ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Filosofía cristiana en Gilson "Relación Filosofía - Teología según Etienne Gilson"

rpabloMonografía21 de Abril de 2018

11.623 Palabras (47 Páginas)293 Visitas

Página 1 de 47

Instituto “Domingo Savio” – Nivel Superior

"Relación Filosofía - Teología según Etienne Gilson"

Asignatura: Metafísica

Profesor: Lic. Blanca Avellaneda

Alumno: Roberto Pablo Noriega Jaime

Córdoba – Octubre de 2000


INTRODUCCION

        En el desarrollo de la asignatura Metafísica, cátedra a la que se presenta este trabajo monográfico, nos resultó de particular interés, durante el seminario con la obra de Etienne Gilson "Introducción a la Filosofía Cristiana", el modo en que este autor considera que se da la relación entre la Filosofía y la Teología. De allí que nos planteáramos los siguientes interrogantes:

¿se distinguen en el pensamiento de Etienne Gilson la Filosofía de la Teología?, y en su caso ¿qué relación se da entre ellas?

Para responder a los interrogantes planteados analizaremos en primer término la posibilidad de la existencia de la filosofía cristiana como verdadera filosofía desde el punto de vista histórico y filosófico y en particular en el pensamiento de Etienne Gilson (CAPITULO PRIMERO), posteriormente nos detendremos en el planteo acerca de qué entiende el autor citado por Filosofía (CAPITULO SEGUNDO) y qué entiende por Teología (CAPITULO TERCERO), elementos a partir de los cuales enfocaremos finalmente la relación Filosofía - Teología (CAPITULO CUARTO).


CAPITULO PRIMERO

"Posibilidad de Filosofía Cristiana"

        1.1 Planteo del problema

En el Capítulo Primero de su obra "El espíritu de la filosofía medieval", Gilson comienza diciendo:

        "No hay expresión que acuda más naturalmente al pensamiento de un historiador de la filosofía medieval como la de 'filosofía cristiana'; ninguna, al parecer pudiera provocar menos dificultades, y por consiguiente no debe extrañarnos verla empleada con tanta frecuencia. Sin embargo pocas expresiones hay, si bien se reflexiona, que  sean ciertamente más obscuras y de más difícil definición."[1]

Desde este lugar partimos: en la edad media la  filosofía desarrollada se denomina filosofía cristiana. En el uso de esta expresión no se plantean dificultades, sin embargo Gilson inmediatamente reconoce que, lejos de no provocar dificultades y de allí su uso tan extendido, esta expresión es de muy difícil definición dada su obscuridad. Podemos preguntarnos acerca de la naturaleza de este problema y Gilson nos responderá:

        "El verdadero problema (...) es de orden filosófico (...)" "(...) consiste en preguntarse si la noción misma de filosofía cristiana tiene un sentido y, subsidiariamente si corresponde a una realidad."[2]

El problema que se plantea con relación a la noción de filosofía cristiana no es de orden histórico, sino filosófico, puesto que apunta a su razón de ser, a su sentido, a su existencia como una realidad. Gilson reconoce que el problema se plantearía. Así lo que se pretende no es saber si ha habido filósofos cristianos, por eso decimos que no se trata de un problema histórico, sino de saber si puede haber filósofos cristianos.[3] Así planteada la cuestión es la misma en relación a los musulmanes y los judíos ya que:

"(...) la civilización medieval se caracteriza por la extraordinaria importancia que en ella toma el elemento religioso." "(...) el judaísmo, el islamismo y el cristianismo produjeron entonces cuerpos de doctrinas en los que la filosofía se combinaba más o menos felizmente con el dogma religioso, y que se designan con el nombre, por lo demás bastante vago, de escolástica."[4] 

Siendo característico de la edad media la combinación de la filosofía con elementos de la religión, al momento de determinar si existe propiamente una filosofía cristiana, nos estamos preguntando o, lo que es lo mismo, nos estamos respondiendo acerca de la existencia de una filosofía judía o musulmana. Es justamente éste el punto que nos interesa analizar: ¿son estas "filosofías", llamadas escolásticas, propiamente filosofías?.

