Filosofía Quiere Decir Ir De Camino

Pensar es comenzar a ser hombre

Siendo el origen aquella fuente de la que mana en todo tiempo el impulso que mueve a filosofar, podemos decir que el origen de la filosofía se dá en el comienzo del hombre mismo, en el cual por ser constituido cuerpo y espíritu se abre la fuente del pensamiento reflexivo y de la comunicación con la realidad.

Con razón se ha dicho que mientras el animal sólo tiene “mundo circundante”, el hombre posee además, el “mundo”.

El animal, ser de urgencia, vive sumergido en un medio en el que sólo adquieren relevancia, aquellos elementos que entran en la órbita de sus intereses instintivos.

El hombre en cambio, trasciende ese marco ambiental pragmático. Ya estaría entonces, “filosofando”, ya que filosofar es precisamente el acto en el que se sobrepasa y trasciende el mundo del trabajo. Para permanecer allí donde el espíritu explora en estado de ocio.

No hay manera de escapar a la filosofía

La filosofía surge allí donde se despierta el hombre. ¿y dónde despierta el hombre?

El hombre despierta en el mundo, en un todo en medio de todos, tomando conciencia de ser como tal, una vez que capta aquello que está en todo lo que toca, percibe y entiende, su actividad entonces, estimulada por este infinito dinamismo resultante se descubre lanzada en la dirección de un infinito trascender, en el cual se hará preguntas que se responderán con otras preguntas.

Como conclusión valdría destacar también, que por ser éstas actitudes connaturales al hombre mismo, la filosofía termina siendo actitud y aptitud natural al hombre. Es necesario aceptar la exigencia de que la filosofía tenga en materia de cosas filosóficas a casi todo el mundo por competente. ( Siendo esta última una concepción admitida por muchos y desconocida por otros tantos)

El origen de la filosofía

A su vez la pregunta por el ser ( y por la realidad) es una cuestión humana de todos los días: son cuestionamientos que se hace el hombre a sí mismo en cuanto existente.

Sin embargo se podrían deducir situaciones concretas en cuanto a dónde reside el origen del filosofar.

El origen del filosofar reside en la admiración:

Quien no se asombra no puede preguntarse. Porque admirarse impele conocer. En la admiración se cobra conciencia de no saber.

El origen del filosofar reside en la duda:

Sin una duda radical, no hay verdadero filosofar. Porque a través de la duda se conquista el terreno de la certeza.

El origen del filosofar reside en la conciencia de hallarse perdido. En las situaciones límites:

En la forma que experimenta su fracaso es la que determina en qué acabará el hombre. ( ante las situaciones límites se dá lugar a las preguntas existenciales, filosóficas).

Estos tres motivos se subordinan a la comunicación, tan requerida por la filosofía, para usarla sin miramientos, y para vivir de la esperanza de que de la entrega se sacan incontables beneficios para cada una de las partes.

La filosofía como “amor” para unos pocos

Aunque la filosofía competa a cada hombre, y se origine en circunstancias naturales al hombre, y sólo a él, hay personas que tomando su esencia como un ir de camino, son enamoradas en el transcurso del

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