación.

 "La Racionalidad del Cristianismo"

GEORGE BERKELEY

Biografía:

Berkeley, George (1685-1753), filósofo y clérigo irlandés, considerado el fundador de la moderna escuela del idealismo. Berkeley mantenía que no se puede concebir que la materia exista con independencia de la mente; los fenómenos de los sentidos sólo pueden explicarse suponiendo que hay un Dios que provoca de forma continua la percepción en la mente humana. Nacido en County Kilkenny, Irlanda, el 12 de marzo de 1685, estudió en el Trinity College de Dublín, de cuyo cuerpo docente llegó a ser miembro en 1707. En 1710 publicó "Los principios del conocimiento humano". Al no convencer a la gente de su teoría, publicó una versión más popular, "Los tres diálogos entre Hylas y Philonus", en 1713.

Sus exposiciones de su filosofía fueron consideradas como descabelladas por sus contemporáneos. Mientras tanto, había sido ordenado diácono de la Iglesia anglicana de Irlanda y fue un destacado pastor protestante. En 1728 viajó a Estados Unidos con intención de crear una escuela misionera en Las Bermudas. Aunque abandonó su proyecto en 1732, tuvo mucha incidencia en la educación superior de este país, ayudando al desarrollo de las Universidades de Yale y Columbia y otras numerosas escuelas. En 1734 fue nombrado obispo de Cloyne, donde permaneció hasta su retiro. Murió el 14 de enero de 1753 en Oxford.

Berkeley desarrolló su teoría filosófica como una respuesta al escepticismo y el ateísmo. Afirmaba que el escepticismo surge cuando la experiencia o las sensaciones se encuentran desligadas de los objetos, no dejando ningún camino posible para saber de ellos excepto a través de las ideas. Para poner fin a esta disociación, una persona tiene que reconocer que el "ser" de las cosas sensibles consiste sólo en que son percibidas. Todo lo que es percibido es real, por eso las únicas cosas cuya existencia se puede conocer son aquellas que se pueden percibir. Berkeley insistió, no obstante, en que las cosas sí tienen una existencia fuera de la mente humana y sus percepciones, pues las personas no pueden controlar las ideas que tienen. En consecuencia, debe haber una mente en la que existan todas las ideas, un omnipresente espíritu infinito, a saber, Dios, que lo percibe todo.

El sistema filosófico de Berkeley eliminaba cualquier posibilidad de conocimiento de un mundo externo material. A pesar de que su sistema tuvo pocos seguidores, sus críticas a los razonamientos sobre un mundo separado externo y al concepto de la materia fueron poderosas y han influido en los filósofos posteriores.

Su Pensamiento:

Su argumentación tiene dos presupuestos acríticos:

-Teoría de la causalidad: es materialista, pues dice que todo lo que sucede tiene que tener una causa adecuada que lo preceda y que sea del mismo tipo del efecto.

-Teoría del lenguaje: interpreta el referente como si fuera el significado de las palabras, no distingue entre el significado y el referente. Para esta teoría el significado de las palabras son las cosas significadas. No reconoce más realidad que a la de los significados y niega la existencia de otros referentes que no sean las ideas en la mente.

Berkeley niega la existencia de las hipótesis matemáticas, la idea de causa nos es desconocida y la idea de sensación no es más que el efecto supuesto de una causa que desconocemos. Todas las ideas son concretas y singulares. No existen ideas abstractas, porque, basándose en su concepción de causalidad, no existen cosas abstractas de las que las ideas puedan tener representación. Lo único que tenemos son los signos del lenguaje, meros nombre (nominalismo) y las ideas particulares y bien determinadas en nuestra mente.

Como lo que se percibe se reduce a ideas en la mente ellas son la única realidad, incluso en el caso de la sustancia. No hay pues sustancias materiales, que serían algo afirmado pero no percibido. Pero tiene que haber sustancias pensantes, sustancias espirituales, las almas y Dios. El alma es el sujeto que piensa las ideas y como las ideas no nos vienen de las cosas, que no existen, pues sólo existen las ideas de las cosas como contenido de mi pensamiento, tiene que haber un espíritu divino que nos envíe las ideas. Las ideas son mensajes de alguien. Los sujetos y los objetos de tales mensajes son los espíritus. Toda la realidad es espiritual. No existe una materia eterna, el único fundamento metafísico de nuestras percepciones reales es Dios.

