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Hegel: La dialéctica del amo y del esclavo


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  1.459 Palabras (6 Páginas)  •  1.066 Visitas

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SECRETARIA DE MARINA

La dialéctica del amo y del esclavo.

G.W.F. Hegel

Fue Shopenhauer, adelantándose a Nietzsche y a Freud que dijo que hay algo en el instinto humano que le impulsa hacia el dominio de los otros y que hay algo en los otros que les impulsa a dejarse dominar por el uno. Más tarde Freud unificó ambas tendencias en su teoría libidinal: efectivamente para Freud poder y sexo son la misma cosa refundida en eso que llamamos deseo en todas sus formas. Desde entonces sabemos que cualquier deseo es sexual o potestad y que en el sexo hay relaciones de poder y en el poder un goce sexual, que llamamos poderío y en otras ocasiones soberanía. Shopenhauer hablaba de voluntad, lo que hoy diríamos el poder del deseo.

En la escuela de Viena, incluyendo a Jung con su teoría del subconsciente, encontramos bases de la dialéctica del amo y del esclavo de Hegel, sin embargo, podemos ver en el planteamiento de este último, la fusión del “espíritu individual” de Schelling así como de la “cosa en sí” de Kant. En estás dos proposiciones, se plantea que existe una especie de Verdad inalcanzable, sin embargo Hegel en una “contratésis”, dice que la verdad es subjetiva; bajando con esto, la filosofía a la tierra. Lo que llamamos  la filosofía de Hegel, no es más que un método para entender el curso de la Historia.  

Hegel, subraya lo que él llama los poderes objetivos, con los que se refería a la familia y al Estado. El pensaba que el individuo era una parte orgánica de la comunidad, naciendo el sujeto a sus condiciones hisóricas, es decir, nadie puede tener una relación “libre” con esas condiciones. La persona que no encuentra su lugar en el Estado, es por lo tanto una persona no histórica.

Hegel parte de que la autoconciencia existe en  y para  en la medida y por el hecho de que existe para otra autoconciencia, es decir que ella solo existe en tanto que otra entidad lo reconozca. De aquí parte la relación de poder amo-esclavo en donde el “primer” hombre que se encuentra por primera vez a otro hombre, se atribuye una realidad y un valor autónomo, por el simple hecho de ser, el tiene la certeza subjetiva de serlo. Sin embargo, esta certeza puede ser tan solo una ilusión ya que su idea de sí mismo puede ser falsa o desatinada. El tendrá certeza del concepto que tiene de sí mismo cuando esa imagen sea válida también para otras entidades que sean autónomas y para sí mismo. Así es que para realmente ser un hombre y saberse como tal, debe imponer su idea a otros o más drásticamente, debe transformar el mundo dónde no es reconocido  a un mundo donde el ser reconocido le sea posible. Esta acción de transformación se llamará “acción” o “actividad” y empezará por imponerse al primer sujeto que se encuentre. Y debido a que este otro sujeto a que se encuentre, también es un ser humano, tratará de hacer lo mismo, dándose una forma de lucha; de una lucha a muerte entre dos seres que se creen hombres, de una lucha por puro prestigio con miras al “reconocimiento” por el adversario.

A mi punto de vista, esta pelea encarnizada por el “reconocimiento” de otro sujeto, no se da tanto por el reconocimiento de la conciencia del sí y para sí, sino que el hombre ya es consiente de si mismo desde el momento que dice por primera vez “Yo”. Este Yo, puede ser un sujeto que contempla y que es absorbido por lo que contempla y la única forma que puede volver a verse a sí mismo en introspección es  por un deseo que tiene que satisfacer. La acción que menciona Hegel cómo una transformación de la realidad del sujeto, tiende a satisfacerlo y la forma de lograrlo es por la destrucción o transformación del objeto deseado.

Esta acción que nace del deseo, destruye la realidad objetiva del sujeto para satisfacerlo y crea en su lugar una realidad subjetiva. El deseo que se busca satisfacer, es en realidad una cosa que se encuentra en un plano que supera la realidad del sujeto, es decir, el deseo es un vacío que tiene el sujeto. Este deseo nos va a conducir a otro deseo que va a asimilar que  el primero ya fue satisfecho, nutriendo la necesidad del sujeto que así es como tomará conciencia del “Yo”.

El deseo humano, nos hace libre, pues nos da una idea de individualidad a sabiendas de que podemos satisfacerlo, por ejemplo, en el caso del hombre y de la mujer, si uno desea no el cuerpo, sino el Deseo de la mujer, si quiere poseer o asimilar el deseo tomado de la otra persona, es decir, si quiere ser “deseado” o “amado” o peor aún “reconocido” en su valor humano, en su realidad de individuo humano. (Al final regreso a la idea de Hegel que es retomada por Lacan después de una conferencia sobre Hegel dada por Alexander Kojeve donde dice “Cuando el hombre desea está deseando lo que el otro desea”).

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