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Filosofía Siglo XVII


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  4.943 Palabras (20 Páginas)  •  643 Visitas

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INTRODUCCION

La filosofía es una forma de conocimiento que pretende ofrecer explicaciones de los temas que analiza empleando la razón y los argumentos racionales. Tiene por objetivo explicar el mundo, la naturaleza y el hombre. En el presente trabajo se explican las distintas vertientes que en la ciencia y las matemáticas se han desarrollado a lo largo del tiempo: descubrimientos, pensamientos, ideas, inventos e ingenios de los distintos autores aquí presentados.

Los filósofos que más adelante se exponen, son una manifestación de la inteligencia humana, que va más allá de lo que parece ser y de lo que es, con muchos estudios y análisis de lo común y de las bases actuales de las ciencias, como la geometría o las matemáticas, al igual que la comprobación de la existencia de Dios.

Se presenta la vida de René Descartes, Baruch Spinoza, Wilhelm Leibniz, Guillermo de Ockham y Blaise Pascal desde su infancia hasta su muerte, sus estudios, descubrimientos, influencias, amistades, forma de vida. Es un trabajo rico en información sobre éstos contemporáneos, que en distinto lugar y con una leve diferencia de edades y especialidades, pero ambos cinco con buenas teorías que han dado pie al desarrollo de las ciencias actuales. 

FILOSOFÍA DEL SIGLO XVII

RENE DESCARTES

Tambien conocido por el nombre latino de Renatus Cartesius. Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en la Turena, en La Haye en Touraine, actual Descartes, después de que su madre abandonara la ciudad de Rennes, donde se había declarado una epidemia de peste. Descartes pertenecía a una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachim Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. Era el tercero de los descendientes del matrimonio entre Joachim Descartes, parlamentario de Rennes, y Jeanne Brochard, por lo que, por vía materna, era nieto del alcalde de Nantes.

La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard el 13 de mayo de 1597, trece meses después de su nacimiento y pocos días después del nacimiento de un bebe no sobreviviente, lo orilló a ser cuidado por su abuela, su padre y su nodriza. Esta última permaneció ligada toda su vida en casa de su abuela. La pronta orfandad de René lo mantuvo muy unido en su infancia a su hermana Jeanne, por la que siempre sintió afecto y confianza. No tenía el mismo cariño por su padre y por su hermano Pierre, por lo cual permaneció distante. Su padre se volvió a casar en 1600 con Anne Morin, una bretona con la que tuvo dos hijos más.

Fue un niño enfermizo que se fue fortaleciendo con los años, en parte gracias a los cuidados que él mismo se daba. Tenía una enfermedad pulmonar que pensaba que había heredado de su madre, como escribe a su amiga Isabel de Bohemia: “Nací de una madre que murió de un mal de pulmón… heredé de ella una tos seca y un color pálido… y todos los médicos me condenaban a morir joven”. En su edad adulta se jactaba de la buena salud que gozaba, y creía que podía vivir cien años, si seguía sus propios cuidados médicos. Más tarde se conformó con la máxima más juiciosa de no temer a la muerte.

Con once años entra en el Collège Henri IV de “La Flèche”, un centro de enseñanza jesuita recién inaugurado en Andegavia, al occidente de Francia, durante el año 1607. En dicho colegio, impartía clase el Padre François Fournet doctor en filosofía por la Universidad de Douai y el Padre Jean François le enseño matemáticas durante un año. Debido a su enfermedad, estaba eximido de acudir a clase por la mañana debido a su débil salud y era muy valorado por los educadores a causa de sus precoces dotes intelectuales.

En el colegio permaneció ahí hasta los diecinueve años recibiendo una excelente educación: desde la Lógica, la Filosofía Moral, la Física, la Metafísica, la Geometría Analítica hasta Álgebra Moderna, así como un cierto compañerismo con el recién descubrimiento del telescopio de Galileo. En “La Flèche” surgen las características principales de su mente. Una vez empapado en el conocimiento de los clásicos, se apasiono por la poesía.

Descartes escribió un ensayo de juventud, la “Olympica”: "En los escritos de los poetas hay sentencias más serias que en los de los filósofos. La razón es que los poetas las escribieron movidos por el entusiasmo y el poder de la imaginación. En cada uno de nosotros existen, cual pedernales, chispas de conocimiento ocultas. Los filósofos las muestran a través de la razón; los poetas las exponen por medio de la fantasía, y son mucho más brillantes."