Las Obras de Berckeley:

 Ensayo de una nueva teoría de la Visión.

 Tratado sobre los Principios del Conocimiento.

 Tresialogos entre Hilas y Filonus.

DAVID HUME

Biografía:

David Hume nació en el seno de una familia en Edimburgo acomodada el año 1711 y murió en esta misma ciudad en 1766. Edimburgo, París y Londres. En vez de seguir el estudio de las leyes, a lo que le orientaba la tradición familiar, quiso probar fortuna en el comercio, pero sin mucho éxito, lo cual le llevó a abandonarlo pronto. Tras un período de intensa dedicación a la lectura, en 1726, durante una estancia de varios años en Francia, escribió su obra más importante, el Tratado sobre la naturaleza humana, que no sería publicado hasta el año 1740 en Londres.

Esta obra no tuvo el reconocimiento que esperaba. Hume tuvo que atraerse la atención del público por medio de una serie de ensayos menores, antes de encontrar alguna consideración. Posteriormente, decidió reelaborar los temas y problemas del Tratado y así, en 1748 publicó la Investigación sobre el conocimiento humano (que refunde la primera parte de su primera obra), y en 1751 sacó a la luz la Investigación sobre los principios de la moral (en la que se vuelven a tratar los temas del libro tercero del Tratado).

Tras aspirar por dos veces, de forma infructuosa, a un cargo académico, aceptó un puesto como bibliotecario en Edimburgo, donde escribió una Historia de Inglaterra que le haría rico y famoso. Más tarde, como secretario de legación, vivió en París varios años, y allí entró en contacto con varios pensadores franceses, como Rousseau. Ocupó luego un alto cargo en el gobierno inglés, en Londres, pero pronto se cansó de la vida pública y se retiró a Edimburgo, donde pasó los últimos años de su vida, hasta su muerte, ocurrida en 1776, rodeado de sus amigos y seguidores.

Hume llevó el empirismo de Locke hasta sus últimas consecuencias. Según Hume, el conocimiento humano se compone de impresiones sensibles y de ideas, que se forman a partir de los datos de los sentidos. No podemos ir, pues, más allá de lo que nos aportan los sentidos, y la existencia y verdad de las ideas resultan injustificables para nosotros.

El propio Hume reconoció que este análisis del conocimiento lleva inevitablemente al escepticismo. Además, su filosofía desemboca en un emotivismo moral, dado que de las proposiciones o verdades de hecho no pueden deducirse los mandatos o recomendaciones morales. En definitiva, los valores y las normas morales se basan únicamente en el sentimiento y no en la razón.

Su Pensamiento y Tratado sobre la Naturaleza Humana:

Es un tratado sobre metafísica, cuyos principios son:

 Sentimientos de placer y dolor (feelings).

 Creencia (believe).

 Costumbre (costums).

Esto supone el abandono de otras posiciones que él va a demostrar que son indefinibles. Estas son:

 Abandonar la pretensión del mundo en sí, conocemos nuestra experiencia pero la sustancia del mundo no la conocemos. -Renunciar el uso del principio de causalidad, mediante el cual la gente piensa que puede conocer la causa de naturaleza ya que la verdadera causa no la conocemos.

 Renunciar a creernos libres, porque es nuestro pensamiento el que determina el pensamiento de otro pero si el pensamiento está determinado, el hombre no es libre.

 Hay que abandonar la creencia en Dios. No creer en la religión pero piensa que tiene que haber un maestro del universo.

 Dentro de la filosofía moral Hume distingue entre: Filosofía fácil y asequible. Filosofía precisa y abstracta. Dentro de la abstracta hay dos tendencias: escepticismo y dogmatismo.

 La filosofía moral se basa en el estudio de la naturaleza humana y puede llamarse razonamiento profundo o verdadera metafísica.

 Hay que partir de lo inmediato, del estudio de las ideas. El problema será moverse en el mundo de las ideas. También recoge la idea de Locke de hacer una topografía mental.

Según Descartes las ideas las tiene el alma, según Locke las tiene el alma pero están en el cerebro y según Beckley están en el alma, al igual que los anteriores. Hume niega la existencia del alma y se centra en el estudio de las ideas.

Teoría del Conocimiento:

La teoría de Hume depende del psicologismo de Locke pero no es empirista como la de este, ni espiritualista como la de Berkeley, pero sigue siendo una psicología de la naturaleza humana. Distingue entre ideas verdaderas y falsas:

-Si las ideas dependen de la experiencia son verdaderas.