        1.2 Diversas posturas

        El primer punto de vista que señala Gilson es el de los historiadores que,

        "sin discutir a priori la cuestión de saber si puede o no haber una 'filosofía cristiana', comprueban como un hecho que, aún en la Edad Media, jamás la hubo."[5]        

Los historiadores no discuten acerca de la existencia de la filosofía cristiana sin antes comprobar que en la historia, como tal, jamás existió. Puede citarse a B. Bréhier, quien afirma:

        "(...) durante esos cinco primeros siglos de nuestra era no hoy una filosofía cristiana propia, implicando una tabla de valores intelectuales fundamentalmente original y distinta de la de los pensadores del paganismo."[6]

Se niega que haya existido en algún momento de la historia una "filosofía cristiana", que como tal implicara un sistema de pensamiento original en sus fundamentos y por tanto distinta del pensamiento de los filósofos paganos. Ni siquiera en la edad media se entiende que el trabajo intelectual de los pensadores cristianos pueda constituir un cuerpo de pensamiento que se distinga del pensamiento filosófico pagano. Esta concepción la expresa Gilson, siguiendo esta línea histórica de este modo:

        "Nunca vemos alzar vuelo a un pensamiento que sea a la vez profundamente cristiano y verdaderamente creador; el cristianismo, pues, no ha contribuido en  nada a enriquecer el patrimonio filosófico de la humanidad."[7] 

        Si buscamos el fundamento de este hecho que los historiadores comprueban son los filósofos, los que pueden darnos la razón del mismo:

        "Si nunca hubo una filosofía cristiana históricamente observable, es porque la noción misma es contradictoria e imposible."[8]

Esta opinión la comparten los racionalistas puros, quienes encuentran entre filosofía y religión una diferencia de esencia, que hace imposible entre ellas todo tipo de colaboración. Sin acordar acerca de la esencia de la religión sí acuerdan que no es del orden de la razón y que ésta no puede depender del orden de la religión. Siendo el orden de la razón el orden de la filosofía, existe en ella una independencia esencial de todo lo que no es filosofía.[9] 

Si bien, no sería posible encontrar un neoescolástico que admitiera que no existe ninguna relación entre filosofía y religión, lo que los separa de los racionalistas es, o bien un desacuerdo sobre los hechos ya que:

"(...) niegan que ningún pensamiento cristiano haya conseguido constituir una filosofía, pues sostienen que Santo Tomás fundó una (...)"[10] 

que es la única que existió por haberse constituido en un plano puramente racional; o bien un desacuerdo sobre los principios pero no en lo que atañe a la noción de filosofía sino al lugar que ocupa en la jerarquía de las ciencias:

        "Mientras que el racionalista puro coloca a la filosofía en la cima y la identifica con la sabiduría, el neoescolástico la subordina a la teología, única que merece plenamente el nombre de sabiduría (...)"[11]

lo que no termina de explicar por qué algunos neoescolásticos piensan que aún estando subordinada a la teología, su filosofía permanece idéntica a la que no reconoce una Sabiduría por encima de ella.[12] Para evitar el peligro que supondría la confusión de la filosofía y de la teología, algunos escolásticos admiten que la única doctrina digna de ser reconocida como filosofía es la de Santo Tomás, ya que dentro del tomismo las conclusiones filosóficas son extraídas de premisas puramente racionales. La teología se ubica en la cúspide de las ciencias y la filosofía si bien se subordina a ella, como tal no depende sino del método que le es propio, realizando espontáneamente su acuerdo con la fe  sin tener que sufrir deformaciones, si concierta con ella es simplemente porque es verdadera, y la verdad no puede contradecirse a sí misma.[13] 

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (69 Kb) pdf (454 Kb) docx (54 Kb)
Leer 46 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com