Una cualidad muy buena de Descartes (aunque quizá la más peligrosa) fue su fluidez mental. Uno de sus compañeros de colegio describía así su habilidad en las discusiones: al inicio siempre trataba de ponerse de acuerdo con sus oponentes sobre las definiciones y acerca del significado de los principios que estaban acordes a aceptar, y después construía con ellos una tesis deductiva personal y única que era muy difícil de debatir.

Cuando cumplió los veinte años, ya graduado en Derecho por la Universidad de Poitiers, Descartes se dirigió a París. Allí se convirtió en un joven elegante y desocupado, podría decirse que tomo una vida muy relajada y un largo descanso. Tiempo después, sus pensamientos se centraron en ocuparse por la filosofía y las Matemáticas. Uno de su principal y mejor amigo fue el padre, matemático, experimentador, pensador y traductor de obras como los “Dialogi” y los “Discorsi”, Marín Mersenne, al conoció en el colegio “La Flèche”. Fue su mejor amigo de toda la vida, incluso cuando Descartes, en 1628, decidió abandonar Francia para siempre, y Mersenne desde París le mantuvo constantemente informado de las novedades científicas.

En 1618, Descartes se alistó en el ejercito del príncipe Maurice de Nassau (posteriormente príncipe de Orange) como caballero voluntario. Fue enviado a la guarnición de Breda, en Holanda, en donde en aquel momento había una tregua entre las fuerzas franco-holandesas y las españolas, cuyo dominio se hallaban sometidos los Países Bajos. En ese período sus intereses fueron los que corresponden a un oficial del ejército: la balística, la acústica, la perspectiva, la ingeniería militar y la navegación.

El 10 de noviembre de 1618 se encontró con un grupo de gente agrupada ante un cartel que se hallaba expuesto en la calle. Estaba escrito en flamenco y Descartes, dirigiéndose a una de las personas del grupo, le pidió que se lo tradujera al latín o al francés. El cartel era un desafío que instaba a los que lo leían a resolver el problema matemático que en él se proponía. La persona a la que Descartes se dirigió para que se lo tradujera era Isaac Beeckman, uno de los matemáticos más eminentes del país. Descartes resolvió el problema y presentó su solución a Beeckman, quien reconoció al instante su genio matemático y se propuso reavivar el interés del joven por los problemas matemáticos.

Beeckman le propuso a Descartes encontrar la ley matemática que rige la aceleración de los cuerpos que caen, más ninguno de ellos sabía que Galileo había resuelto ya dicho problema. Su solución apareció en su obra “Dialogi” en 1632. Descartes estableció diversas soluciones basadas en hipótesis diferentes, pero ninguna iba acorde con el modo real de cómo caen los cuerpos, ya que no había enlazado el análisis matemático con la experimentación.

Existió un periodo de autodescubrimiento en Descartes: su mente pasaba con gran celeridad de unas cuestiones a otras, y fue en este lapso de tiempo cuando dio con la pista del método con el que intentar unificar el conocimiento humano en base a un conjunto central de premisas.

El 26 de marzo de 1619 Descartes informó a Beeckman sobre “una ciencia, enteramente nueva, que le iba a permitir resolver todos los problemas que se pueden proponer acerca de cualquier clase de cantidades, continuas o discontinuas, cada una de acuerdo con su naturaleza, de forma que, en Geometría, casi nada quedaría ya por descubrir". Fue así, como Descartes anunciaba el descubrimiento de la Geometría Analítica o “el método que permite asignar ecuaciones algebraicas a las curvas” según Voltaire. Sin embargo, Descartes no publicaría su descubrimiento hasta el año 1637 cuando, en su ensayo Géométrie incluyó una exposición de los principios y de algunas de sus aplicaciones.

Este texto nos ofrece la demostración que da Descartes de que las secciones cónicas de Apolonio se hallan todas contenidas en un único conjunto de ecuaciones cuadráticas, y, con ello, Descartes pone de manifiesto el carácter general de su descubrimiento. Pero, dado que las secciones cónicas incluyen a las circunferencias de los antiguos astrónomos, las elipses de Johannes Kepler y la parábola utilizada por Galileo para describir la trayectoria de un proyectil, es claro que, con esta primera invención, Descartes facilitaba a los físicos una poderosa herramienta. Sin dicha herramienta incluso Newton se habría visto severamente limitado.