-Si van más allá de lo que puedo conocer son falsas.

Según Hume lo innato se puede entender de varias maneras; cuando algo pertenece a la naturaleza humana y el hombre la hace personal decimos que es innata. Según Locke para hacer la teoría del conocimiento hay que partir de las ideas, que son de sensación, de reflexión y mixtas. Podemos distinguir dos clases de ideas de reflexión: de percepción y voliciones. Hume no está de acuerdo con esta clasificación porque esto implica que las sensaciones son inconscientes pero también son percepciones las de sensación.

Crítica de Hume a la Idea de Sustancia:

Toda idea de sustancia es una idea compuesta, porque si fuera simple sería un punto matemático y por tanto no existiría. Se supone que las sustancias compuestas son reales, pero hay que ser más críticos, ya que para decir que algo es real hay que decir que es un hecho que solo podemos afirmar con recursos en la experiencia. La llamada sustancia material tampoco existe. Llamamos sustancia a una colección de ideas simples que las nombramos con un único nombre y nos referimos a ellas como si fueran sustancias, pero en realidad son accidentes.

Ideas Abstractas o Universales:

Hume no reconoce la existencia de las ideas abstractas, porque las ideas tienen un origen concreto como lo es la impresión. Una idea no puede ser universal porque tendría que representar a todos los individuos o ninguno. Una idea no puede representar a todos los individuos porque esto se hace por medio de una copia. Si la idea que yo tengo es una copia universal tendría que tener una idea de "hombre" de todas las edades, tallas, razas. Para poder representar todos los tipos de hombres tendría que tener una capacidad de pensamiento e imaginación infinita. Hume adapta una postura nominalista: "solo existen nombres comunes para cosas individuales e ideas individuales.

Una Idea de Existencia:

La existencia se puede predicar de la sustancia. Los accidentes existen por la sustancia, mientras que esta existe por sí misma. Según los empiristas lo primero que existe son las ideas y mis impresiones. Toda existencia tiene que tener una referencia actual o posible. Aquí hay dos controles: Lo que existe tiene que ser compatible con las demás cosas que veo, toco, con el resto de mi experiencia. Tiene que ser compatible con las experiencias de los demás.

La crítica de existencia fundamenta el fenomenismo de Hume: "solo conocemos los fenómenos. No puedo afirmaron certeza que existe algo que no percibo. Lo máximo que puedo hacer es admitir la probabilidad de su existencia. La idea de existencia nos remite a una cuestión de hecho. Estas son contingentes mientras que las verdades de razón son necesarias.

Idea de Alma:

La sustancia espiritual es necesario que exista para que en la sustancia se pueda fundar la idea de unidad. Somos una única sustancia, con lo que se asegura la

identidad, la unidad del yo.

Hay dos tipos de identidad desde el punto de vista de la lógica:

-La identidad lógica hay que suponerla, de lo contrario se violaría el principio de no contradicción, es una necesidad analítica.

-La identidad ontológica de algo no es analítica sino sintética. Hay tres ideas que avalan el alma:

-Unidad del yo.

-Identidad del yo.

-Inmortalidad del yo.

Idea de Dios:

Esta idea contiene otras dos: la de Dios y la de existencia. No tenemos ninguna experiencia de Dios. Hay tres argumentos:

-El argumento ontológico: analiza la idea de Dios, basado en el análisis de la idea. Las relaciones de ideas producen verdades tautológicas, negarlas es caer en contradicción.

-El argumento causal se basa en la experiencia. Nadie ha tenido experiencia de ver a Dios creando el mundo. No podemos decir que existe porque no tenemos experiencia, es una suposición.

-El argumento teológico todo esta dice que bien ordenado, por lo que debe haber un ordenador. Este es el argumento más verosímil para Hume.

Idea de Causalidad:

Cuando hablamos de causalidad hablamos de una idea de relación. Puede haber una diferencia de tiempo entre la causa y el efecto. Cuando veo un efecto me viene al pensamiento la causa, aunque no la haya visto y viceversa. Por ello se habla de deducción y de reducción:

-El paso de efecto a causa es de reducción.

-De causa a efecto es la deducción.

