Historia de las Ideas en la Modernidad
jmsalcitoMonografía13 de Enero de 2022
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Trabajo Final Historia de las ideas en la modernidad
Aula: [2º 2021-B] Historia De Las Ideas En La Modernidad
Alumno: Salcito José Marcelo
Docentes: Alberto M Damiani, María Jimena Sole, Luciano Florencio Corsico
Contenido
Introducción: 2
Desarrollo: 2
Conclusión 9
Bibliografía 10
Consigna:
Pregunta problema: ¿Cómo se produce el conocimiento, según el idealismo alemán[1]?
Palabras claves: Idealismo; absoluto; fenómeno; cosa; trascendental
Introducción:
El siguiente escrito abordará las perspectivas del idealismo alemán sobre el conocimiento los distintos autores mediante sus escritos nos darán una aproximación a la forma en que conocemos, como se produce el conocimiento o mejor dicho como percibimos la realidad los individuos, para ellos abordaremos los textos de Immanuel Kant, Johann Gottlieb Fichte, Friedrich Schelling y Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
Desarrollo:
Para comenzar a desarrollar este movimiento filosófico debemos partir desde su comienzo con Immanuel Kant con su noción de Idealismo Trascendental el cual limitaba la razón humana, donde el objetivo de la filosofía critica era mantener la razón dentro de los límites de un uso legítimo y de esa forma salvar a la Ilustración de su propia autodestrucción. El idealismo trascendental fue la solución aplicada por Kant para responder los embates contra la Ilustración, para ello da la siguiente definición del idealismo trascendental:
Entiendo por idealismo trascendental la doctrina según la cual todos los fenómenos son considerados como meras representaciones, y no como cosas en sí mismas. De acuerdo con esta doctrina, espacio y tiempo son simples formas de nuestra intuición, no determinaciones dadas por sí mismas o condiciones de los objetos en cuanto cosas en sí mismas. (Kant, pág. 345)
En la definición expuesta anteriormente explica que los fenómenos son meras representaciones y no cosas en sí misma, para ello expone la noción de espacio y tiempo, donde las mismas son forma otorgadas por la intuición.
El objetivo de Kant en la Critica a la Razón Pura era que la filosofía entrara en el camino de las ciencias, en la cual pretendía que la metafísica lograra los conocimientos universales y necesario acerca de los objetos los cuales fueran conocimientos a priori, que no necesitaran de la experiencia física, para ello se basaba en Copérnico y daba lo que luego se denominó giro copernicano[2] lo cual significa un cambio radical a la manera de pensar, donde el sujeto determina el objeto de conocimiento a partir de la intuición o sea la experiencia debe regirse por esos conceptos y no al revés
El espacio y el tiempo son sus formas puras; la sensación es su materia. Las primeras podemos conocerlas sólo a priori, es decir, previamente a toda percepción efectiva, y por ello se llaman intuiciones puras. A la segunda se debe, en cambio, lo que en nuestro conocimiento se llama a posteriori, es decir, intuición empírica. Aquéllas son inherentes, con absoluta necesidad, a nuestra sensibilidad, sean cuales sean nuestras sensaciones, que pueden ser muy diferentes… El más claro conocimiento del fenómeno de los objetos, que es lo único que de ellos nos es dado, jamás nos haría conocer en qué consisten en sí mismos. (Kant, pág. 88)
Las intuiciones y las categorías donde se hacen posible la experiencia de los objetos, Kant establece la posibilidad de que la filosofía ingrese en el camino de la ciencia en donde la limitación de nuestro conocimiento no implica una pérdida para las ciencias, por lo contrario, es donde nuestra primera apreciación de nuestro conocimiento racional a priori, la cual se refiere a los fenómenos y no a la cosa en sí, esto se denomina noúmeno[3], Kant afirma que nuestra intuiciones son solo “representaciones fenoménica”, donde los fenómeno no existen por si mismo, sino solo en nosotros
Como fenómenos, no pueden existir en sí mismos, sino sólo en nosotros. Permanece para nosotros absolutamente desconocido qué sean los objetos en sí, independientemente de toda esa receptividad de nuestra sensibilidad. Sólo conocemos nuestro modo de percibirlos, modo que nos es peculiar y que, si bien ha de convenir a todos los humanos, no necesaria mente ha de convenir a todos los seres. Nosotros únicamente nos ocupamos de nuestro modo de percibir, (Kant, pág. 55)
La idealidad trascendental de espacio tiempo es que las formas universales de los fenómenos, no son ni pueden ser formas que existan por sí mismo, solo se produce en nosotros, el idealismo trascendental[4] de Kant se sitúa en estudiar las facultades del conocimiento humano, para establecer las condiciones subjetivas que hacen posible el conocimiento, esto se basa en dos afirmaciones propuesta por Kant, en la primera de ellas nosotros no somos los creadores de los objetos de nuestro conocimiento y la segunda es que conocemos los objetos en la medida que ellos se adecuan a nuestro conocimientos de ellos o sea conocemos solo su aparecer, pero no la cosa en sí, noúmeno[5].