Siguió como mercenario hasta 1622, hallándose presente en la batalla de Praga y en los asedios de Pressburg y Neuhäusel. Después, durante algunos años, se dedicó a viajar recorriendo Europa desde Polonia a Italia. En 1625 regresó finalmente a París. Aquí volvió a entrar en contacto con el círculo de Mersenne, trabajó en su "matemática universal" y se embarcó en especulaciones sobre gran cantidad de cuestiones diversas que iban de la psicología moral a la prolongación de la vida. Al igual que a sus ociosos contemporáneos, el torbellino de la vida social, la música, las lecturas frívolas, y el juego le distraían de tales cometidos. Su padre llegó a expresar la opinión de que "no valía para nada, salvo para acicalarse".

En Octubre de 1628, Descartes partió hacia Holanda, en donde permaneció el resto de su vida, salvo tres breves visitas a Francia y su viaje a Estocolmo en 1649, el último que realizaría. Evitó la compañía de todo el mundo salvo la de sus amigos y discípulos, y dedicó su tiempo a la aplicación de sus principios a la filosofía, la ciencia y las matemáticas y a la divulgación de sus conclusiones. Un año después de haber abandonado Holanda, aceptando la invitación de la reina Cristina de Suecia, murió en Estocolmo en febrero de 1650.

BARUCH SPINOZA

Filósofo racionalista y pensador religioso holandés, considerado como el exponente moderno más completo del panteísmo. Nació en Ámsterdam, hijo de padres judíos-españoles el 24 de noviembre de 1632. Spinoza tuvo una educación centrada en el estudio de las fuentes clásicas judías. Sin embargo, tiempo después se apartó del judaísmo ortodoxo como consecuencia de sus estudios de ciencias físicas y por el efecto que le produjeron los escritos del filósofo inglés Thomas Hobbes y del científico y filósofo francés René Descartes.

Se apartó de la sinagoga y en 1656 fue excomulgado por los rabinos, que le desterraron de Ámsterdam. Durante cinco años, Spinoza permaneció en las afueras de la ciudad, puliendo lentes para vivir. Durante ese periodo escribió su primer trabajo filosófico, Tratado de Dios, del hombre y de su felicidad, donde se prefiguran ya las líneas maestras del que sería su sistema filosófico. El Tratado teológico-político y la disertación De la reforma del entendimiento quizá fueron escritos también en este periodo, aunque el primero no se publicó hasta 1670 y el segundo hasta 1677.

En 1661 se trasladó a Rinjnsburg, ciudad cercana a Leiden, y dos o tres años más tarde a Voorburg, no lejos de La Haya. Poco después, al trasladarse a La Haya, se le ofreció una cátedra de filosofía occidental en la Universidad de Heidelberg. El responsable de ello fue Charles Louis, el elector palatino. Sin embargo, Spinoza rechazó esta responsabilidad, para poder mantenerse libre de cualquier restricción que pudieran aplicar los teólogos sobre sus actividades intelectuales. También rechazó una pensión que le ofreció el rey de Francia Luis XIV, a cambio de que dedicara al monarca uno de sus trabajos.

El trabajo más completo de Spinoza es su gran obra Etica demostrada según el orden geométrico de 1674. De acuerdo con este tratado, el universo es idéntico a Dios, que es la sustancia encausada de todas las cosas. Con el concepto de sustancia no se refiere a una realidad material, sino más bien el de una entidad metafísica, una base amplia y autosuficiente de toda realidad. Spinoza admitió la posible existencia de atributos infinitos de la sustancia, pero mantuvo que tan sólo dos son accesibles a la mente humana, a saber, la extensión, o el mundo de las cosas materiales, y la racionalidad. El pensamiento y la extensión existen en una última realidad que es Dios, de quien dependen. La causalidad, en el sistema de Spinoza, puede hallarse entre los objetos individuales (es decir, entre los cuerpos físicos) en el atributo extensión, o entre ideas individuales en el atributo pensamiento, pero no entre objetos e ideas. Para explicar las aparentes interacciones causales entre objetos e ideas, Spinoza propuso una teoría conocida como paralelismo, según la cual cada idea tiene un complemento físico y, del mismo modo, cada objeto físico tiene su correspondiente idea.