La Estética la Moral y la Política:

Hume aplica a la estética, la moral y la política los mismos criterios que había utilizado para resolver problemas metafísicos. De la moral, la política, la estética así como de las creencias religiosas depende la paz social. Son terrenos en los que se deciden las acciones a partir de unos valores. Hume quiere asegurar la convivencia social buscando un fundamento a la conducta que depende de valores.

Los juicios de valor don operaciones de la mente y por tanto percepciones. Hume afirma que la moralidad se discierne por los sentimientos. La moralidad evita o produce acciones humanas y está claro que la razón no puede evitar o producir una acción. Por tanto, las reglas morales no son conclusiones de la razón. La razón, al no poder ser nunca motivo de una acción de la voluntad, no puede oponerse a la pasión, por lo que sólo una pasión puede oponerse a otra pasión. La razón influye sobre nuestra razón de dos modos: -informándonos de la existencia de un objeto adecuado para la pasión. Proporcionando los medios para ejercer una pasión.

Los valores estéticos, morales o políticos tampoco consisten en cualidades de los objetos o de los actos en cuestión. Si algo merece el nombre de "bueno", "bello", "justo" se debe a las reacciones sentimentales que se suscitan en el sujeto. Este es el fundamento del llamado emotivismo moral de Hume. También en el campo de los valores existen leyes, leyes de la naturaleza humana que regulan su apreciación. La única justificación de los juicios de valor está en nuestros sentimientos.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

A partir del pensamiento de Descartes, se plantea la necesidad de una reflexión lógica y psicológica sobre el pensamiento y el objeto. Por lo tanto, se requiere comenzar con una teoría del conocimiento, sus orígenes, límites y posibilidades. Esta teoría podrá ser psicológica, referida a la experiencia mental del sujeto; o lógica, relacionada con el pensamiento racional. John Locke, propone un abordaje psicológico sobre el conocimiento humano, investigando sobre el origen de las ideas y de los pensamientos y si la realidad coincide con el pensamiento. Trata de ahondar sobre los distintos tipos de ideas complejas y cómo surgen de las simples y sobre los límites y la posibilidad del conocimiento humano.

Después de él, otros filósofos ingleses siguen en la misma línea planteando sobre todo el problema del conocimiento antes que el metafísico desde el punto de vista psicológico. Así, Berkeley, encara y resuelve el problema del conocimiento antes de mostrar su metafísica espiritualista. Hume, otro filósofo inglés, positivista, que por esa condición no expone ninguna metafísica porque se opone a ella, también muestra y le da solución al problema del conocimiento. Leibniz y Kant también proponen una teoría del conocimiento; Leibniz con un libro en respuesta al libro de Locke sobre el entendimiento humano y Kant con sus tres notables libros “Crítica de la Razón pura”, “Crítica de la Razón, práctica”, y “Crítica del Juicio”, los más completo y perfecto de la filosofía moderna sobre la teoría del conocimiento.

Se ve entonces que el Idealismo conduce a la filosofía necesariamente a tratar una teoría del conocimiento, el instrumento mental imprescindible para entender la realidad. Una teoría del conocimiento necesita analizarlo como fenómeno, es decir aislarlo de los cambios históricos y existenciales, sin importarnos si existe o no existe si es posible o no; o sea, poniéndolo entre paréntesis. En primer lugar al sujeto que piensa, al sujeto que conoce y al objeto conocido, porque todo conocimiento surge de la dualidad o relación sujeto objeto. Es una correlación irreversible porque no pueden pensarse el uno sin el otro, y en forma independiente no significan nada; y porque ni el sujeto se puede convertir en objeto ni el objeto se puede convertir en sujeto.

El sujeto capta al objeto mediante un pensamiento y este pensamiento del objeto lo modifica totalmente. Por lo tanto, tenemos ahora al sujeto, al objeto y al pensamiento. El objeto es trascendente con respecto al sujeto porque permanece siempre mediatizado por el pensamiento. Un conocimiento es verdadero cuando coincide con el objeto, porque cuando no concuerda con el objeto no es conocimiento. Si tenemos en cuenta que el conocimiento es correlación de sujeto objeto está dentro del campo de la psicología; si enuncia algo sobre el objeto está dentro del campo de la lógica y también está dentro de la ontología porque estudia lo que Es, lo que está ahí. Es decir, que una teoría del conocimiento necesita un abordaje psicológico, lógico y ontológico.