Se debe aclarar en lo expresado anteriormente, Kant no niega la existencia de los objetos exteriores, su postura es que no admite que la existencia de los mismos sea conocida por la percepción inmediata, lo cual deduce que jamás podemos estar seguro de la existencia de esos objetos: “Entiendo por idealismo trascendental la doctrina según la cual todos los fenómenos son considerados como meras representaciones, y no como cosas en sí mismas.” (Kant, Crítica a la razón pura, pág. 252).
Kant en su filosofía deja abierto varios problemas, uno de ellos es la cosa en sí y los fenómeno, otro entre la facultad de la intuición y el entendimiento, por último en el ámbito de la necesidad (la naturaleza, que puede ser conocida gracias a la intuición y al entendimiento) y la libertad (la moral, que supone el ejercicio de la razón pura práctica), el primero que ve la necesidad de transforma el idealismo trascendental en un sistema es Reinhold (del cual no hablare en este escrito) y luego lo siguen Fichte, Schelling y Hegel.
El segundo de los autores nombrado anteriormente Fichte, cree haber descubierto el procedimiento, por el cual la filosofía se elevaba al rango de una ciencia evidente, esto supone que todo saber humano que sea absolutamente primero, incondicionado, no demostrado ni determinado y que exprese lo que denomina Thathandlung[6] . En su libro Wissenschaftslehre (Teoría de las Ciencias) el autor reflexiona sobre la estructura del saber y los principios que lo hacen posible, donde establece los elementos para el conocimiento, dando un conjunto de reglas necesaria para pensar.
Fichte sustenta el Yo puro[7] o el Yo absoluto, lo que conforma la subjetividad trascendental, como condición última de toda acción particular de la conciencia incluido el conocimiento, este Yo puro es superior al Yo trascendental Kantiano ya que es un Yo lógico que solo fundamenta un aspecto parcial de la vida
El que yo me aparezca a mí mismo determinado justamente de tal modo y no de otro, justamente como pensante y, entre todos los pensamientos posibles, justamente como pensante en la cosa en sí, debe depender, a mi juicio, de mi autodeterminación: yo he hecho de mí con libertad un objeto semejante. (Fichte, 1984, pág. 37).
También proponer una revolución en la filosofía donde “el objeto este puesto y determinado por la facultad del conocimiento y no la facultad del conocimiento por el objeto”, en donde la filosofía tiene que indicar el fundamento de toda experiencia por el cual su objeto está necesariamente fuera de toda experiencia posible, para lograr esta elevación por encima de la experiencia, Fichte nos dice que el filosofo debe recurrir a la abstracción o sea separar mediante la libertad del pensar, lo unido en la experiencia
Pero el filósofo puede abstraer, es decir, separar mediante la libertad del pensar lo unido en la experiencia. En la experiencia están inseparablemente unidas la cosa, aquello que debe estar determinado independientemente de nuestra libertad y por lo que debe dirigirse nuestro conocimiento, y la inteligencia, que es la que debe conocer. (Fichte, 1984, pág. 34)
El fundamento de toda experiencia es la inteligencia en sí, el cual se denomina idealismo y se da en el primer proceder que hace la abstracción de la cosa y en el segundo proceder la abstracción de la inteligencia, la cual afirma que el fundamento de la experiencia es la cosa en si y se llama dogmatismo, por lo cual concluye que solo dos sistemas filosóficos son posibles: el dogmático o el idealista, en el primero de ellos la “cosa en sí” es un mero invento producido por la inteligencia y en el segundo el “yo en sí”, se presenta determinado por inteligencia libre en cuanto a su naturaleza, la diferencia entre la “ cosa en sí” y el “yo en sí”, es que el primero no puede mostrarse a la conciencia, pero el segundo si se puede mostrar, esto supone una ventaja del idealismo sobre el dogmatismo. Fichte también sostiene que el “Yo en sí” o “Yo absoluto” es el fundamento del sistema de la experiencia, pero no como objeto de la misma.
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