Spinoza rechazó la providencia y la libertad de la voluntad, y su concepto de un dios impersonal fue recibido con hostilidad por muchos de sus contemporáneos. Su posición en la historia de la filosofía es única en muchos aspectos. No perteneció a ninguna escuela y no fundó ninguna. Pese a que en muchos puntos de su trabajo se baso en el de algunos de sus antecesores, Spinoza muestra un individualismo muy singular tan acusado como para que se le pueda considerar un simple continuador o epígono, incluso en el caso del pensamiento de Descartes.

Spinoza destacó tres géneros de conocimiento humano: en el primero, el hombre es esclavo de las pasiones y sólo percibe los efectos o signos e ignora las causas; en el segundo, la razón elabora ideas generales o nociones comunes que permiten a la conciencia acercarse al conocimiento de las causas, y aprende a controlar las pasiones; en el tercer género, el hombre accede a una intuición totalmente desinteresada, pues conoce desde el punto de vista de Dios, ajeno a sí mismo como individuo y por tanto sin que le perturben las pasiones individuales. En esta contemplación se identifican lo singular y lo eterno, y se percibe la presencia de todo en todo, intuición en la que se cifra la única felicidad posible.

En el terreno político, Spinoza rechazó el concepto de moral, por considerar que implicaba una desvalorización de lo real en nombre de un ideal trascendente. Todos los seres se guían por el principio de auto conservación, sobre el cual se edifica el Estado como limitación consensual de los derechos individuales. Sin embargo, lo que el individuo busca en el Estado es la conservación propia, por lo que puede revolverse contra él en caso de que no cumpla esta función («Dios crea individuos, no naciones»).

En la medida en que la ley confina el poder de cada uno mediante un sistema de recompensas y castigos, la política descansa necesariamente en pasiones tristes (temor, seguridad). La principal inquietud política de Spinoza fue: ¿por qué los hombres combaten por su esclavitud como si se tratara de su libertad? Aunque la democracia es el mejor de los sistemas políticos, pues tiende a suplir las pasiones tristes por el amor a la libertad y favorece el acceso al estado de razón, sólo se llega al tercer género de conocimiento por la vía individual y privada.

Por la profundidad y la grandeza de sus ideas y su notable capacidad de síntesis, Spinoza se sitúa junto a los mayores pensadores filosóficos de todos los tiempos. La filosofía de Spinoza generó un importante rechazo en su tiempo, aunque un siglo más tarde sería recuperada y su influencia fue importante no sólo en el terreno de la metafísica, sino entre poetas románticos como Shelley y Wordsworth. Spinoza no perteneció a ninguna escuela, y resulta difícil destacar al nivel que merecen la profunda originalidad y la independencia de su pensamiento.

Hasta un siglo después de su muerte, ocurrida el 21 febrero de 1677, busca de inspiración y su pensamiento ha influido en el panteísmo poético subyacente de muchas interpretaciones modernas de la naturaleza.

WILHEM LEIBNIZ

Diplomático, filósofo, matemático, científico, historiador y erudito alemán.

También llamado Leibniz, nació el 1 de julio 1646 en Leipzig, Sajonia (hoy Alemania). Perteneció a una familia protestante, de antiguo origen esclavo. Su padre, profesor de filosofía moral en la Universidad de Leipzig, falleció cuando Leibniz contaba seis años. Capaz de escribir poemas en latín a los ocho años, a los doce empezó a interesarse por la lógica aristotélica a través del estudio de la filosofía escolástica.

Era un niño con un desarrollo mental muy avanzado, abandonado por el ambiente cultural familiar que comenzó sus estudios a los 7 años, aprendiendo por su propia cuenta latín y griego. Escribió poemas en latín y griego, y a los doce años empezó a interesarse por la lógica aristotélica a través del estudio de la metafísica y teología, libros que su padre tenía en casa.

Entre los años 166, cuando el tenía catorce años, ingresó en la universidad de su ciudad natal para estudiar Filosofía y Derecho en “Universidad de Leipzig”. dos años después se trasladó a la Universidad de Jena, donde estudió matemáticas con E. Weigel. En 1666, la universidad de “Leipzing” rechazo el ingreso para continuar con un curso de doctorado, a causa de su juventud. Sin embargo, acudió a la Universidad de Altdorf, tras rechazar el ofrecimiento que allí se le hizo de una cátedra, en 1667 entró al servicio del arzobispo elector de Maguncia como diplomático, y en los años siguientes desplegó una intensa actividad en los círculos cortesanos y eclesiásticos.