EL PSICOLOGISMO

Aunque esta palabra no se encuentra en los empiristas de esta época, se suele utilizar como título de su característico modo de estudiar y resolver los grandes tema de la filosofía; así por ejemplo, Hume consideró que podremos comprender la totalidad de las cuestiones que desde siempre han preocupado a la filosofía si analizamos la naturaleza humana (que identifica más con la mente que con el compuesto de mente y cuerpo) y descubrimos sus distintos procesos, mecanismos, leyes y estados. Estas ideas las presenta ya Hume en la introducción a su obra fundamental, el “Tratado de la naturaleza humana” al defender la urgencia e importancia del estudio de la naturaleza del hombre para la fundamentación del conocimiento y la comprensión de la experiencia ética, y al sugerir que todos los grandes temas de la vida humana y todas las ciencias tienen una relación directa o indirecta con dicha naturaleza.

Particularmente claro es el enfoque psicologista con el que Hume trata dos ámbitos tan importantes como el del conocimiento y el relativo al mundo moral, en donde concluirá en lo que podríamos llamar psicologismo gnoseológico o epistemológico y psicologismo ético. El psicologismo gnoseológico considera que los problemas del conocimiento (el origen, el valor y los límites del conocimiento) se pueden comprender analizando la mente humana en los términos antes dichos (procesos y hechos mentales) con lo que acaba reduciendo la objetividad del conocimiento a meros hábitos e instintos de la mente. La reducción humana de la causalidad y de nuestras creencias respecto de los acontecimientos futuros a la mera costumbre, a un mero hábito, es una clara consecuencia psicologista.

El emotivismo moral de Hume es una forma de psicologismo moral pues cree posible comprender hasta el final la experiencia moral en términos de ciertas respuestas psicológicas que vive un espectador ante la percepción de ciertas acciones y cualidades de las personas (esto es precisamente lo que quiere decir que son los sentimientos el fundamento de la acción moral). No existen las substancias, ni las necesidades estrictas entre las cosas, ni el bien en sí; sólo tenemos percepciones, vínculos o conexiones entre percepciones y disposiciones mentales consecuencia de la experiencia y repetición. El enfoque psicologista típico del pensamiento humeano conduce al subjetivismo, al escepticismo, al relativismo y a la desvalorización de la razón frente a otras instancias de la subjetividad como los sentimientos y los hábitos.

EL ESCEPTICISMO

El escepticismo es un extremismo como lo es también todo dogmatismo, porque los extremos se tocan, porque mientras el dogmatismo considera posible la aprehensión del objeto, el escepticismo lo niega. El escepticismo repara en el sujeto de conocimiento e ignora lo que puede significar el objeto; atiende solamente a los elementos subjetivos y observa la influencia del sujeto, su percepción y su circunstancia, sobre el conocimiento. El escepticismo es lógico, absoluto o radical cuando se refiere a la posibilidad del conocimiento en general o a la de un determinado conocimiento; y es metafísico cuando se refiere a un conocimiento metafísico.

En cuanto a los valores se distinguen el escepticismo ético y el religioso. El primero sostiene que el conocimiento moral es imposible y el segundo afirma lo mismo sobre el conocimiento religioso. También existe la distinción entre escepticismo metódico, que es el que designa un método y que consiste en poner en duda todo lo que aparece como verdadero y cierto para llegar a un conocimiento absoluto, eliminando todo lo que es falso; y el sistemático, que indica una posición de principio.

El escéptico más antiguo conocido fue Pirron de Elis (360-279 d. de C.), que sostiene que es imposible para la conciencia aprehender un objeto, por lo que recomienda abstenerse de todo juicio. El escepticismo académico, cuyos exponentes son Arcesilao (241 d. de C.) y Carneades (129 d. de C.); es más flexible, porque afirma que lo que es imposible es obtener un conocimiento riguroso, o la certeza de que nuestros juicios coincidan con la realidad. Nunca podremos decir que una preposición es verdadera pero sí que es probable. Posteriormente, Enesidemo (siglo I. d. de C.), y Sexto Empirico (siglo II d. de C.), vuelven a ubicarse en la posición del escepticismo pirrónico extremo.

En la filosofía moderna encontramos un escepticismo especial en Montaigne (1592), con un escepticismo ético y en Hume con un escepticismo metafísico. En Bayle tenemos un escepticismo medio y en Descartes un escepticismo metódico. El escepticismo absoluto se contradice a si mismo expresando que el conocimiento es imposible; afirmación que representa un conocimiento, por lo cual está contradiciendo lo que afirma. El escéptico, absteniéndose de formular juicios no puede realizar ningún acto de pensamiento y aunque no se puede refutar lógicamente si se abstiene de formular juicios, es vencido en el terreno de la ética.

