Historia De Las Ideas Politicas

Historia de las Ideas Políticas.

Tras una compleja y sistemática conjunción de elementos como la decadencia del espíritu ciudadano, la combinación de factores tiene consecuencias graves en este marco temporal histórico.

Comenzamos el presente informe de este texto argumentando el primer tercio de los capítulos en análisis, el cual nos narra en marcos generales acontecimientos y procesos socioculturales y religiosos entre los siglos quinto y décimo. Este punto en sí se subdivide en acontecimientos enmarcados en sus respectivos periodos.

El periodo número uno se le menciona como la redistribución de las fuerzas, en donde la muerte de Teodosio, luego provoca la segregación en dos partes al imperio romano, en donde San Agustín escribe la “ciudad de Dios”, el pontificado de León el grande, la destitución de Rómulo Augusto por Odocrato, y el anexa miento del occidente a los bárbaros, el reinado de Justiniano y la parcial restauración del imperio de Occidente, entre otros.

Luego de esto en los periodos dos y tres se produce un constante desequilibrio en todos los aspectos posibles, en donde se instaló una especie de inestabilidad e inseguridad, por factores como por ejemplo el proceso de nacimiento del pontificio o Carlomagno, su conquista mediterránea y las secuelas de su fugaz paso por aquel periodo de tiempo, el orden cristiano, los intentos de poder absoluto; En el posterior periodo(IV) “La revancha de la iglesia”, podemos observar por ejemplo los problemas de Luis el piadoso, el gobierno de los obispos, y sus propias dificultades al hacer creer que el gobierno de ellos iba a ser breve, lo que a la postre los papas intentarán hacer valer la supremacía de su pontificado, Gregorio VII en su conflicto con IV, entre otros elementos que componen integralmente este periodo.

Y el quinto y último periodo mencionado en este capítulo,” La tentativa de los Otones de restauración del Imperio. El cual nos ilustra sobre las figuras de los pertenecientes a esta dinastía (Oton I, II y III), los cuales poseen un ideal definido como universalista, en donde fracasa junto con sus impulsores. En resumen como lo menciona el mismo autor en la parte final de este capítulo, Imperio, Reino e Iglesia, estos son los tres constantes temas a tratar y los que van a estar profundamente arraigados en la cotidianeidad medieval.

El segundo capítulo nos trae consigo una descripción puntual de los procesos efectuados en este periodo, nos habla de una fermentación psicológica, de transformaciones en la estructura de la sociedad y en la organización del poder, mientras que en el oriente se mantenía bajo sus propios márgenes lo que indudablemente provocaría en la posteridad una decadencia socavada. En este capitulo el autor discrimina las fases de este marco temporal con secciones en las cuales menciona factores que las diferencian de las demás bajo sus propias características.

En la primera sección podemos mencionar y analizar en cierto modo los desordenes que se venían produciendo por las consecuencias de la alta edad media y que en este periodo seguían agravándose, surge como personaje preponderante en aquel instante Gregorio VII, quien dio pruebas de una gran precisión y de una gran firmeza de pensamiento, sus intenciones eran reformar completamente la iglesia, establecer la unidad, etc. Con esto buscaba un objetivo claro para su óptica netamente espiritual, la revocación total de cada uno de los vicios conocidos y la instalación definitiva e irrevocable del poder pontificio, todo esto fundamentado con que es querido por el mismo Dios

La segunda sección es el Feudalismo, el cual se narra de una forma descriptiva al sistema, el cual se instala con fuerza entre los siglos XI y XII, surge como consecuencia del quiebre del Estado frente a la miseria y a los desordenes, su principal objetivo es subordinarse frente al señor, el cual a cambio le proporcionara defensa absoluta. La tercera sección nos narra acerca de la monarquía y de la importancia del anteriormente nombrado feudalismo, el cual lo retratan como el movimiento social que pulverizó la soberanía política, pero que sin embargo, no borró las fronteras geográficas nacionales y de la nula audacia por parte de los reyes locales

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