En el mismo año conoció al barón Johann Christian von Boinenburg. Leibniz fue secretario, consejero, abogado y amigo de la familia del barón. En 1672 fue enviado a París por el barón de Boinenburg con la misión de influir en Luis XIV para que no atacase los territorios de Alemania. Permaneció en París hasta 1676, donde continuó practicando leyes. Sin embargo en París estudió matemáticas y física y conoció a los científicos y filósofos más notables de la época: Huygens, Mariotte, Descartes, Malebranche, Arnauld. Después se acercó también a La Haya, a entrevistarse con Spinoza.

A lo largo de su vida desempeñó diversas misiones y cargos políticos. En 1670 contribuyó a la fundación de la Academia de las Ciencias de Berlín, siendo su primer presidente. En 1684 hizo público su descubrimiento del cálculo infinitesimal, con absoluta independencia de Newton. Desde 1676 estuvo al servicio de la corte de Hannover, como historiador oficial, hasta su muerte en esta misma ciudad el 14 de noviembre de 1716.

Fue un verdadero precursor de la lógica matemática. Persiguiendo una idea que le acosa desde la juventud es pos de un alfabeto de los pensamientos humanos y de un idioma universal se propone el proyecto de construir una característica universal, especie de lenguaje simbólico capaz de expresar, sin ambigüedad, todos los pensamientos humanos, de manera que al surgir una controversia entre dos filósofos, éstos la zanjasen a la manera de los calculistas; bastaría en efecto, sentarse ante los ábacos, pluma en mano, y como buenos amigos decirse, en mutuo acuerdo: calculemos.

Leibniz fue el primero que propuso el uso de un sistema binario para realizar los cálculos. En 1671 desarrolló una máquina multiplicadora, conocida como la calculadora universal, mejorando la de Blaise Pascal, ya que realizaba las operaciones de sumar, restar, multiplicar, dividir y extraer raíces cuadradas, caracterizándose por hacer la multiplicación de forma directa; y de hecho construyó dos de estas máquinas. Sin embargo, la tecnología disponible le imposibilitaba la realización de las operaciones con exactitud, y por eso nunca llegaron a ser más que diseños teóricos.

El 21 de noviembre de 1675 escribió un manuscrito usando por primera vez la notación de la integral. En el mismo manuscrito estaba dada la regla para la diferenciación. Esta regla fue dada a conocer dos años después, en julio de 1677.

Su producción científica y filosófica consta de escritos generalmente breves, publicados en revistas de la época. Es también muy importante su vastísimo epistolario con científicos de la época. Sus escritos filosóficos están casi todos redactados en francés.

Aparte de sus muchos trabajos sobre matemáticas, física, derecho y otras materias, las obras que más interesan desde el punto de vista filosófico son:

 De arte combinatoria (1666),

 Discours de métaphysique (1686),

 Système nouveau de la nature et de la comunication des substances (1695),

 Essais de Théodicée sur la bonté de Dieu,

 la liberté de l´homme et l´origine du mal (1710, su única obra filosófica de gran extensión y alcance),

 Nouveau essais sur l´entendement humain (1704),

 Les principes de la nature et de la grâce fondés en raison (1714)

 Monadologie (1714).

En el área matemática, Leibniz y Newton descubrieron el cálculo infinitesimal en el periodo comprendido entre 1666 y 1680. Parece demostrado que ambos descubrieron esta poderosa técnica con independencia uno del otro. Sin embargo, el método de Newton no se publicó hasta 1711, mientras que Leibniz publicó sus ideas en Acta Eruditorum en 1684.

Las publicaciones de Leibniz eran sumamente sucintas y crípticas y el primero en comprenderlas fue Jakob Bernoulli. Jakob, le enseñó a su hermano algunos secretos del cálculo. Hacia 1690, Newton, Leibniz y los dos hermanos Bernoulli, eran las únicas personas capaces de manejar el cálculo diferencial e integral.

Los últimos años de su vida estuvieron ocupados por la disputa con Newton sobre quien había descubierto primero el cálculo.