El concepto de probable que acepta el escepticismo supone el de la verdad, ya que lo probable es lo que más se aproxima a lo verdadero; de modo que si se renuncia al concepto de verdad también se tiene que renunciar al de probabilidad. El escepticismo metafísico, que también es llamado positivismo, puede ser falso pero no contradictorio y lo mismo ocurre con el religioso. El positivismo de Augusto Comte (1798-1857), afirma que solo tenemos que atenernos a lo dado, los hechos de la experiencia y no realizar ninguna especulación metafísica. Para Comte sólo existe el saber de las ciencias pero no un saber filosófico- metafísico. El escepticismo religioso también se lo denomina agnosticismo.

Herbert Spencer (1820-1903) sostiene la imposibilidad del conocimiento de lo absoluto. No obstante, el escepticismo tiene una función útil, la de mantener una duda razonable para evitar que se detenga la indagación humana en la búsqueda de la verdad.

CONCLUSIONES

Con todos estos autores se ve una importante perspectiva del psicologismo en el empirismo ingles que ha llegado a su máxima exageración, a su más remota y más radical consecuencia. La psicología lo ha invadido todo. El psicologismo ha deshecho la lógica y la ontología. El mundo de Hume es un mundo sin razón, sin lógica. Es así porque así es, porque yo lo creo en virtud a la costumbre, al hábito, a la asociación de ideas de fenómenos biológicos que se dan en mi espíritu considerado natural. Del mismo modo, la ontología ha desaparecido.

Todos los conceptos ontológicos fundamentales el de sustancia, el de existencia, han sido analizados y se han evaporado en puros haces de sensaciones. El psicologismo "à outrance", de lo empirismo ingles ha volatilizado el problema lógico y el problema metafísico y ésta es justamente la característica del positivismo. Claro es que Hume cree que hay una ciencia posible, que hay creencias comunes de todos los hombres; pero es porque el hombre es un ser de acción el hombre necesita actuar, necesita vivir; y para vivir necesita contar con ciertas regularidades de las cosas que salen bien, aquellas esperanzas que el hombre concibe y que luego se cumplen, como la de que salga el sol por la mañana, adquieren poco a poco el carácter de verdades.

Por eso en el fondo lo mismo que Hume es el predecesor del positivismo, puede decirse que también es el predecesor de pragmatismo, porque la única justificación de la verdad viene de ser, para Hume, la constancia habitual, la ejecutividad efectiva de las percepciones que la esperanza, día tras día, va remachando en nosotros. Todo el esfuerzo de los empiristas desemboca en un escepticismo ya que no pueden garantizar la universalidad de los conocimientos encerrados en el yo empírico sensible.

Los empiristas en sí coinciden en afirmar que el objeto del conocimiento son las ideas, no el mundo exterior y que el origen del conocimiento está en los sentidos. Rechazan las ideas innatas. Toman como modelo de ciencia a las Ciencias Naturales o fácticas, en las ciencias de la observación, cuyos juicios son particulares y contingentes, mientras el racionalismo hallaba en las matemáticas su ideal con sus juicios universales y necesarios.

La experiencia es el criterio de validez y el límite del conocimiento, la experiencia interna es la percepción de la propia vida anímica, la experiencia externa es la percepción de los objetos físicos. El empirismo trata de negar la posibilidad de la metafísica ya que ubica la posibilidad de conocer en los fenómenos, en la experiencia. A la razón le cabe la función de ordenar en forma lógica los materiales que ofrecen los sentidos. Todo lo demás es “presuntuoso”.

REFERENCIAS

Carranza S, Luís. (1983). “Introducción a la Filosofía”. Edit. Juventud. La Paz – Bolivia.

García M (1973) "Lecciones Preliminares de Filosofía" Edición: Losarta, Buenos Aires, 1973.

Janet, P y Seailles, G (1891). “Historia de la Filosofía. Los problemas y las escuelas”. Edit. CH. Bouret. París – Francia.

Pérez, A. (1948). “Historia de la Filosofía”. Edit. Stylo. México D.F.

Rosental, M. (1990). “Diccionario Filosófico”. Edit. Pueblos Unidos. Buenos Aires Argentina.

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