GUILLERMO DE OCKHAM

Filósofo escolástico, pensador inglés y escritor polémico del siglo catorce, nacido en Ockham en Surrey, Inglaterra, en el año 1285. Estudió en la Universidad de Merton, Oxford. A temprana edad entró en la Orden Franciscana. Hacia el 1310 fue a París dónde tuvo a Juan Duns Scoto por maestro. Hacia el año 1317, ejerció como bachiller en dicha universidad, pero su carácter innovador en las enseñanzas hizo que nunca se le diera el grado de doctor (razón por la que se le conoce como el venerable principiante), entrando en conflicto con la Iglesia. Durante esta porción de su carrera compuso sus trabajos sobre física aristotélica y lógica.

En 1323 él resignó su silla en la universidad para consagrarse a la política eclesiástica. En las controversias que se emprendieron en ese momento entre los abogados del papado y aquellos que apoyaban las demandas del poder civil, el prestó su apoyo a la parte imperial, y contribuyó a la literatura polémica de la época con varios folletos y tratados de los cuales los más importantes son "Opus nonaginta dierum", "Compendium errorum Joannis Papæ XXII", "Quæstiones octo de auctoritate summi pontificis".

La filosofía nominalista parte de la crítica al racionalismo y a los conceptos universales: todo conocimiento está basado en la lógica, operando sobre la percepción sensorial de objetos individuales concretos; y no deben multiplicarse inútilmente los entes creando conceptos abstractos que no procedan de la experiencia (esta economía de objetos es la que luego se conoció como la navaja de Occam).

Su teoría inductiva del conocimiento, cercana al empirismo, le llevó a una visión contingente del mundo, en la que abrió amplios espacios para la libertad. De ella resultaba el carácter meramente probable de las afirmaciones científicas y la imposibilidad de una demostración rigurosa de la ley moral e incluso de la existencia de Dios. De manera que su concepción teológica se fundamentaba en la fe en un Dios omnipotente inasequible por la razón (dando comienzo con ella la separación entre Teología y Filosofía).

Más inaceptables aún para el Papado fueron sus propuestas de separación entre la Iglesia y los poderes temporales (ideas que ya habían provocado años antes la excomunión del emperador); con ellas se inició la evolución hacia un Estado laico separado de la Iglesia. Guillermo refutó la supuesta infalibilidad de los papas y defendió que el poder de éstos debía estar limitado por el derecho natural y por la libertad de los cristianos.

El papa Juan XXII le hizo comparecer en su corte de Aviñón en 1324 y condenó como heréticas muchas de sus doctrinas, incluida su defensa de la pobreza como exponente del espiritualismo franciscano; fray Guillermo reaccionó huyendo en compañía del general de la orden y poniéndose bajo la protección del emperador Luis de Baviera en Pisa y luego en Múnich, lo que le costó la excomunión en 1328. En el mismo año fue citado ante la corte pontificia del obispo en Aviñón, pero arregló su huida y se unió a Juan de Jandun y Marsilius de Padua que se habían refugiado en la Corte de Luis de Baviera, a quien le hizo la oferta jactanciosa, "Tu me defendas gladio; ego te defendant calamo". Hasta poco antes de su muerte mantuvo la polémica con los papas sucesivos (Benedicto XII y Clemente VI).

BLAISE PASCAL

Nació el 19 de junio de 1623 en Clermont, Ferrand. Fue un filósofo, físico y matemático francés. Su madre falleció cuando él contaba tres años, a raíz de lo cual su padre se trasladó a París con su familia en 1630. Fue un niño ingenioso a quien su padre inició muy pronto en la geometría y lo introdujo en el círculo de reuniones de Mersenne. Mersenne pertenecía a la orden religiosa de los Mínimos, y su celda en París era lugar de encuentro frecuente para Fermat, Pascal, Gassendi y otros. A la edad de 16 años, Pascal presenta una hoja de papel en una de las reuniones de Mersenne. Contenía una seria de teoremas de geometría descriptiva, incluyendo el hexágono místico de Pascal.

En 1640 redactó su Ensayo sobre las cónicas, que contenía lo que hoy se conoce como teorema del hexágono de Pascal.

Estudios posteriores en geometría, hidrodinámica e hidrostática, y la presión atmosférica le llevaron a inventar la jeringa y la prensa hidráulica, y a descubrir la ley de la presión de Pascal.

La designación de su padre como comisario del impuesto real supuso el traslado a Ruán, donde Pascal desarrolló un nuevo interés por el diseño y la construcción de una máquina de sumar: inventó la primera calculadora digital en 1642 para ayudar a su padre. El aparato, llamado Pascalina, parecía una calculadora mecánica de los años 1940 y actualmente se conservan todavía varios ejemplares del modelo que ideó, algunos de cuyos principios se utilizaron luego en las modernas calculadoras mecánicas.

En Ruán, Pascal comenzó también a interesarse por la física, y en especial por la hidrostática, y emprendió sus primeras experiencias sobre el vacío; intervino en la polémica en torno a la existencia del horror vacui en la naturaleza y realizó importantes experimentos (en especial el de Puy de Dôme en 1647) en apoyo de la explicación dada por Torricelli al funcionamiento del barómetro.

La enfermedad indujo a Pascal a regresar a París en el verano de 1647; los médicos le aconsejaron distracción e inició un período mundano que terminó con su experiencia mística del 23 de noviembre de 1654, su segunda conversión (en 1645 había abrazado el jansenismo); convencido de que el camino hacia Dios estaba en el cristianismo y no en la filosofía, Blaise Pascal suspendió su trabajo científico casi por completo.

Pocos meses antes, como testimonia su correspondencia con Fermat, se había ocupado de las propiedades del triángulo aritmético hoy llamado de Pascal y que da los coeficientes de los desarrollos de las sucesivas potencias de un binomio; su tratamiento de dicho triángulo en términos de una «geometría del azar» lo convirtió en uno de los fundadores del cálculo matemático de probabilidades.

En 1658, Pascal elaboró su estudio de la cicloide, que resultó un importante estímulo en el desarrollo del cálculo diferencial. Desde 1655 frecuentó Port-Royal, donde se había retirado su hermana Jacqueline en 1652. Tomó partido en favor de Arnauld, el general de los jansenistas, y publicó anónimamente sus Provinciales.

El éxito de las cartas lo llevó a proyectar una apología de la religión cristiana; el deterioro de su salud a partir de 1658 frustró, sin embargo, el proyecto, y las notas dispersas relativas a él quedaron más tarde recogidas en sus famosos Pensamientos (Pensées sur la religión, 1669). Aunque rechazó siempre la posibilidad de establecer pruebas racionales de la existencia de Dios, cuya infinitud consideró inabarcable para la razón, admitió no obstante que esta última podía preparar el camino de la fe para combatir el escepticismo. La famosa apuesta de Pascal analiza la creencia en Dios en términos de apuesta sobre su existencia, pues si el hombre cree y finalmente Dios no existe, nada se pierde en realidad.

La tensión de su pensamiento entre la ciencia y la religión quedó reflejada en su admisión de dos principios del conocimiento: la razón, orientada hacia las verdades científicas y que procede sistemáticamente a partir de definiciones e hipótesis para avanzar demostrativamente hacia nuevas proposiciones, y el corazón, que no se sirve de procedimientos sistemáticos porque posee un poder de comprensión inmediata, repentina y total, en términos de intuición. En esta última se halla la fuente del discernimiento necesario para elegir los valores en que la razón debe cimentar su labor.

Su obra filosófica más famosa es "Pensées", una colección de pensamientos personales sobre el sufrimiento humano y la fe en Dios. La "apuesta de Pascal", asegura que la creencia en Dios es racional con el siguiente argumento:

"Si Dios no existe, nada pierde uno en creer en Él, mientras que si existe, lo perderá todo por no creer."

Su último trabajo fue sobre el cicloide, la curva trazada por un punto en la circunferencia de un círculo rodando. Pascal murió a los 39 años un 19 de agosto de 1662 en París, Francia. 

CONCLUSION

GLOSARIO

Balística: Por balística (del griego ba'llein, "lanzar") se entiende el estudio científico (física y química) de todo lo relativo al movimiento de los proyectiles (balas, bombas de gravedad, cohetes, misiles balísticos, etc.)

Ortodoxo: Conforme con doctrinas o prácticas generalmente aceptadas.

Sinagoga: Congregación o junta religiosa de los judíos.

Providencia: Disposición anticipada o prevención que mira o conduce al logro de un fin.

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